lunes, 29 de abril de 2019

Purismo religioso español del siglo XVI vs Purismo ario del siglo XX



Hay agradecimientos que tienen en sí una carga oscura difícil de digerir, pero que una vez se revela crea una nueva interpretación de la vida. Este es el caso de excepcionales documentos históricos que hoy en día consideramos legado natural.
Nos resulta natural, por ejemplo, remitirnos a los documentales sobre los campos de concentración de la segunda guerra mundial para ser testigos de la demencia que desataron los nazis y, desde ahí, saber a qué punto no podemos permitirnos regresar como humanos. Pasadas las décadas, hemos llegado a considerar que esos documentos de experimentaciones y humillaciones físicas son un producto directo del broadcast vencedor, al punto que olvidamos que esas filmaciones las hicieron los propios nazis. ¿Por qué querrían registrar las atrocidades que luego los inculparían irremediablemente?

En primer lugar, las victorias de los primeros dos años de guerra (1939-1941) exacerbaron en los nazis su "destino manifiesto" y su arrogancia los llevó al nivel de creerse inmunes ante un futuro dentro del cual ellos serían los vencedores totales. En segundo lugar, la filmación de sus matanzas y experimentaciones físicas sobre judío, gitanos y homosexuales eran bitácoras que serían legadas a las generaciones del Reich de los mil años. ¿Qué buscaban legar? pues la desaparición de la "raza" judía causante de todos los males que intoxicaban a la raza aria. Los untermensch (sub humanos) debían retratarse hasta en su último aliento, medirse, cualificarse, analizarse, encerrarlos -en suma- en la única imagen posible donde se les pudiera recordar, ya no en la vida sino que en los archivos para estudio.

No es la primera vez que semejantes documentaciones se han realizado, ya que el pensamiento del poder colonizador de todas las épocas y culturas siempre ha llevado a cabo un registro minucioso de lo que quiere aprovechar para sí o aniquilar. El caso del Fray dominico Diego Durán (1537-1588) nacido en España pero criado desde los seis años en la Nueva España (México), es un antecedente que causa escalofríos y que, en principio, parece oponerse a la atroz voluntad de  Fray Diego de Landa quien ordena la quema de los códices mayas en Yucatán (1562).

Diego Durán decide escribir Historia de la Indias de Nueva España e islas de la Tierra Firme motivado por la necesidad de detallar las costumbres mexicas en su más insospechada expresión cotidiana. Al respecto, Tzvetan Todorov, hsitoriador búlgaro, en su libro La Conquista de América, dice lo siguiente:

"... éste decidió (Durán) que para la conversión de los indios hacía falta un mejor conocimiento de su antigua religión. Más precisamente, Durán encadena las dos inferencias siguientes: 1) para imponer la religión cristiana hay que extirpar toda huella de religión pagana 2) para lograr el paganismo, primero hay que conocerlo bien. ''Jamás podremos hacerles conocer de veras a Dios (a los indios), mientras de raíz no les hubiéramos tirado todo lo que huela a la vieja religión de sus antepasados''.

Criado en México desde niño, Durán ha crecido en el entorno natural de una brutal colonización y conoce la lengua nahuatl. Al llegar a ser frayle sospecha a diario que cada acto que hacen los indios son la continuidad de la ritualización sistémica que imperaba durante el tiempo de dominio mexica. Teme, con horror religioso colonizador, que el sincretismo sea el que haya triunfado y por eso se lamenta de lo que hiciera en Yucatán el funesto Digo de Landa:

''Y así erraron muchos los que, con buen celo, pero no con mucha prudencia, quemaron y destruyeron al principio todas las pinturas de antiguallas que tenían, pues nos dejaron tan sin luz, que delante de nuestros ojos idolatran y no los entendemos: en los 'mitotes', en los mercados, en los baños y en los cantares que cantan, lamentando sus dioses y sus señores antiguos, en las comidas y banquetes''.

