jueves, 31 de diciembre de 2020

Episodio 24: El 2020 se despide cantando


No hay otra forma. Con Esteban nos despedimos del 2020 en un mano a mano de gustos musicales, un repaso a los ritmos que escuhamos en el confinamiento, además de una reflexión sobre ello, en plática DJ... y con una canción final que produje estos días, por pura complascencia caprichosa de agarrar la guitarra y rockear. Muchas gracias a los que comenzaron a seguirme en esta aventura de mi Bitácora del Párvulo en podcast.


 https://drive.google.com/file/d/1WYklSNxgI_T4cLxaiNAkFmmZ6x_ME2GV/view?usp=sharing

sábado, 26 de diciembre de 2020

Episodio 23: Únanlo todo con el rock de Centroamérica

 


Quizá el brazo centroamericano del rock está demasiado extendido y no estamos en el centro de un continente. Quizá el centro sea otra cosa y sea invisible, pero en Rompan todo, el documental del rock en Netflix, simplemente borraron una región donde la contracultura ha existido -y en medio de un infierno- según el concepto que propone el documental ¿o el elemento político de cambio social con ayuda del rock solo ha sido un gancho de mercadeo para hacernos ver la serie? Centroamérica existe en la escena, y con Manuel Almeida, catedrático y podcaster puertorriqueño de Las Cosas de Losky nos vamos de lleno a dar nuestra opinión.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Cartonera Tica



El pasado 28 de noviembre, la Cartonera Tica presentó una colección de poesía latinoamericana en la que participé con la fotografía de sus portadas. Para mí ha sido feliz que Diego Mora, poeta tico que dirige esta editorial independiente costarricense, tuviera la confianza en mis imágenes y, aún más feliz que las imágenes hayan encontrado su nicho exacto, su función representativa. La poeta hondureña Karen Valladares está incluida con su poemario "Toca mi cuerpo".




 

Honduras: Mary Lester y su viaje al país, Rafael Murillo Selva

 

MARY LESTER Y SU VIAJE POR LAS HONDURAS HACE 140 AÑOS[1]

Una sombra de asombro cerró los ojos de Mary Lester cuando encima de su mula, terminó de abarcar la miseria del puerto. ¡Se lo había imaginado diferente!

Y es que cuando los cascos de las bestias se hundían en el fango, o levantaban polvo en la tierra reseca o se abrían camino en la maraña, en todas partes, por donde pasaba, desde Amapala hasta San Pedro Sula “la soltera” (Así se hacía llamar) observó cómo los macilentos y famélicos rostros de las gentes con la sola mención de dos nombres prodigiosos se transformaban e irradiaban una luz como solo sabe dibujarla la esperanza. Esas palabras “mágicas” se llamaban Puerto Cortés y el Ferrocarril Interoceánico.

 Se decían maravillas: Despegue hacia mejores tiempos, puerta dorada por donde entraría la riqueza. La fama del puerto y su ferrocarril trepaba hasta las crestas peladas de los cerros de tierra adentro. Para el pueblo hondureño ese riel milagroso que uniría los mares era la buena nueva que Dios enviaba al mundo con el nombre de Progreso. Al pueblo catracho, “el pueblo más macho” le tocaba también su partecita en ese gran “Proyecto Nacional”

Cuando se aseguraba que el préstamo estaba por llegar, que lo del proyecto era una realidad y que ya muy pronto... prontito el tren pasaría al lado de casas y de tierras, a los ingleses y al gobierno ya que esta vez, (era casi seguro) la pobreza se alejaría para siempre y con ello la derrota de un mundo ermitaño y pobre cuya semblanza tenía más parecido a la muerte que a la vida. La soltera acabó por consentir que vientos mejores se avecinaban para esta tierra que estaba recorriendo y que había anidado en su corazón.

