miércoles, 29 de julio de 2020

Corina Maruzza, Argentina


Foto: Fabricio Estrada 

La crisálida desde la cual Corina Maruzza escribe su poesía, tiene la sutileza que supimos advertir durante la presentación de su poemario Mar de Interema, en el Museo Zorrilla, Montevideo, este pasado marzo, en el último festival de poesía presencial del mundo que el Covid 19 confinaría. Luego supimos que cultiva orugas en su balcón y que les da de comer versos con una paciencia inusual. Sus textos siguen ese mismo ritmo en que las orugas van devorando las hojas y se van ocultando, a la vez, para preparar su metamorfosis. Todo rosa/ el aire cubre el agua, entonces Buenos Aires se llena de una poesía alada, liberadora, tan frágil que se podría creer vulnerable, pero una vez que entendemos su intangible textura, sabemos que nada ni nadie podrá dañarla.

Caza del mar

decanta 
algunas veces 
cada una de esas luces sobre negro
a su tiempo

flor nueva 
entreabierta 
perseverada 

nacida

del lado del viento
alguna hoja ondula  
se anticipa
toma forma la pierde
retorna

tonos nocturnos 
dibujos infinitos
puntos y retículas 
contrafrente
dorso

sutil
de las manos
inaudible 
imperceptible 
me sostengo

algas en el fondo






Nadar en la rompiente

Las aguas como lonjas de una piel infinita
HÉCTOR VIEL TEMPERLEY



todo rosa
el aire cubre el agua
la vista en la corriente

la piel sube
y se escurre
versátil 
mejillas alternadas
con trapecios
los pies se entrelazan
archipiélagos
si las plantas
o las palmas

del trance queda una memoria
se agitan los cardúmenes 
sólo toca deslizarme ahora 

todo roza 

ruidoso afluente interno
canales abisales de mi alma



Atlas del fuego


la noche queda perforada
sus ojos trinan 
tesoros de lo hermético
la órbita relincha
el curso de su lanza

latigazos
con los que revuelve el tiempo
cariátide y derrumbe de torres del abismo
cauce improbable 
y renuente del desierto
envaina el viento en su lúcida estocada

mi mano recoge lo que deje caer
soy yo misma las migajas





de Crápula (inédito)





traílla


 hermosa restricción
DIANE ACKERMAN




deslízate madrugada inmensa
crecido viento en la ceniza de una

llama
quiero ir
quiero ir
de nuevo

el tiempo se desploma
pájaros perlados
plegados a ras del agua
entre raíces de árboles inesperados
debajo en tu voz la lluvia
intangible textura
abre flores de arena con flores que se abren en cada uno
de sus pétalos de arena
semillas de una hoguera



Junín

  

cuencos
donde una cabe
subida  
amar era una idea

a salvo el antes
faz
arrimada en entredicho
yo fui nos
fuimos
detóname un latido
tiempo a flote laguna
estremece
no dista

bajó el agua
reincide su huella en embargos
cae una luna
roza a los pies de la orilla

sabe a saliva




nunca se sabe



no sabía que había un animal
cada luz es un mundo
insomne por ventana
los ojos sin patentar


esa foto
tuya que aún
no te sacabas yendo viniendo
trámites
los ojos
puñado de flechitas en el puño
igual así
estar
sin traducirnos


nada nos inmuta
pueden caer mil astros fugaces
ruido que supone una presencia
 llaga inesperada


un celeste infantil
improvisan en el cielo
monolitos de otras ciudades
¿son visiones son anzuelos?


mismas manos por ahora
distintas por los viajes
por cuánto despedirnos se demora


distintos sin máscaras
sumergidas líneas nos cruzan
mareas silenciosas de verano
probables horizontes
punto de perder el equilibrio
llega a dar señales
de un breve despegue


esa nave que anoche señalabas
sobrevuela remanente de una flota de cazones
barco inminente de río Ctalamochita
lleno de colitas de zorros y de mieles 




 Corina Maruzza (Temperley, Provincia de Buenos Aires, 1979). Publicó las plaquetas “Oráculo de Orión”, “Galope sobre la vértebra del mar” (2015) y “Sobre la proa” (2016), editadas por Pájarosló, y “Haz el caballo”, que forma parte de la antología “Necesidad y Urgencia” (Buenos Aires, 2016). Forma parte de la antología “Martes Verde” (2018), publicada por el colectivo de Poetas por el Derecho al Aborto Legal. “Mar de Interama” (Juana Ramírez Editora, 2020) es su primer libro.