Sin proponérselo, Durán logra que su determinación de profundo purismo religioso sea el vehículo para uno de los pocos legados que sobreviven acerca de las costumbres pre-colombinas en México, anotando de manera rigorosa -que casi raya en la etnografía- detalles que parecen superfluos pero que nos sirven para acercarnos al día a día mexica que quizá estaba escrito en los códices que Landa quemara y que ahora nos impide saber cómo era la contraparte maya en el Yucatán. Por ejemplo, este extracto comentado por Todorov del texto de Durán es revelador y nos abre un portal en el tiempo:

''Sus vestidos recuerdan a las casullas y sus danzas a la sarabanda. Tienen los mismos dichos y los mismos tipos de relatos épicos. Cuando juegan, hablan y blasfeman, exactamente igual que los españoles, y además, su juego de alquerque recuerda el ajedrez a tal punto que uno se puede confundir: tanto en éste como en aquel las fichas son negras y blancas...El gran tambor que se toca a la puesta del sol es como las campanas del Ave María; la purificación azteca por el agua es como la confesión; las penitencias son muy semejantes en ambas religiones, y también los frailes mendicantes. O más bien no: las abluciones aztecas son como el bautismo: hay agua en ambos casos...''

Y de manera directa remata el propio Durán:

''Reverenciaban al padre y al hijo y al espíritu santo, y decían tota, topiltzin y yolometl, los cuales vocablos quieren decir 'nuestro padre, y nuestro hijo y el corazón de ambos', haciendo fiesta a cada uno en particular y a todos tres en uno, donde se nota la noticia que hubo de la trinidad entre esta gente'' (¡Ya hubiera querido Bartolomé de las Casas tener el texto de Durán como argumento extra ante Sepúlveda en el tribunal de Valladolid!).

Purismo religioso español del siglo XVI vs Purismo ario del siglo XX, ambos expresiones de un poder colonizador y exterminador cultural, se unen en el agradecimiento más torvo que podamos dar en el contexto investigador del documento histórico.

F.E.



viernes, 5 de abril de 2019

Fabricio Estrada, sobre 33 Revoluciones para Rodríguez y el cómo escribir desde Puerto Rico - Entrevista

La siguiente es una entrevista que me hizo el escritor puertorriqueño Wilkins Román Sabot y que por razones que desconozco no se logró publicar. La rescato porque hay algunas consideraciones útiles para mi memoria personal en cuánto a cómo ha sido mi transición creativa desde Honduras a Puerto Rico.



Por: Wilkins Román Samot

1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) 

– Recientemente, has recibido el premio Nacional de Poesía Los Confines (2017) por vuestro libro de poesía intitulado 33 revoluciones para Rodríguez (2018). ¿De qué trata o tratas en este poemario premiado y publicado en vuestro país de origen y cómo recorres entre la literatura y la realidad o no ficción?

1.2 Fabricio Estrada (FE, en adelante) –

Tuve la fortuna de apostarle a este poemario que en verdad creí parte de un souvenir muy personal, un registro que necesitó de la catarsis de la poesía para poder digerir lo que sentí al ver Searching for Sugar Man, el documental sobre Sixto Rodríguez ganador del Oscar 2012, que es base de los textos. El premio llegó junto a una alegre sorpresa generacional ya que cuando se dio el fallo en la ciudad de Gracias, Lempira, la mayoría de poetas junto a los que organizamos el Colectivo de Poetas Paíspoesible (2004-2009), estaban ahí, al fondo de la llamada telefónica, celebrando mi asombro. Este premio, convocado en el 2016 en el marco del Primer Festival Internacional de Los Confines, me fue entregado en una bella edición de la Editorial Universitaria de la UNAH, y fue considerado como ganador por la poeta y crítica literaria hondureña Helen Umaña, el poeta argentino Jorge Paoloantonio y el poeta panameño Javier Alvarado. Muchas cosas coincidieron en ese premio: mi ausencia de Honduras, las palabras del poeta español Juan Carlos Mestre (tan esencial para muchos de nosotros en Paíspoesible) y la acción directa de los poetas Salvador Madrid, Ethel Ayala, Carlos Ordóñez y Néstor Ulloa en el montaje del evento y la publicación, sin dejar de mencionar que mi impresor-mecenas de mis poemarios en Honduras, Evaristo López Rojas, está fungiendo como director de la Editorial Universitaria. Así que el premio fue todo un reencuentro.

