viernes, 26 de octubre de 2018

I'll be gone in a day or two

Si hubo una canción ochentera que me dio a entender la dimensión paralela de la música pop fue Take on me. Era imposible dejar de ver su video  una vez que se me presentó como "muñequitos". Entraba a su atmósfera y quería vivir ahí. Ya una vez adulto, la imaginación aquella se me convirtió en nostalgia y a veces siento que puedo ir a la hemeroteca para entrar a través de los periódicos a aquellos años en que los juegos mecánicos del ahora extinto Campo de la ENEE, ponían como ambiente musical esta canción de A-ha intercalada con Funky Town. Mi hijo sabe que a las dos de la tarde, si va en un taxi de Tegus, las viejas radios con sus viejas programaciones pondrán Take on me. Las veces que hemos coincidido en unos de esos taxis que sintonizan exactos la brecha del tiempo, Esteban me ha dado un suave codazo en las costillas diciéndome: Escuchá, papi, la misma hora, la misma canción, tu canción...

Lo que a mí me dice Take on me es el anuncio de todas las distopías musicales ya que siempre la tomé como un tema futurista. Ahora, ya en el futuro, me doy cuenta que será muy difícil que regresen esos sonidos experimentales tan frescos, transparentes y, a la vez, tan llenos de desasosiego, porque sencillamente fueron creados para la generación que desaparecería bajo el bombardeo nuclear soviético. El romance que ahora veo ahí es el que se estiló en aquella visión apocalítica en la que series como Logan: Fuga del Siglo XXV mostraba a parejas enamoradas huyendo de las máquinas, así que cantar en un día o dos me iré... llévame! no suena a despropósito, al contrario, es el beso de las cigarras y la última fantasía de los últimos niños que habrían de amar sobre el mundo.




Will you call my name?

Tengo algo íntimo con esta canción de Simply Minds, no me avergüenza decirlo -ya he escuchado a otros decir que El Tenampa los quiebra-, pero cuando escucho ciertos pasajes líricos de Don't you, call my name or walk on by, por ejemplo (dirás mi nombre o caminarás con él) no dejo de recordar las oscuras caminatas con walkman por las calles de Tegucigalpa, intentando enviar una señal psíquica al amor de esos días, un amor que no me esperaría en la esquina siguiente y que al verme intentaría fingir algo para darle postal a la luz que caía pálida en su rostro.
Tengo mis himnos y este es uno -todxs lo tenemos- , y es que desde muy niño, cuando pasaban el programa de videos Hola Juventud, me intrigaba el acting de Jim Kerr transmitiendo un ruego que en realidad era el adiós al amor de joven. Su Look my way, never love me dicho con el hilo de voz que los sintetizadores alargan al igual que el video va girando en torno al hipnótico cantante, crean un vértigo tremendo, tristeza, angustia, no puedo definirlo y es lo mejor, toda la melodía y video clip ha debido siempre aspirar a ello: a ser inaprensible.

Veo y escucho una vez más Dont'you, y se viene el aroma a café tostado que flotaba desde el barrio Guacerique, el frío y el silencio de Tegus en los 80, la voz de la Myrna María Barahona que jamás logré separar de esta canción lanzada en primicia desde Stereo Mil, como una lluvia que no se detendría jamás.

Rain keeps falling
rain keep fallin
down, down, down... will you call my name?


sábado, 20 de octubre de 2018

Honduras: ¿Quién y cómo se organiza el éxodo?




¿SE PREGUNTAN CÓMO SE ORGANIZA EL ÉXODO HONDUREÑO, QUIÉN ESTÁ DETRÁS? Se los responderé en confianza: Resulta que un día se amanece sin haber conseguido ayer el préstamo de 5 dólares (100 lempiras) para poder comer algo hoy. Te quedan tres huevos, dos lempiras de tortillas y un voto que ir a dar tipo 10 de la mañana en la escuela de tu barrio... Resulta que prendiste la tele y están pasando la masacre de la madrugada. Vas a la pulpería a pedir fiado y te das cuenta de que ya no abre más porque le dispararon al dueño por no pagar el impuesto de guerra. 