Pero ahora que llegaba al puerto, una corriente de rabia cimbró su menudo cuerpo de maestra. Sus ojos no podían creer lo que miraban: chatarra amontonada, montañas de hierro en el muelle y en las calles, se asaban lenta pero seguramente bajo un sol que achicharraba. El milagroso riel, el ferrocarril interoceánico, dormían una siesta interminable. Pero no solo el hierro, la ciudad entera, al ritmo de un bostezo, se hundía entre el polvo y los pantanos. Eso era Honduras, el gobierno de Honduras, pensó Mary Lester. Este siempre quebrado país es un oasis para ladrones. Un ejército de buitres, prestamistas, ministros, licitadores, contadores y funcionarios de todas las calañas habían devorado casi la totalidad de los cinco millones, novecientos noventa y ocho mil libras esterlinas del crédito pedido a los banqueros de Londres y París. La construcción no podía continuarse y una deuda enorme, lastimaría como un fardo las espaldas de las gentes durante casi un siglo.

Sacudida todavía por la rabia, “la soltera” recordó los rostros buenos y sencillos que había encontrado en su dura travesía y pensó que una cólera más fuerte que la suya algún día les tendría que llegar. Para ese entonces cuando buscaba desde Puerto Cortés la manera de embarcarse hacia su lejana Irlanda, corría en el calendario el año de 1881.

 



[1] Texto inédito escrito en 1979.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Episodio 22: La generación cambiante ante el urgente cambio

 

Una reflexión sobre la adaptación a los formatos digitales y a lo adelantado que ya iba la generación actual en el giro que el confinamiento ha impuesto a la sociedad digitalizada. Me acompaña en este podcast el historiador hondureño Edgar Soriano.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Ser - Fabricio Estrada, relato

 

                                                                     Foto: Fabricio Estrada


Ser

 

La necesidad es insoportable. La Piedra. Tiene que ir adonde está la piedra. Busca el martillo y algo parecido a un cincel. Pedazo de hierro. Tosco, migaja de antiguas minerías. Servirá. La piedra despunta roma y lo llama. Sube corriendo hacia la pequeña colina en medio de la urbanización y llega resollando frente a ella. Al primer martillazo espanta a los niños que elevan barriletes en la cima. Segundo martillazo y los barriletes se alejan sin sus niños. Tercer martillazo y muchas horas después, astillada la noche y la piedra de la piedra surge la forma de un rostro humano gritando. Quijada abierta, se traga cada martillazo y surge bello y terrible, el grito. Mudo, el grito.

Baja sudoroso y los vecinos siguen sus pasos a prudente distancia. Toda la noche los martillazos. Cualquiera haría de su rostro un pedazo de piedra para picar, destrozar, derribar lo humano de su gesto embrutecido. Se desploma en el sillón, cierra los ojos y de nuevo siente que mira hacia afuera. Un árbol de tallo grueso. La respiración empieza a tensarlo como vela en una balsa hecha de los restos de naufragio. Toma un hacha y siente del árbol, por primera vez, toda su exigencia de ser cortado. Corre hacia él. Mientras avanza ve las nubes, y desea alas para llegar a ellas y amasarlas. Alcanza a ver el río atravesando la colonia, allá abajo, puentes y grandes postes y cables. Mis tendones, piensa. Mis costillas. Sigue corriendo y los vecinos lo ven pasar con su hacha apuntando al centro del tronco. El primer hachazo. El segundo. Las primeras llamadas a la policía. El tercer hachazo y la hora siguiente haciendo un arco limpio en su espalda brillosa. Debe respirar y continuar luego de aguantarse todo lo que ve en la tierra. Quiere tener más de dos brazos y manos, escarbar, buscar el agua, moldear, hacer todos los objetos del barro pegajoso. Cántaros, ollas, estatuillas, una máscara para dormir tras ella. La tierra, ay, la tierra que se ofrece. Está muy agotado, pero ahora falta lo último. Otro hachazo y ofrece la primera idea de un hueco. Astilla por astilla se abre paso hacia la forma de un espacio exacto donde cabe de cuerpo entero. Mira a todos. Desde las puertas de sus casas murmuran y se van ocultando al ser vistos. Sus ojos empujan, remachan, hunden hacia las sombras sus presencias. Sombras. Ausencias -piensa-. Nunca estarán. Serán. Solo eso. Regresa a casa, toma el libro que lleva leyendo y releyendo una semana entera y con él llega al hueco del árbol derribado. Entra en el hueco y coloca sobre su pecho el libro abierto. La frase subrayada. Quiere dormir antes de pasar a la siguiente página. Antes de ver el mar y querer destrozarlo y abrirlo en canal. Dar un paso adentro de él. Correr dentro de él. Desecar el Pacífico.