martes, 28 de julio de 2020

China, representación de la represión pre revolucionaria

Había visto las constantes películas o documentales chinos sobre la guerra revolucionaria, pero esto va más allá en la tarea de consolidar memoria histórica. Las representaciones "cuadros vivos" de la época de persecución nacionalistas a los cuadros revolucionarios de Mao Tsé Tung, así, en plena calle y sin aviso a la población, crean un estupor -totalmente discutible- que luego se adhiere a la conciencia de haber vivido lo que tantos sufrieron.

Añejos

Conozco muchos casos en los que escritores -no sé si poetas- dedican su vida a cultivar poesía como una meticulosa ruina. Confían en no sé qué premisa simbolista o romántica que confunden con el llamado de Pound a cultivar el misterio. Ellos cultivan ruina misteriosa, piedras rosettas, momias en cuyas vendas se escriben los grandes poemas que salvarán a la humanidad poética del mañana, sí, pero bajo un requisito: solo arqueólogos con alta sensibilidad poética estarán destinados a la revelación. Es una poesía para la muerte y la resurrección posible, aleatoria. Escritores del misterioso azar que echan rayos ante las publicaciones de los demás.
"Un buen poeta espera", repiten en su tantra ¿qué esperan? Acaso ¿el ser poeta no significa cantar el espíritu de la época y pararse con las tablas de la ley en mano y lanzarlas ladera abajo hechas añicos? ¿Acaso el poeta es un reservorio de bolsitas de te para calmar los nervios del futuro? ¿Es el misterio del poeta añejarse?

Rechazo leer jeroglíficos. Tumbas milenarias construidas por escritores de mi propia generación. Rechazo las cápsulas del tiempo poéticas. !Arqueólogos a su ruina, poetas a su época! Nadie descubrirá aquello que fue constructo de un ego monolítico. Ningún mañana merece la idea de inmovilidad de un calculador del tiempo.

F.E.

lunes, 20 de julio de 2020

Texas, I love you - René Morales, México

Foto: Notimex
Yeraldín, René y yo tomábamos la cerveza despacio y veíamos la multitud dispersa en la Plaza Central de Tapachula. Toda la especie humana en tránsito y calculando el paso y el peso calcinante de las manecillas solares. Oye, me dice René, deberíamos reunirnos más, para nosotros es muy alegre verte por aquí. Yo le digo claro, manito! Pero no le termino de contar que he ido hasta Tapachula sorteando tres aeropuertos internacionales de ida que serán los mismos al regreso solo para volver a escucharlo y hablar y poder tomarme una cerveza con él y Ahmet en medio del Festival del Soconusco. Aguas, broder, me dice, te llegaste al ritmo de poeta joven. Miro mi cerveza entonces, reímos. Todavía no sabía que ya se me incubaba el Chikungunyá que me daría de patadas en el aeropuerto John F. Kennedy, en Nueva York. No. Pero lo que sí sabía es que estaba con uno de los poetas más brillantes y amigo que tengo de México y que junto a Balám Rodrigo, Ahmet Rivera, Berona Teomitzi, Chary Gumeta, César Trujillo y Rodolfo Corrales (el gran Piji) me dieron la bienvenida en el 2012 a una familia extendida donde la poesía dio ruta desde Xela hasta estos años.
Miramos entonces a toda la muchedumbre de indocumentados desde los amplios corredores. Pensaba en ese momento que quizá el próximo poemario de René podría llamarse Tapachula Te odio, y que los testimonios que sacaría su poesía sería la de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, cubanos, mauritanios, senegaleses, haitianos que no pudieron cruzar hacia Texas.