33 Revoluciones para Rodríguez es metaficción pura y responde a uno de los enunciados de la poética aristotélica: la necesidad de fabular. En este caso, la misma historia de Sixto Rodríguez es todo un avasallador acto de elegía al solitario y anónimo creador que no calcula las consecuencias de lo creado. Su antí tesis sería la vida del escultor polaco Stanizlav Szukalski, y ambos, en un punto que solo la poesía puede reconocer, se unen para darnos una lección de dignidad artística insobornable. Intenté capturar esa chispa donde genialidad y anonimato confluyen, y a partir de ella prenderme fuego.

2.1 WRS – ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle? ¿Qué relación tiene la poesía de 33 revoluciones para Rodríguez con vuestro trabajo creativo-poético anterior y hoy?

2.2 FE – Este poemario está íntimamente enlazado con mis dos poemarios anteriores, Blancas Piranhas (Editorial Pez Dulce, 2011) y Houdini vuelve a casa (Pez Dulce y Trabalis, 2015-17), en los cuales hice uso del soliloquio sostenido y fragmentado para poder explicar cierto regreso a una poesía intimista luego de largos años volcado hacia el exteriorismo y la militancia poética. Los cortos de David Lynch y Caza de conejos de Mario Levrero fueron llaves maestras para que redescubriera la viabilidad de imágenes y narrativa. Me quitaron la prudencia. Cuando escuché y vi a Sixto Rodríguez, sus letras y su música simplemente me dieron la conmoción que sirvió para desbordar lo acumulado. En Blancas Piranhas abordo la angustia del trabajo moderno, tan lleno de actos cuya finalidad es ser simple y llanamente improductivos, como bien explica el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, y en Houdini vuelve a casa llevo a cabo una larga conversación con mi querido amigo y gran poeta nicaragüense Francisco Ruiz Udiel, quien tomó la decisión del suicidio en las primeras horas del 2011. 

Vuelve aquí el punto de confluencia descrito anteriormente: Sixto Rodríguez amalgama ese recorrido. La primera vez que leí un par de textos de 33 fue en Rosario, Argentina, durante el Festival Internacional de Rosario del 2013, y me escuché de pronto casi cantando, cosa que no pasó desapercibido por el poeta cordobés Pablo Natale, quien tiene una banda llamada Los Bosques de Groenlandia. Al final de la lectura se me acercó super contento de que yo hubiera escrito y leído esos textos de alguien que también lo había dejado asombrado. Supe que el asunto era musical y así continué leyéndolo, esporádicamente, incluso en el Festival de Poesía de Costa Rica 2014 afiné definitivamente el cómo quería leerlos, y la idea pasaba por hacerme acompañar de una banda como lo hice en las presentaciones de Blancas Piranhas en Honduras, con Radio Zativa y Royal Blues, pero ya no encontré cómo.

3.1 WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona, poeta y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo-poético o no de entonces (anterior) con el de hoy?

3.2 FE – Definitivamente siento la distancia que he tomado con la elegía cívica, tan proclive a darse en el medio poético centroamericano. El paisajismo es una forma que ya no ocupo quizá porque ya me sirvió para completar el paisaje interior donde necesitaba vivir, y la versificación ha ensamblado con un ritmo interior que entiende la poesía a través de un pentagrama más holístico, cercano a lo que buscaba el compositor húngaro Béla Bártok con todo y su mundo de convocatorias musicales desde la cotidianeidad.

4.1 WRS – Fabricio, ¿cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y Honduras, y fuera de estos dos países en los que ha tenido la oportunidad de vivir o sobrevivir?

4.2 FE – Creo que gran parte de mis textos están imbuidos del fervor ideal -recurro a Mario de Micheli- que mi generación en Honduras tomó como fuerza de acción colectiva. Eso incluye las grandes pláticas y fiestas, complicidades políticas, desencuentros políticos y la organización política militante, no solo a nivel ideológico, sino en la organización de la gestión cultural, desde el Taller de Poesía Casa Tomada (1992-96), la Biblioteca Andante de Rubén Izaguirre y Pez Dulce (2000-2004 en Tegucigalpa) hasta pasar a Paíspoesible y Artistas en Resistencia al golpe de Estado en el 2009. Existió todo un carrusel donde el vertiginoso girar nos concentró en la idea de una Honduras que por fin se liberaba del determinismo modernista, y para ello, buscamos integrar a los maestros vivos de la poética nacional posvanguardia, Roberto Sosa, Rigoberto Paredes, José Luis Quesada, Livio Ramírez, Helen Umaña, José Adán Castelar, Tulio Galeas, Pompeyo del Valle. En torno a ellos asumimos un grave compromiso: ser felices hasta morirnos de la risa de la Honduras cívica.

