Aquí se vive con los pulmones dignos. El cielo permanece enrarecido por las bombas lacrimógenas.
La lluvia se estrelló en el aeropuerto de Tegucigalpa y de ella apenas sobreviven tres recuerdos moribundos.
Estamos en ascuas con muchas cosas, pero achicamos el agua con resolución, con una especie de fanatismo por las rosas secas.
Vivimos, elucubramos, hacemos el montaje de la vida precaria que nos dejó la brutalidad.
Aún estamos,
La lluvia se estrelló en el aeropuerto de Tegucigalpa y de ella apenas sobreviven tres recuerdos moribundos.
Estamos en ascuas con muchas cosas, pero achicamos el agua con resolución, con una especie de fanatismo por las rosas secas.
Vivimos, elucubramos, hacemos el montaje de la vida precaria que nos dejó la brutalidad.
Aún estamos,
y las ambulancias
continúan sacando pececillos rotos de la lluvia.
F.E.
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