Alguien se atreve y se asoma al hueco donde duerme. Lee con el rostro flácido. El libro es de un tal Heidegger -alcanza a medio gritar. ¿La frase? “Ser es explotar en el universo”.


F.E.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Episodio 21: Una conversación en ciencia ficción

 

En estos días en que simpáticos monolitos aparecen por todo el planeta, traigo a mi podcast el chat-adaptación que hiciera para 2001 Odisea Espacial y Farenheit 451, un epílogo que publiqué en Blancas Piranas, en el 2011. Escuchemos a Arthur C. Clark y a Ray Bradbury en esta imaginaria conversa en la que colaboración especial de André Marcel, amigo boricua.

https://drive.google.com/file/d/1VwHpkxuGqDxgzFbk--UuepVntD3rNfhc/view?usp=sharing

domingo, 6 de diciembre de 2020

Carta abierta a Maradona de un guanaco - Antonio Cienfuegos

 Les comparto un sentido homenaje del escritor México-salvadoreño Antonio Cienfuegos. Hablado así, como al lado del asado, en el patio y viendo el partido del Boca contra el River, o aquel partido de México 86.

https://carajo.cl/carta-abierta-a-maradona-de-un-guanaco/

Episodio 20: Honduras, en la lista de espera


 Desde la lectura de Akropolis, de Valerio Massimo Manfredi, hago un contraste con la experiencia de desesperanza vivida actualmente en Honduras y, también, hago una pequeña crónica sobre mi propia experiencia en el 2012 -cuando fui candidato en las elecciones primarias para mi municipio- cuando yo les preguntaba a los campesinos ¿qué es Honduras para usted?

viernes, 27 de noviembre de 2020

Episodio 19: Copán en el lenguaje del tiempo


Dos historias que se unen: un encuentro inusitado en Puerto Rico, una pequeña piedra que le da un significado intemporal a Copán.



 

jueves, 19 de noviembre de 2020

Episodio 18: Iota en Honduras, Las voces bajo el agua, entrevistas

 


A través de las voces de artistas y comunicadores , Honduras muestra el entramado de la tragedia, tanto como del evento natural como de la brutalidad sociaopolítica donde han impactado los doble huracanes Eta-Iota. Nos acompañan: Hermes Reyes (actor, procurador de derechos humanos, Tegucigalpa- Valle de Sula), Néstor Ulloa (Poeta, Ojos de Agua, Comayagua), Javier Espinal (Muralista, actor, La Arada, Santa Bárbara-Tegucigalpa), Wilfredo Godoy (Periodista, Productor de radio, Sabanagrande) y Óscar Deigonet (Maestro, Cantautor y poeta, Villanueva-Cortés)

viernes, 13 de noviembre de 2020

Atardecer en Pugnado




 

Eta como imagen total

Foto anónima circulando en Facebook

 La imagen desoladora de esta señora anónima de Choloma, Cortés (norte de Honduras) puede resumir las condiciones no del trauma provocado por Eta en Honduras, si no del trauma perenne al que han llevado a miles de ancianx las políticas totalitarias y clasistas. La habitación está desnuda y revuelta, el limo cubre el piso; los pocos enseres destruidos y amontonados, pero en medio de todo esto la postura digna y vulnerable de la anciana, casi de martirio en espera de ser consumado, despojada de cualquier indicio de reclamo, solo ella ante las fauces leoninas del abandono estatal.