Ramón Hernández

En ese momento creo que te cuesta un poco respirar
sales al pasillo del que tanto te han hablado

En unos minutos
en vivo y en directo
tu esposa llorando para la TV local

Piensas
quién habrá hecho esas cortinas beige

El trato estaba más que claro
no lo olvides:
''This is America
and the show must go on"

(Asesinó de tres disparos a Oscar Freyre durante un asalto. Freyre fue mecánico de profesión durante 30 años en una gasolinera, en El Paso, Texas)

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Ejecutado el 30 de enero de 1987

El reo se negó a hacer algún tipo de declaración antes de recibir la inyección letal.
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Rubén Cantú

Ni los dioses ni nosotros
seremos los mismos
al terminar el día

Yo por ejemplo seré devorado por dentro
y pasaré a formar parte de esos fantasmas
que veía la abuela enferma en el patio de mi hogar

Pasaré a ser ese sonido de una puerta cerrándose por dentro
un poco de polvo arrastrado por el viento
una sombra acariciando eternamente el tapiz de la sala
un joven cadáver envenenado por el cloruro de potasio

Y a pesar de todo eso
la idea me encanta

(Con ayuda de un cómplice entraron en una casa e hirieron de nueve tiros a dos personas, en San Antonio, Texas. Falleció una y la otra identificó al victimario)

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Ejecutado el 24 de agosto de 1993

El reo se negó a hacer algún tipo de declaración antes de recibir la inyección letal.
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Jesse de la Rosa

Desde que llegas a este país hasta que te mueres
todos los días te repiten
esa mierda de fuckin' mexican
no eres bienvenido aquí
el sueño americano existía pero tú lo jodiste
te falta un sello en el pasaporte
y la migra te está observando
pero yo ya me cansé
y le voy a hacer una pequeña cicatriz en el alma a esta patria
le voy a poner un tiro en la frente
al próximo hijo de puta que me diga algo

(Asesinó de dos disparos en la cabeza a un capitán de la Fuerza Aérea durante un robo a una tienda de autoservicio, en San Antonio, Texas. Intentó abrir la caja registradora, al no poder, después de varios intentos, tomó un six de cervezas y salió a la calle, donde fue detenido)

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Ejecutado el 15 de mayo de 1985

No se conserva lo último que dijo el reo debido a que fue dicho en español, por lo tanto, el Departamento de Justicia Criminal de Texas se priva de la posibilidad de dejar documentado para evitar problemas de traducción.
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Carlos Santana

Todo lo que muere
comienza por ponerse azul
luego gris
y al final verde
verde como esa infinidad de hierbas
que crecen sin ningún motivo
verde como esa muchacha de Lorca
riéndose al fondo de un pozo
verde como una navaja de plata
ardiendo de fiebre en un vaso de leche
verde como un montón de dólares

A lo mejor todo cadáver en el fondo
es sólo un fajo de billetes
un par de monedas de níquel
un letrero de ofertas inolvidables
en la entrada de un Walmart

(Asaltó una armería en Houston y asesinó a uno de los guardias. Sustrajo un millón de dólares de la caja de seguridad, pero fue detenido unas pocas cuadras de la armería en una camioneta donde encontraron el arma incriminatoria y el dinero)

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Ejecutado el 23 de marzo de 1993

Última declaración: "El amor es la respuesta, no el odio; los amo y espero verlos a algunos de ustedes en el cielo".
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Mario Treviño

Madre si te preguntan por mí
diles que he muerto
destrozado por dentro
que fui el más grande hijo de puta
que hayas conocido en tu vida
robé, asesiné y violé
en el último momento
estaba triste pero lloré poco

Madre te lo repito y te lo suplico
si te preguntan por mí
diles que he muerto
como cualquier otro

Diles que no pregunten más
que tu apenas me conociste

(Allanó la casa de Blanca Miller, para robarla. Al ser descubierto, decidió violarla y estrangularla hasta la muerte.  Tomó de la casa de la víctima: joyas, una televisión, un estéreo; cosas que después fueron encontradas por la policía en el domicilio de Treviño)

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Ejecutado el 18 de agosto de 1999

El reo se negó a hacer algún tipo de declaración antes de recibir la inyección letal.
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Luis Ramírez

Me llamo Luis Ramírez
soy americano-mexicano
padre de familia
de 34 años de edad
de oficio carpintero
soy inocente
y en unos miutos más
estos idiotas
se darán cuenta que
no solo me están asesinando a mí
sino también a toda mi familia

(Citó a la víctima con el pretexto de que iba a arreglar una lavadora. Un par de minutos después lo llevó a una fosa recién cavada y ahí le disparó)

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Ejecutado el 20 de octubre de 2005