Camino a la escuela, cientos de personas están haciendo fila para votar. Das tu voto pensando que tal vez se arregla algo cambiándolo todo de una buena vez. Al regreso a casa ves un inusual movimiento de tropas en cada rincón de la ciudad, la mayoría de ellas encapuchadas. Llevás diez años asistiendo a las movilizaciones en las calles. El golpe de Estado del 2009 movilizó a millones y vos estuviste entre ellos. Es de noche ya. El conteo da como ganador a lo que elegiste democráticamente en lugar de agarrar un fusil e irte con miles a una revolución incierta. El voto era incierto, pero esta vez el conteo habla con certeza absoluta: se ha barrido con la élite que secuestra al país desde el 2009 y medio mundo comienza a celebrar y celebrando se da el fraude. 

Se revierten en un parpadeo alrededor de dos millones de votos y resulta electo por la fuerza y bajo la bendición de la Embajada estadounidense un patizambo que de inmediato se convierte en dictador. La rabia es brutal. La alegría es tan precaria. Miles y miles salen a las calles a protestar y son bombardeados, asesinados, torturados, encarcelados... las tropas enmascaradas invaden los barrios pobres y sacan del pelo y a patadas a los jóvenes, a las mujeres... vos tenés hambre, pero es mayor el hambre de la indignación. Se protesta, se protesta, pero desde Washington se manda a decir que debés aceptarlo, que eso es democracia. 

Tras noches de desvelo te das cuenta que ya no podés conseguir empleo, que los noticiarios van aumentando su cuota de asesinatos, que los estudiantes son asesinados, perseguidos, que los campesinos son desalojados por miles, que encarcelan a los campesinos, que los bancos te niegan el préstamo, que no tenés educación más que para trabajar por horas sin derechos laborales, que no tenés derecho a un seguro social que fue saqueado por los mismos que se han reelegido y que desde los púlpitos te piden aguantar y aguantar y aguantar. 

Ves las filas en western union y money gram... largas filas que a veces solo van a retirar 100 dólares enviados desde algún lugar de la yusa... 2000 lempiras que nadie te regalará en tu día donde solo necesitabas de 5 dólares para sobrevivirle al día... lo calculás, ves la diferencia ¿y si gano allá, aunque sea 200 dólares a la semana es más de lo que ganaría en todo un mes? Te cuentan que se reunió una caravana para salir hacia el norte. Que esta vez los zetas no podrán secuestrarla ni fusilar a nadie como aquel año en Tamaulipas donde asesinaron a 76 mojados. Me iría, pensás, pero no podés porque ya estás en silla de ruedas, sin las dos piernas que cortó la bestia hace un año. ¿Cómo se organiza tanta necesidad? ¿Lo explico de nuevo?

F.E.

viernes, 19 de octubre de 2018

Border Us - Fabricio Estrada

No encuentro palabras y de pronto me da  por traducirlo a caricatura. Esto es lo que voy viendo sobre la gran migración masiva hondureña hacia Estados Unidos. No hay signo estético, comprendan eso: es pura catarsis.







domingo, 14 de octubre de 2018

Honduras en oleadas

Se me hace muy difícil traducir en palabras lo que mis emociones dicen con tanta claridad y espanto. Habla -ese, mi interior- desde el sentirse desplazado de Honduras junto a los miles que están huyendo de la dictadura neo-fascista que apoya Estados Unidos en mi país. Repaso opiniones sobre la segunda caravana que se ha organizado para iniciar un éxodo hacia el american dream y de inmediato encuentro que la trivialización entrona sus regla bajo las frases "siempre fue así", "no hay de otra", "el que quiere trabajo lo busca donde sea"... toda esa facilidad con que la hiper-dictadura (la dictadura interiorizada) oculta lo que es la causa directa: Honduras vive una dictadura montada bajo diversos mecanismos que han sido activados a la vista de la comunidad internacional; desde un golpe de Estado, hasta dos fraudes electorales que elevaron la barbarie a institucionalidad. El nombre de juan orlando hernández flamea como la bandera de barras y estrellas más reciente en la luna desolada y asolada por el paramilitarismo y la represión frontal del ejército.



