martes, 20 de julio de 2010

Honduras: “¿quién quiere tener un depósito de residuos radioactivos en el patio de su casa?”.


La Alianza por la Reforma Agraria y Soberanía Alimentaria (SARA), El Movimiento Madre Tierra Y El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH)
DENUNCIARON :


El once de Septiembre del 2009, el Congreso Nacional bajo el gobierno de facto de Roberto Micheletti Baín aprobó la ley sobre actividades nucleares y seguridad radiológica (LA GACETA 14 de noviembre del 2009 N0. 32,063)
Entre los artículos relevantes de la Ley se el numeral tres,: otorgar, modificar, suspender o revocar autorizaciones para las practicas que se desarrollen en el territorio nacional para:
a) La producción uso, manipulación, fabricación, venta, conversión, concentración, dilución, almacenamiento, transporte, comercialización, importación, exportación y gestión de materiales nucleares radioactivos y sus desechos.

Este inciso a y otros del articulo 4 son indicadores de que nuestro país puede perfectamente otorgar la producción e instalación de energía nuclear, transporte y almacenamiento de material radioactivo a nuestro país.


Esta Ley que no fue analizada ni discutida por la sociedad civil, organismos técnicos, de salud, derechos humanos ni comisiones de bioética.

En vista de que Honduras ha sido un lugar de traspaso y deposito de materiales radioactivos, y que las industrias mineras exportan broza, que es procesada en el exterior lo cual indica que se estuvieron explotando minerales estratégicos; porque no existe control por parte del Estado.

En las últimos dos décadas se ha intensificada la exploración y explotación de uranio en Honduras, Guatemala.

Consideramos que esta Ley favorece la instalación de plantas nucleares, producción, transporte y almacenamiento de material radioactivo y sus desechos.

El decreto No 195-2009 crea todas las condiciones para que Honduras sea el territorio experimental radioactivo y nuclear.

En base a lo anterior demandamos se discuta en todo el pueblo hondureño esta Ley que tiene profundas implicaciones en la salud, la vida y la dignidad histórica de nuestros pueblos


Tegucigalpa HONDURAS C. A 14 de mayo 2010

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