ÚLTIMA DECLARACIÓN: "Yo no maté a su ser querido, sin embargo espero que encuentren a quien lo hizo; me gustaría poder darles una explicación o algún tipo de consuelo, perdieron a alguien a quien amaban mucho, del mismo modo que mi familia y mis amigos van a perder en unos minutos. Estoy seguro que murió de manera injusta igual que yo. Entiendan que no lo maté y no tuve nada que ver nada con eso. A mis familiares y amigos los amo y, aunque muera, el amor nunca va  a morir. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Gracias, gracias a todos."
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Carlos San Miguel

Do you like the american fast food?
neta, así comienza el poema
piensa en un McDonald's, en un Wendy's
y todas esas mierdas que ganan miles de dólares
por vendernos basura hasta en los sueños
yo me metí a un Taco Bell
le puse un tiro en  la frente a un hijo de puta
que se creía muy cabrón
ahí enfrente de los comensales le apunté a la frente
le jalé y a la verga putos, puro pinche desmadre
montones de sangre por todos lados,
sé que hice lo correcto

Vamos, no sean hipócritas
yo sé que a ustedes también les atrae
el mundo del dinero fácil

( Asesinó de un tiro en la cabeza a john Phelan, administrador de un taco Bell. Durante el asalto metió a cuatro personas a un congelador y les disparó a poca distancia, pero solo le quitó la vida a una. Fue detenido durante el atraco)

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Ejecutado el 29 de junio de 2000

ÚLTIMA DECLARACIÓN: "Sé fuerte, hermano; sé fuerte, mamá, todo va a estar bien. Los amo a todos, no lo olviden. Qué irónico es todo esto ¿verdad?"
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Michael Sigala

Imagino ahora a mi madre
eligiendo el traje que vestiré mañana
la veo planchando con delicadeza
y pensando en el color de los zapatos

La imagino mirando con delicadeza el borde de mi corbata

Y pienso de nuevo en mi madre recibiendo
la mala noticia de que al final
se ha arrugado mi camisa blanca

(Durante un asalto a una casa asesinó a uno de sus habitantes, violó a la esposa de la víctima fatal y robó joyería; misma que empeñó)

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Ejecutado el 2 de marzo de 2010

ÚLTIMA DECLARACIÓN: "Sí señor, me gustaría pedirle perdón a mi familia; no puedo explicarles por qué lo hice. Espero puedan vivir el resto de sus vidas sin odio. Le ruego al gran Dios que me perdone, en el Todopoderoso encomiendo mi alma, amén."
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Ramón Torres

Durante la Revolución Roja
Mao Tse Tung organizó al pueblo
para que con varas de bambú y listones
espantaran a los gorriones y se murieran de cansancio
todo esto porque se comían el arroz y el trigo
al año siguiente la cosecha fue histórica
sin embargo la reproducción de garrapatas se quintuplicó
y eso provocó fiebre tifoidea en gran parte de la población
va a pasar lo mismo conmigo, me van a ejecutar
y creen que se acabará el problema
cuando en realidad este país está podrido por dentro

(Con ayuda de dos personas secuestró, robó y abusó sexualmente de una mujer de 37 años)

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Ejecutado el 14 de noviembre de 2012

ÚLTIMA DECLARACIÓN: "¿Pueden escucharme? ¿Alguna vez le dije que tiene unos ojos muy parecidos a los de mi papá?, lo he notado en los últimos días. Lamento mucho hacerlos pasar por esto, díganles a todos que los amo. Fue bueno ver a los niños, los amo. Díganle a mi mamá y a todos que estoy muy triste por todo este dolor, díganle a Brenda que la amo".
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René Morales Hernández (1981) Ha publicado en revistas, antologías y los siguientes libros: Espacio en disidencia (Praxis, 2007; México-Guatemala), El bestiario del perro (Literal, 2008; México), Radiografías (Catafixia, 2010; Guatemala), Notas sobre el fin del mundo (Public Pervert, 2011; México), La línea blanca (Public Pervert, 2013; México, Regia cartonera, 2014 y Pirata Cartonera 2015; México-Ecuador) y Carne (Public Pervert; México). En 2014 fue becario del PECDA-Chiapas, en la categoría poesía Jóvenes Creadores. Fue becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA en el 2015. En 2017 brindó servicio cultural para la embajada mexicana en Costa Rica. En 2018 gana el Premio Mesoamericano de Poesía Luis  Cardoza y Aragón (Guatemala) con su libro Luz descendiendo de las colinas de Chiapas.

