De entre las cosas terribles que trajo el Golpe de Estado Cívico-Militar, la reapertura de las desapariciones forzosa y el asesinato político, se encumbra como el hecho más doloroso que enfrentamos hoy por hoy.
Cuando luchábamos por mantener sin olvido ni perdón lo sucedido en aquellos años, vino la segunda arremetida en el 2009 que se sigue extendiendo y masificando. Una generación inédita en cuanto al sufrimiento de la desaparición y la muerte cercana de amigas y amigos compañeros, se ve ante el deber histórico de unir los hilos de sangre de las mujeres y hombres asesinados, e hilar con ellos la bandera de nuestra repulsa y dignidad.
Las Juventudes en Resistencia organizan este evento, y me han invitado a leer. Mi pequeño aporte es el de toda la poesía de siempre: reconstruir con la palabra, sanar cicatrices en la memoria y fortalecerla. No puedo estar más agradecido con esta invitación.
Fe de errata: no soy el coordinador de Artistas en Resistencia, soy uno más en una organización horizontal compuesta por compañeras y compañeros asumidos en la lucha, capaces de aportar y dirigir sin temor en la construcción del poder popular.
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