Si esta traducción tuviera una representación gráfica, necesitaría de una foto donde aparezcan todas las amistades que van desapareciendo, borrados del marco aquel donde reíamos y soñábamos un país. Yo mismo desaparecí de esa fotografía que ahora miro desde Puerto Rico. Pregunto a los que van quedando en mi pueblo y cada uno de ellos me asegura que está a punto de salir del país, que solo espera un último impulso anímico. Las imágenes de esta segunda caravana puede ser el impulso esperado. Estoy seguro que comenzarán a aparecer altisonantes argumentaciones sobre cómo se organizó esto, que cómo es que de pronto miles saben dónde reunirse, y estas opiniones dejarán de lado el ejemplo natural del agua que siempre encuentra la grieta dónde reunirse para salir del espacio confinado. Y no solo es un espacio confinado mi Honduras. Dentro de ella se lleva a cabo una de las masacres institucionales más graves del planeta, masacre que no solo incluye el atropello o aniquilación física, sino que se extiende hacia la desaparición sistemática de cada uno de las normas jurídicas con que se construye la ciudadanía, unas veces burlada, otras veces encarcelada masivamente, en otras torturada bajo la nube de gases lacrimógenas más invariable y continua de las que se lancen hoy por hoy en América y, repito, en el mundo.



Que esos argumentos vengan y digan que eso no incide en estas caravanas y que son las maras la que expulsan y desplazan, es, sin duda,  una de las mayores alevosías de la hiper-dictadura. Se oculta el desempleo y el empleo politizado, se oculta el negocio de la gran empresa privada (COHEP) con su exitoso logro pos-golpe de Estado al terciarizar por horas el empleo; se oculta el desalojo de campesinos y la pasmosa acumulación latifundista en los valles más productivos del país; se oculta la persecución y asesinato a lideresas como Berta Cáceres y Margarita Murillo, mujeres valientísimas que han defendido los recursos de una soberanía ancestral que ahora pretenden borrar con hidroeléctricas y minería a cielo abierto (más de 300 concesiones han sido dadas apor juan orlando a empresas transnacionales); se oculta el horror represivo de la protesta contra el fraude que implantó la dictadura en diciembre pasado, todo esto apoyado por los flameantes Estados Unidos de América, el mismo lugar a dónde se dirige la segunda caravana con una lógica histórica incontestable:

 SI ESTADOS UNIDOS QUIERE Y ALIENTA LA SITUACIÓN DE MASACRE A TODO NIVEL EN HONDURAS ES PORQUE QUIERE QUE LOS Y LAS HONDUREÑAS VAYAMOS A ELLA EN BUSCA DE REFUGIO. SI LOS ESTADOS UNIDOS QUIERE EXPLOTAR TODO NUESTRO TERRITORIO ES PORQUE TIENE PARA NOSOTROS UN MEJOR TERRITORIO PARA RECIBIRNOS. SI ESTADOS UNIDOS QUIERE UN CAMPO DE BATALLA CONTRA EL NARCOTRÁFICO, PUES SE LO DEJAMOS PARA QUE LIMPIEN BIEN Y LUEGO REGRESAMOS. SI ESTADOS UNIDOS NO QUIERE MÁS INMIGRANTES POBRES PUES NOS IREMOS A ENRIQUECER MEDIANAMENTE PARA PONER NUESTRO NEGOCIO AL REGRESO Y NUNCA MÁS VOLVER AL AMERICAN DREAM.



Pero bien sabemos del negocio de los bancos con las remesas. Todo ese ahorro y envío es acaparado por el sistema bancario que es conformado por las mismas familias que han creado el escenario dantesco. Lo decía en mi muro en Facebook: las fronteras se han descosido, toda la movilización social que hemos tenido la última década pos-golpe, ha probado su incapacidad de ir más allá de las movilizaciones pacíficas en las calles de todo el territorio nacional. Sin intenciones de una revuelta armada, pues sigue la lógica de marchar y marchar. Una vez lo escribí: las movilizaciones de la Resistencia hondureña eran un éxodo de un desierto que podía estarnos ofreciendo 40 años sin asentamiento pero que el simple hecho de que toda Honduras estuviera en movimiento, sacaría de la molicie y determinismo mental a tantxs que ha considerado a Honduras inmutable. La dictadura no gobierna a una nación, eso hay que aclararlo, intenta aplacar por la fuerza un desplazamiento de placas continentales. Dicho de otra forma: la situación de gobernabilidad en Honduras es como si un capitán de barco que perdió su nave se empeñara en gobernar las olas.

Y esa segunda oleada es la que va hacia las costas supremacistas de Trump. Su golpe silencioso pero obstinado, pondrá en una posición de recambio a la dictadura. De eso estoy seguro. Ya Trump se lució con las jaulas para niños... ahora quizá el mismo Trump, como segunda respuesta, meta en la jaula al dictador y a sus guardianes. En los hechos del imperialismo, también esa es una lógica fácil de intuir.