martes, 14 de julio de 2020

Sabanagrande en mis ojos cuadrados

Esta es la mirada que la lluvia tenía del pueblo cuando llegaba en mayo. Se sentaba un rato al lado de la Cruz y se dejaba caer al llamado de los cuetes de vara. Desde la tercera ventana que se ve en en las escuela, nos empinábamos para verla y planeábamos subir el fin de semana de toda la vida. Y así lo hicimos, Jorge, Meme, Gerardo, Camén, Damocles, Fidel, Jairo, Roger, Beto, nos sentábamos ahí largo rato para intentar saber lo que el invierno sentía al mirar los tejados, ese laberinto de barro y adobes que nos parecía la imagen más bella de la tierra. Cuando nos aburríamos, le tirábamos piedras al cable del telégrafo y solo corríamos cuando Martita salía a señalar, allá abajo, que alguien estaba interrumpiendo los mensajes en el cerrito. Los cigarros Pinares, los naipes prohibidos, el primer turismo, todo eso fue ahí y la lluvia lo borró.

Preguntaba qué hubo ahí en el centro del parque. "Era una fuente", "Era una pila", "Era un pozo", y nadie podía explicarme el intento estético o funcional de los tres arcos. Nosotros nos sentamos ahí hasta que nos sentimos grandes y atrevidos, chavos de moda ochentera o dignos de la foto maestra de la adolescencia. Betío salía con el pelo largo, Alexis miraba serio tomado de la mano de su novia, Norma reía viendo hacia el cielo y yo me puse los lentes oscuros por primera vez. Años después, este era el faro que me hacía sentir en casa cuando regresaba a visitar a mi abuela y mi tía Lauren. Algunos tienen sus arcos del triunfo, pero el mío era el triple arco que cubría el pozo más seco de la historia.

En esta casa crecía un árbol de canela que nos hacía reunirnos en familia alrededor de él. Alexis, Ricardo y tío Filo la habitaron. Su canela era la tarde, y los mangos las semanas siguientes del verano. A la izquierda impactó el jeep de Pedrón que Pir quiso encender con la carga de amigos más hilarantes del pueblo. Yo lo vi tod, y por unos cuantos días, tuve mi fama de testigo de primera mano con la historia más fiel. "Fue como si la guerra hubiera llegado", dije.

Cuando alguien agonizaba, se acostumbraba a decir: "Ya está viendo los ceibones". Estas dos moles, que a mí siempre me parecieron las patas delanteras de un olifante especialmente descomunal, son las puertas del cementerio. Nunca conocí lugar más sereno ni más bello. No entendía todos los significados que luego conocí, pero para mí el cementerio era un lugar de vida, un parque en el cual las ramas creaban las sillas voladoras más llenas de adrenalina entre los pájaros. El paseo más repetido. La masividad más familiar. La medida más atrevida de todos los abrazos que podría o no podría dar el resto de mi vida.

Hay quienes aún escuchan dos ecos en este lugar: las noticias domésticas de última hora y los conciertos nocturnos que dimos con Memo Díaz, a guitarra y a capella. Nos daban las doce de la noche en esas bancas y el público llegó a tener más de quince noctámbulos que conocieron a Silvio Rodríguez por nuestro fervor. Por las mañanas, Chelo preparaba sus famosas burritas y los comensales llegaban aquí más beatos que el beato al confesionario. Porque había que contar o escuchar algo mientras se comía. Había que sorprenderse, hacerse el ''de a peso", o sumar una versión más a la verdadera comidilla aderezada con chorizo, frijolitos fritos y plátano maduro.

Esa puerta entreabierta era el ojo de Tule. Oscuro. Premonitorio. En la imagen se ven las calles que alcancé a ver cuando tenía 6 años. La tierra del siglo XIX. Las piedras del siglo XVIII. Esa casona, más allá de ser la del famoso líder político, Modesto Rodas Alvarado, fue la casa de Tule, "la pobrecita que nació torcida" y que tenía un peto hecho de ganchos que relucía cuando de pronto, al pasar un niño cerca, Tule sacaba su bastón y su risa y ojos torcidos por la enfermedad. Si alguna vez crucé de noche frente a su puerta, antes de correr me la imaginé arrastrándose por las baldosas de barro, con su pelo cortado a la rapa y su cuerpo de caracol antidiluviano. Sigo escuchando sus gritos y sus bastonazos contra las paredes.