Cuando vi la foto me vi ante muchas casas que conocí durante toda mi vida en Honduras y casi escuché la frase más triste que puede expresar un anciano: "¿Y qué se le va a hacer?". Me pregunto por qué no sienten lo mismo que yo los secuestradores del país, por qué han considerado esta alevosa forma de humillación como única forma de darle paisaje a su política de aprovechamiento. Las cifras de damnificados rondan en más de millón y medio de personas, pero la realidad es que el Covid-19 tenía preparado ya más millones de seres humanos dentro de Honduras en situación de calamidad doméstica. 

Este tipo de santidad me perturba. O es la clave de conversiones religiosas masivas o es la clave para la creación de la santidad del que da todo de su vida por una revolución. Cualquier reflexión intermedia es limo, otra lenta inundación en la casa de esta sufrida anciana hondureña.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Episodio 17: Pleités o el inicio del sueño


El cine ambulante que llegaba a Sabanagrande forma parte de la historia del cine en Honduras también, tiene nombre y también muchas memorias para recordarlo.


 https://drive.google.com/file/d/1FrJeri8CGewKGWs85Tn7HeGPkPiUCC2T/view?usp=sharing

domingo, 8 de noviembre de 2020

Episodio 16: Podcast, Las voces bajo el agua, Huracán Eta en Honduras

Desde el mismo pálpito de la tragedia, algunas de las voces hondureñas que nos pueden dar una impresión sensible de la tragedia que está sucediendo en Honduras. Entrevista a : Lety Elvir, Johny Anderson, Óscar Esquivel, Óscar Deigonet, Rubén Izaguirre, Edgar Soriano, Tomás Rodríguez y Héctor Efrén Flores.


Solidaridad con Honduras

jueves, 5 de noviembre de 2020

Episodio 15: El Regimiento Fijo de Puerto Rico, entrevista, podcast


 En este episodio escucharán la primera parte de la entrevista que le realizara a las organizadoras del Regimiento Fijo de Puerto Rico, una recreación histórica de los vestidos y uniformes coloniales en los días en que los ingleses asediaron San Juan, en 1797. Para cerrar, el poeta Roberto Net, poeta puertorriqueño siempre innovador y experimental.

https://drive.google.com/file/d/1Zdh86nTLDJS89C5mAECkDuUA0DhJ3Px6/view?usp=sharing

lunes, 2 de noviembre de 2020

Regimiento fijo de Puerto Rico, recreación, fotos

Tomé estas fotos el pasado 24 de octubre gracias a la invitación que mi cuñada Laura Maldonado nos hiciera. Ella se ha integrado a la Asociación de recreación del Regimiento fijo de Puerto Rico que tiene sus sede en el Museo Casa Blanca, en el Viejo San Juan, y en ella no solo se hace la puesta en escena de lo que fuera la orgullosa unidad que defendió San Juan del ataque inglés en 1797, sino que también se recibe un taller sobre la moda y el textil que se utilizó en el Puerto Rico del siglo XVIII.

Tuve oportunidad también de realizar una extensa entrevista que estaré posteando -primera parte- en mi podcast este jueves 5 de noviembre, en su episodio 15.
Debo decir que esta es la segunda sorpresa que llevo en Puerto Rico en cuanto a recreación histórica se refiere, ya que la primera fue hace tres años en la magnífica recreación de Semana Santa que se hace en Arecibo, con vestuarios excelentes de legionarios romanos, sin embargo, esta recreación del Regimiento Fijo me ha dejado satisfecho en mi curiosidad de conocer de primera mano el cómo era la indumentaria colonial española, y más que eso, cómo el escenario del Viejo San Juan en conjunto sigue teniendo la sensación de máquina del tiempo donde aún vibra el espectro de España con más resonancias de las que somos capaces de aceptar. Y precisamente, la aceptación de la hispanofilia como una expresión de resistencia ante la invasión estadounidense es algo que las mismas autoridades de Washington nunca pedieron erradicar, llegando incluso a alentar ese sentimiento como una forma subrepticia de transculturalidad que sirviera al modelo de blanqueamiento que esperaban para Puerto Rico.
En esto aún hay mucha tela que cortar y ya existen estudios muy bien argumentados sobre el proceso intercolonial, por el momento, estas son las imágenes que aún subsisten en el orgullo de una nación que quiérase o no es heredera de todas las contradicciones de la historia en toda América.





