F.E.


domingo, 7 de octubre de 2018

Las Crónicas del Capitán Snorkel 7 - Fabricio Estrada


Foto: Fabricio Estrada

Tardes completas en que esto se va a pique y los platos giran sobre la mesa sin caerse.
La proa anegada como la cama al que el cuerpo baja, en sueños, para enredarse en las redes mal hechas por una multitud de ancianos y piratas desarbolados.
La última hora captada por la antena habla de trescientos ahogados en el galeón ConcepciónIgual que hoy, 30 de octubre de 1641 algunos construyen su balsa y cruzan La Mona desde República Dominicana e intentan no convertirse en estadística de tiburones. El asunto es que la tarde sigue escorando y los tripulantes de mi bochorno hacen lastre y demasiados nudos para las velas.
 Cada quien sabe el calado que resta.
Cada quien sabe dónde cruje la quilla.
El huracán parece hermoso si se canta -vagas anotaciones en mi bitácora cuando la cerveza corre
y su aluminio es boya que ubica al ahogado. Tardes completas en que esto se va a pique, carabelas, naos, canoas, bergantines o falsos cruceros nocturnos que se desprenden como pedazos de ciudad.
 Importa poco la forma de los buques cuando hay aviones para alejarse y mirar el ojo de Arecibo
desde arriba, percibiendo con su radiofrecuencia hasta el último latido de nuestro pulso acelerado, registrando el último parpadeo de nuestra señal roja casi satélite casi constelado abandono junto a mil puntos rojos de igual número de aviones perdidos en la oscuridad que se alejan, se alejan hasta posarse, quizá, en el viejo cometa de níquel en que se fue convirtiendo nuestro corazón.

F.E.

viernes, 5 de octubre de 2018

Tres poetas emblemáticos de Honduras

Estas fotos las tomé en el año 2009. En ellas aparecen (arriba) José Adán Castelar -ya fallecido-, Tulio Galeas y José Luis Quesada, en una lectura que Paíspoesible organizó para homenajear al Grupo Literario La Voz Convocada (1965-67, La Ceiba). Faltaron los poetas Nelson Merren (fallecido, quien era coordinador del grupo), Francisco Aquino, Marco Tulio Miró, Julio Fonseca y Carlos Ramírez. El homenaje fue en Café Paradiso, Tegucigalpa.



Poemas de Onda Corta, presentación, 2009


Acabo de recuperar de un archivo que creí perdido estas fotos de la presentación de Poemas de Onda Corta. Los poetas Rigoberto Paredes y Samuel Trigueros dieron sus palabras de acompañamiento junto a la poeta e historiadora Anarella Vélez. Café Guancasco dio el canto. Mayo, 2009.







jueves, 4 de octubre de 2018

Las crónicas del Capitán Snorkel 13 - Fabricio Estrada

Demasiado sol para permanecer firme

Había enorme prestigio en dirigir el himno
con el compás correcto.
Todo director de sinfónica me evocó siempre
al director de mi escuela.
El director de mi escuela
fue experto
en mantener el compás de cuatro cuartos
con que debíamos cantar el himno nacional
A pesar del sol canicular
y mi mano haciendo el saludo militar
yo era un niño obligado a mantenerme firme
y a seguir el ritmo
de las sagradas notas:
"Primer movimiento
                                hacia abajo.
Segundo movimiento
                                hacia la izquierda.
Tercer movimiento
                               hacia la derecha.
Y cuarto movimiento
                               hacia arriba
más arriba
                               muy arriba
más más más"'.

Esta era la ejecución ideal
del maravilloso compás cívico.

john dimitri negroponte
se llamaba aquel Embajador de Estados Unidos
que visitó con honores
la Escuela Urbana Mixta Francisco Morazán de Sabanagrande.
Calvo y lirondo, recto como una secoya
llegó a supervisar la ejecución.

Muchos años después
-me lo dicen varios documentales-
supervisó otras ejecuciones
en la Green Zone y Abu Grahib
en la Iraq humillada.

Aún recuerdo
que ese compás me dio la medida exacta
para diseñar un barrilete.

Voló poco
en aquellos fríos vientos de noviembre
pero
duró más que el himno
                                   que quisieron imponerme.


F.E.