Seis y media de la mañana camino al colegio. Dos de la tarde camino a las pozas del Asta y la Bruja. Cuatro de la tarde saltando en bicicletas. 12 de la noche: ni en la peor pesadilla. 10 de la noche: el escándalo de los novios que se iban a besar al ''puentecito del colegio" cuando se escapaban de la fiesta. Y a la izquierda, las horas y horas jugando con Chel y Rober, la casa donde preparamos el cuerpo de tía Lauren cuando ese mismo cielo encapotado se cayó sobre la familia. Los mejores años tuvieron como alfombra ese empedrado: el burbujeo del primer enamoramiento, la salida hacia los desfiles, los tambores que no paran de tronar.

La foto arranca desde el mismo punto donde daba la cabeza de la Mamá Culebra. El recuadro parece el de mis ojos. Mis ojos son cuadrados y vienen de la infancia. Así de grandes eran mis ojos y miraban todo el barrio donde crecí. Esa tierra acumulada a la orilla era en realidad el Monte Suribachi de Iwo Jima. En ella se consumieron regimientos de mis soldados de plástico. Las niñas ocupan el lugar donde vi el horror de una pelea a machetazos mientras la rocola seguía a toda madre con El Tenampa. De este mismo lugar me acordé hace un año en Ciudad de México. Mi Tenampa parecía más real y era esa esquina en donde Quico y yo competíamos por ser los primeros en llamar la navidad. Cuete tras cuete, bate tras bate (beisbol de barrio con mano enguantada en calcetines y pelota de plástico), el materinerinerero con aquella danza vigorosa de las niñas y sus exclusivas rondas. Desde este ojo cuadrado vi en sueños dos premoniciones que fueron reales, la de Fausti Vásquez y la de Nelson Osorio. Era esta misma imagen. Solo que con muerte.

La esquina de los póstigos. La esquina "de donde Kika", la bodeguita del Chato y Juan Carlos, la esquina de las tajaditas, la esquina que salía en las fotos más antiguas y que un incendio quiso desaparecer . Una tarde escuchamos cómo se achicharraba un hombre que se electrocutaba. Desde esa esquina lo vimos lanzando a la calle todas las estrellas que guardaba dentro de sí. Ese olor jamás lo olvidé.

Ese costillar azul son los restos de la truchita de mi tía Tanchito Caballero. En la imagen no se notan, pero ahí están las espumillas rosadas y los rosquetes, los dulces que hacía la tía Pocha y unas chilindrinas que siempre le disputé a dos gatos que medraban a los pies de mi tía. El mayor de los misterios era el qué había detrás de ese cancel en el que Tanchito se metía de vez en cuando. Cuando le tomé la foto que aún guardo, ella me dijo: Ay papa, esa será la foto para mi velorio. Ella cantaba, tocaba el órgano de la iglesia, rezaba la niña Tanchito. En la casa blanca, mi tío Carlitos me dio un regalo especial: esta es una postal que me mandó tu papá desde Tel Aviv, cuando estuvo allá. Y atrás estaba esa letra en la que quise descifrar no sé qué cosa en cada gancho, en cada punto suspensivo.

 La casa de Tino Osorio, la casa de Elisa, de Benicia, de doña Toña. La corriente de agua pírrica de un invierno pírrico, nada parecido a aquel torrente que sorteaban los niños de las aldeas a su regreso de la escuela. Donde está el carro blanco me ovillé y supe esperar contarlo todo, dentro de la casa más pequeñita que exigía movimientos precisos, dimensiones precisas. La última vez que vi este mismo ángulo con la ansiedad de llegar fue en 1989. Ya no volví. Ahí quedaron enterrados mis juguetes.

La calle del Manguito y esa acacia que hubiera querido que estuviera en mi niñez. En ese terreno levantaban el circo y ahí vimos cómo enterraban vivo al mago que era el mismo maromero, el maromero que era el mismo de la taquilla, el taquillero que era el que domaba los perros escuálidos de las mini bicicletas. Please dont go, de KC The Sunshine Band flotaba entre los parlantes y la voz del dueño del circo invitando a la primera función.