 

viernes, 30 de octubre de 2020

Sabrina Ramos Rubén - Puerto Rico



 Más que leer estos textos, siento el crepitante y minúsculo trazo de la pluma sobre las rugosidades del papel, como si Sabrina me permitiera acercarme lo más posible a las estructuras que sostienen la palabra poética, el sustrato donde nace la forma y las filigranas de la contemplación. Con una sensibilidad atenta a cada siseo, Sabrina puede distinguir -a través de la poesía- cuándo el viento atraviesa un ramaje y cuándo lo hace a través de los campos cultivados de cebada. En una mirada inversa al horizonte huidobriano -los caballos agrandándose cuando se alejan-, estos poemas crean una escala donde los hechos cotidianos que buscan alejarse en el silencio se agrandan y adquieren presencia totémica. Con todas las sensaciones de la poesía oriental, Sabrina nos brinda un recorrido museográfico a las levedades muchas veces impalpables de una rotunda piedra cubierta de musgo: la poesía.


De su poemario "Charco Hondo":

SECO EL VIENTO,

sopla, leve, a través de los ladrillos.

El trigo tiembla impaciente en las orillas

de la desembocadura de un río.

 

Escucho el discurrir de los cangrejos de agua dulce

en los canales

que inundan la cebada de los cultivos.

 

 

HACE TIEMPO HE MIRADO LA SOGA,

cómo sus vellos

raspan la espesura de la piel.

He mirado mi rostro

en las aguas que moran lo terso y profundo

del pozo

y vuelvo a preguntar

sobre aquella oscuridad que desciende por el túnel rocoso.

Un ruido desolado

retumba suave

y desciende escaso en el albor.

 

 

TUS DEDOS MANSOS

como un gamo que se acerca

y bebe en las orillas.

Uno de sus cuernos

perturba, leve,

la corriente.



AYER ENCONTRÉ UN NOMBRE EN LA ESPUMA;

el estruendo del agua era tan duro como tu memoria.

 

Niño antiguo del desierto:

la corriente clama años de ausencia.

Gotas violentas caen

sobre los caracoles negros de tu pelo.

 

Entre el río y mi centro

hay leguas de piel vieja y cicatrices

sobran grasas y cenizas

en mi vientre

para un sorbo de agua del olvido.

 

 

TIEMBLAN LAS LUCES AMARILLAS

en el terror de extraviar el horizonte constante del mar.

 

Estudio los efectos ópticos de la distancia

de cómo se ofuscan las cosas más sencillas

y pequeñas.

 

Cuando lo que juras tuyo se ha escurrido en la niebla,

el salitre carcome túneles huecos bajo la tierra

y el oleaje invade las columnas de caliza.

La quietud devora hasta el silencio.

 

 

 

COMO CUANDO SE DESHILA UN SACO

y se esparcen todos los granos en el suelo.

Así brota tu belleza.

 


LA POBREZA Y EL EXTRAVÍO

la bota violenta,

el lodo en la piel

cohabitan

con el querer escuchar

cada día lo mucho

que te gusta el olor

de la plancha sobre la tela.

Pesa la carencia

al lado de tus abrazos en vuelo.

 

 

CAMINAR EL DOLOR

como los pájaros

moran en las cavernas

 

y vuelan con los insectos

al caer la noche.

 

 

HAY UN FOSO ESTRECHO

lleno de agua

hasta el centro del planeta.

Hay paredes altas,

horas impenetrables.

Hay sordera triste en el barro seco.