En Puerto Rico he tenido una dicha muy precisa, casi diría que he tenido la fortuna de un pulidor de diamantes que se arroba con un tesoro que no es de él. Aprendí a conocer esta inagotable isla a través de la dolorosa poesía de Iris Alejandra Maldonado y luego por la musicalidad de Mayda Colón, mucho antes que la de Julia Burgos. Cosa de tiempos, por supuesto, pero de ahí en adelante he aprendido que nada de la poética boricua puede entenderse sin la impronta de las mujeres. Alex Maldonado Lizardi es mi asombro personal por lo mucho que coincido en su búsqueda de estructurar el discurso poético, y la poesía de Liliana Ramos Collado me sigue dando lecciones, así como la de José Raúl Gallego, Amarilis Tabares, David Caleb Acevedo, Nicole Delgado, Rafael Acevedo y Ché Meléndez. Crezco en esta nueva vida borincana, y seres humanos espléndidos como Vilma Reyes, Hilda Vélez, Marcos Reyes, Antonio Rosa, Linda Rosa, Angie Camacho, Gaddiel Ruiz, Cindy Jiménez-Vera, Víctor Figueroa, Alex Maldonado, José Ernesto Delgado, Zayra Taranto, Alexandra Pagán, Manuel Almeida, Rafael Acevedo y Enid Álvarez me han dado la confianza para mis primeros pininos en esta isla escrita, agradecimiento que extiendo hacia Tite Vásquez y hacia vos, por supuesto. Y claro que también hay un fervor ideal en Puerto Rico, algo que siento profundamente.

5.1 WRS - ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares, bien sean escritores de poesía u otro género?

5.2 FE – El cuerpo habla a través de sus heridas. Bien lo describió Shakeaspeare al poner en voz de Mario Antonio que cada herida de Julio César eran bocas que gritaban la infamia de su asesinato. Latinoamérica, entonces, habla a través de Puerto Rico y Honduras, naciones a las que pertenezco sumidas en un colonialismo que intenta desangrarlas. Cualquier cosa que siga escribiendo está circunscrita a este dolor y el dolor tiene diferentes formas de recibirse.

6.1 WRS – Sé que vos sos de Honduras y que vives en Puerto Rico. ¿Se considera una autor hondureño o no? O, más bien, una autor de literatura, sea esta hondureña o no. ¿Por qué?

6.2 FE – Soy un escritor hondureño, ahora más que nunca. Lo atávico jamás me abandona, mucho menos ahora que el imperialismo amenaza con hacer de Honduras un territorio yermo, disgregado.

7.1 WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y su ideología política con o en su trabajo creativo?

7.2 FE – Sístole y diástole. Soy un mestizo y alcanzo a percibir hacia dónde respira mi memoria. Presto atención a los ecos que la memoria diversa me trae y si algo la amenaza, tengo la estructura ideológica para protegerla.

8.1 WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy en Puerto Rico?

8.2 FE – Trato de pulir mi disciplina de escritor. En Puerto Rico he encontrado un espacio calmo sin la cadena de enajenación mediática que bombardea desde los medios de represión hondureños. Y claro que aquí los hay, más perversos, incluso, pero estoy en cámara de despresurización todavía. El mar es un gran tanque de oxígeno.

9.1 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática de éste? ¿Cómo ha variado?

9.2 FE – Creo que los que conocen lo que escribo, que no es solo poesía, se habrán dado cuenta ya de mi insistencia. Calidad e insistencia no son sinónimos, pero son gemelos que sospechan uno del otro. El “público lector”, por lo tanto, tiene más que derecho a dudar o a creer firmemente que estoy diciendo algo vital.

10.1 WRS - ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

10.2 FE – Voy hacia la publicación de mis cuentos y una novela. Los poemas continúan su torrente bajo el título Los Juegos Fascinantes y Las Crónicas del Capitán Snorkel. Quiero consolidar mis crónicas y ensayos… Y mi fotografía.