Desde este mismo punto se extendía el pavoroso cuerpo de la Mamá Culebra, la boa cretácica que una tardenoche atraparon entre veinte hombres para pasearla cuesta abajo y que se enrollara en nuestras pesadillas. Esa casita blanca no era esa casita blanca. La que yo tengo en mi mente es la crujiente casita de bahareque donde vivía mi tía Tancho. Aún se percibe el muro de piedras que protegía una finquita de café que yo arrasé como un zanate. Su grano dulce era el premio por haber llegado de visita. Chupaba el grano pulposo en silencio hasta que empezaba a llover y bajaba. Allá al fondo estaba nuestra casa, y la neblina.


No sé si un día alguien preguntará sobre lo más significativo de la imaginación hecha tornillos y vigas de acero circulares, pero este lugar respondería. Este lugar es tierra sacra: Aquí se armaba la Rueda del Chicago de la feria.

El armador

Inacabada
como algodón de feria
enrollada la noche en la mayor estrella
en los hilos dulcísimos del cableado eléctrico
llevada por su propia inercia
joya que un niño ve en sueños
en la boca de un pez que rota
que se traga las tinieblas
completa
la rueca que solo hila mortajas luminosas

Poca cosa busco
¿Alguien la vio rodar?
¿Va sobre el asfalto estallando bombillas?
¿Escarbó junto al trompo
y no hubo mano que la alzara en su palma?
¿Va agregando planetas a su armatoste
ovillando las entrañas de un hombre confeso
que amó y odió
todo aquello que alcanzaba a verse
en la vuelta más alta?

Soy el armador que prueba el miedo
el que sube a la canastilla
y lleno de ilusiones de marinero
descubre
que ya supera el campanario de toda iglesia
sobre los gritos de la abuela que ya perdió a un hijo en el girar
sobre los gritos de la niña
que dejó su cuero cabelludo en ofrenda
tornillos y sangre y una vuelta más
en reversa queda la noche
y nunca vuelve el sol al puño del armador
que hace malabares de puntillas
sobre el molino de abismos

Completa e inacabada a la vez
la tribu estelar vertiendo aceite quemado
de nuevo un costillar de ballena giratoria
abandonada en pedazos de calle
y los niños como hormigas
disputándonos sus ojos alucinantes
los hilos de piel restantes de su bovina misteriosa.

F.E.


Las fotos pertenecen a la página de Facebook "Sabanagrande a la antigua".

Giovanni Astengo - Chile




Le tengo mucha consideración a lo que da la música. Y hablo de las proyecciones que la música nos entrega en las formas del humo de los cigarrillos, el ondular de las copas de los árboles, la simetría entre ola y gaviota. Esa cadencia no solo se da entre las construcciones estéticas sino que también en las búsquedas o las coincidencia una vez que se fue tras la poesía como un rastro con el que se debe dar dentro de un territorio puntual. Así di con los textos de Giovanni Astengo y luego con la amistad. Hablo más bien de su luz poética y esa otra relación que existe entre las conversaciones que van hilando haces de luces entre faros perdidos entre la niebla. La niebla: nuestro precario conocimiento de las voces que mantienen a resguardo el arribo seguro de los barcos de la poesía latinoamericana. Lo fui escuchando como él mismo escucha interminables sesiones de jazz y blues, y fui viendo el humo de los cigarrillos creando su niebla. Así es que llegan estos textos y así es como Chile también eleva su cruz del sur.


Ejercicio del tarjador
                                                            ( Mallarme)
                                 
                                 El ejercicio más duro es la escritura
                                 mientras el mundo parece un prado
                                 Confía en el supremo adiós de los pañuelos
                                 y en la constante palabra de la brisa
                                 Dime de qué color palidece la tarde
                                 y qué escrito tarjarás para siempre.





Cruz del sur

                             Ya sabes que La Cruz del Sur nos vigila
                             cuando la ciudad nos abandona
                             y los bares ya cerraron
                             Estamos en el litoral   frente al mar
                             y sólo permanece
                             lo que escribí con los pies en la arena.