Tanta sed entre las piedras.

Tanto ruido en los huecos polvorientos.

Tanta ruina dejó el terremoto azul.

 

Es poca la distancia entre el tiempo

y contemplar la noche clara.

Es larga la espera

para devorar estrellas caídas.

 

 

EL TECHO Y YO OTRA VEZ.

El calor sopla mustio en Río Piedras.

Los toldos que cubren los camiones han sido revolcados

por el viento.

 

Quedan pocos árboles de pie.

Añoro tu garganta.

Tu silencio de barrunto

en el mar.

 

Aunque aprendiste desde niño a encontrar hábil el olvido,

al menos recuerda,

cuando hagas filas largas bajo el sol,

mis manos sobre tu rostro

como el musgo que crece

sobre la piedra fría.


 Sabrina Ramos Rubén(Cayey, 1985) es curadora de artes visuales, escritora y traductora. Cursó un bachillerato en Historia del Arte por la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Entre sus curadurías recientes, destacan Agridulce, la primera exposición individual de Mónica Ching (Proyecto Local, 2017); Trabajo de campo, una exposición individual de Rosaura Rodríguez (Museo de Arte Contemporáneo, 2019); y la colectiva de mujeres, Nexos (Espacio Emergente, 2019). Su poesía se ha publicado en Claridad y el Periódico de Poesía de la Universidad Autónoma de México. Es autora de los poemarios Mangle rojo (La Secta de los Perros, 2016) y Charco hondo (Editorial Alayubia, 2018). Actualmente, estudia un grado de maestría en el Programa Graduado de Traducción por la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Episodio14 podcast: Comayagüela la melliza insomne

 

En una crónica más de mi libro Tegucigalpa, Ciudad Crónica, nos vamos a recorrer la ciudad de Comayagüela, hermana melliza de Tegucigalpa, y además, en un contraste en el tiempo, narramos cómo se celebró el centenario de natalicio de Francisco Morazán a principios del siglo XX, con un Ramón Rosa casi Rockstar a cargo.

https://drive.google.com/file/d/13-jlcxgj1qkE5UkCqZauzZadXry05i4J/view?usp=sharing

domingo, 18 de octubre de 2020

Teófimo López y la hondureñidad

Foto: Marca.com (MC)

Con cada vez más frecuencia, la hondureñidad se enfrentará a la realidad de que su presencia, fracasos y logros no solo se limitan al territorio sino que, al ritmo en aumento de la diáspora esto sucederá en todos los ámbitos donde tenga oportunidad de expresión una hondureña u hondureño. La realidad sociopolítica ha acrecentado exponencialmente la huída del país. No todos pueden salir, pero en los últimos años hemos sido testigos de una hemorragia poblacional en forma de caravanas que no detiene ni la pandemia del Covid-19. Las causas son puntuales: la dictadura y su frívola empresa privada han encontrado que la mejor forma de sostener el status quo es promoviendo la expulsión a través de múltiples acciones violentas.

Dezconozco el por qué emigraron de Honduras la mamá y el papá de Teófimo López, pero no hacen falta detalles para entender qué hizo de Brooklin, New York, la cuna del nuevo campeón de Pesos Ligeros de la Organización Mundial del Boxeo. En constraste, no hay forma de saber cuál será el próximo e hipotético campeón mundial de esgrima que aún no nace y aún va en el vientre de su madre en una de las caravanas hacia Estados Unidos. Cuando acaecía en el 2018 el pico más alto de la huída en masa de Honduras en forma de caravanas, el sentido de desventura y solidaridad alcanzó el nivel de conmoción nacional entre la población que se quedaba. Poemas, loas, canciones, material audiovisual, reportajes de las grandes cadenas noticiosas del mundo, todo esto fue recibido como un eco doloroso y comprensivo para nuestro desgarre: ahí iban nuestras esperanzas de cambiar adentro del país el ansiado cambio y el cambio iba gritando fuera joh en cada frontera que atravesaban. La ahogada, el mutilado, el secuestrado, la violadas, las perdidas entre los laberintos migratorios, las niñas y niños separados, todo pulsaba con un dolor masivo. En cada una de las madres migrantes veíamos a la nuestra tratando de rehabilitar la estatura humana de sus hijos, aunque sea en el azar del norte.