Carta de amor a destiempo

                   La maldita palabra amor
                   y el beso que la empapa:

                Eso fuiste mujer en estas calles de los cerros
                Guardo reliquias por cábala: Pulseras tontas con tu nombre
                y fotografías de cámaras de cajón
                Si yo gimiera un poema de aquellos años
                volverías a mí seguramente con la excusa de acostarte
                o tener un lugar sin patria en el tiempo
                 y esta cita es lo único que tiene sentido
                 más otras que guardamos como fragmentos
                 de un tiempo leve como el volar de las gaviotas
                 La historia es corta y casi cinematográfica
                 en el abuso de un final como Casablanca:
                 La mujer que se va  el hombre con impermeable.     




                             Ángeles en Berlín

                                                              A Sergio Ojeda.          
                             
                     El litoral que espera a las mujeres en verano                            
                     El sueño que sueña el adolescente delgado
                     frente a frente al amanecer
                     (sin relojes ni alcobas)
                     El campanario de la iglesia de provincia
                     que le recuerda a Rilke
                     Todos los relatos vívidos del primer trago
                     La oscura casa del pecado
                     La oscura casa de la culpa
                     La bella ciudad de los ángeles en Berlín.



Bares de Chile

                                            I
                                                                                                                                                                                                                                                          
              Piensa en Mallorca como un paso al otro mundo
                  riega el jardín secreto cada día escribiendo
                  Juega con bolas de nieve en Berlín
                  emborráchate  en Ámsterdam
                  Mientras yo temo desaparecer
                  en los espejos de estos bares de Chile.





París, Texas
                                                     A Marcela Acuña (Q. E. P. D) 
             
                   Aún recuerdo tu rostro perdido viendo París, Texas
                   La lluvia es un recuerdo olvidado que golpea las ventanas
                   Ebrios de cerveza  recorremos la ciudad insomne
                   y una música de otro mundo reemplaza a las bocinas.




Cifrado en las nubes
                                   
                              Cifrado en las nubes de antaño
                              el espejo de la edad
                              se nubla en el recuerdo de unos heliotropos
                              Y es necesario que las cosas hablen por nosotros
                              y no nosotros de las cosas
                              La vertiente se convierte en río
                              y esta lluvia no escampa más.





                          Las flores  despiertan en la ciudad
                                                                     A Sibila.
    
                        La ciudad al fin se despierta
                        mientras creamos un mantra para sobrevivir
                        e imaginamos flores saliendo de los adoquines
                        Todo esto me recuerda un poema de Waldo Rojas
                                                                              /sobre el Sena
                         Aparecen gaviotas: Estridentes, blanquísimas, concéntricas
                         La noche es un imán para perderse en los bares
                         y dar la vida por una botella de cerveza                          
                         La ciudad al fin despierta y aunque circulen cientos de rostros
                         nosotros aún estamos solos.





Arte y decoración

                           La aguja contra el tiempo
                           en lo perpetuo    en lo ancho de estas costas   
                           Resumir lo bello
                           en una caracola sobre una mesa Luis XVI
                                            /o una estrella de mar
                           pegada a las rocas.





En el suave país de la nada
                                      
                              Voy hacia el suave país de la nada
                              Las gaviotas sobrevuelan en el vacío
                              y tan sólo el silencio de la tarde
                              delata quién es y quién no es
                              en el suave país de la nada.





GIOVANNI ASTENGO. Santiago en 1972.  Ha sido publicado en diversas antologías y revistas, tanto de Chile como el extranjero. Sus libros son Anteayeres (1999), La morada irreal (Mago editores, 2006), Cuartos de Motel (Mago editores, 2008), Puzzles (2011), Sección de objetos perdidos (editorial Raíz, 2014), La morada irreal, nueva edición (editorial Bordes, 2016), Solo lo que me gusta existe (ediciones Montecristo, 2017), Poemas a destiempo/Poems at the Wrong Time, edición bilingüe (Cuadernos de Casa Bermeja–Mago editores 2017) Soñé estos poemas (Ed. Bordes, 2017). Tejido /Weave , ediciòn bilingue (Cuadernos casa Bermeja , Mago editores, 2018) La poesía como un Dios (Estudios, reseñas, notas y entrevistas sobre la poesía de Andrès Morales, Piso Diez Ediciones, 2018)   Azules abatidos (Sesiòn de jazz) MAGO editores, 2019 .