Y utilizo la palabra rehabilitar desde lo que Frantz Fanon sigue recordándonos en términos de lo que motivo muy profundamente al que triunfa sobre el determinismo de la pobreza y el colonialaje... "los desclasados (los humillados, los violentados, agrego yo) no se rehabilitan en relación con la sociedad colonial, ni con la moral del dominador. Por el contrario, asumen su incapacidad para entrar en la ciudad salvo por la fuerza de la granada o el revólver. Esos desempleados y esos subhombres se rehabilitan en relación consigo mismos y con la historia". Y ahí estuvieron anoche los puños de Teófimo López en lugar de granadas y revólveres, ahí, sobre el cuadrilátero resonaba, en cada campanazo final de cada round, una oportunidad más para sostenerse de pie, sólido como una multitud apretada contra una valla fronteriza, concentrado como sueño del que se despierta para continuarlo durante el día, hondureño como los millones de encarcelados  que pagarían por recibir todos los golpes de un ucraniano con tal de estar parados sobre el suelo del otro sueño.

Una larga reflexión ha comenzado y lo ha hecho con un triunfo mundial. Los boricuas ya están bien encaminados en las posibles síntesis, los cubanos también hacen revolución diaria con todo lo que en su ser se contradice cuando suena el nombre de Cuba, más allá o más acá de los tiburones del estrecho de Florida, los dominicanos, los sirios, los salvadoreños, Centroamérica completa sabe los que el Escorpión y El Muñeco han necesitado para triunfar: condiciones, las ansiadas condiciones que rehabilitan nuestra dignidad yq ue hicieron que Teófimo no olvidara coser la banderita de Honduras en su calzoneta de batalla.


F.E.

jueves, 15 de octubre de 2020

Episodio 13 Mad Max Fury Road reseña Podcast

La reseña que hiciera para Mad Max, con un toquecito de todas las Comayaguelas del futuro
 https://drive.google.com/file/d/1gYWaJMQoVBimU3ZT2IO2gXDBPc2hG4AQ/view?usp=sharing

miércoles, 14 de octubre de 2020

Episodio 12 Los gallos de Ciales pelean por uno Podcast

Surgida desde un coliseo de gallos en Ciales, Puerto Rico, mi crónica busca dar una mirada telúrica a una tradición que la colonia busca eliminar
 

Episodio 11 Mi propia memoria de Japón Podcast


 El recuerdo de un amigo japonés de mi época escolar sirve como referencia para la reseña Diario de Hiroshima.

Episodio 10 El último día del Variedades Podcast


 La primera vez que fui al cine tenía cinco años. Pinocho. Esteban tenía cinco años también cuando fue por última vez al cine Variedades, un día antes del cierre del legendario cine de Tegucigalpa. De mi serie Tegucigalpa, Ciudad Crónica.

Episodio 9 El hombre que oscila Podcast

Un técnico de audio cae desde las torres gemelas en el 2001 al igual que un hombre desahuciado por el sistema de salud. Un niño encuentra la clave del despertar en su conciencia social y lo canta.

Episodio 8 Todas partes Podcast


 Cuatro amigos, con preocupaciones muy particulares, son testigos de la única baja de guerra en su pueblo, durante la guerra del fútbol entre Honduras y El Salvador. De mi libro de cuentos La Era Pre-Schuman

https://drive.google.com/file/d/1K7jEe9hgitMaual_JcLvQxWUZT7qOS32/view?usp=sharing

Episodio 7 Y se llamaba María Podcast


 La crónica que escribí 8 días después del paso del huracán María sobre Puerto Rico, con algunas de sus capas sociopolíticas más sensibles expuestas.