viernes, 13 de agosto de 2010

"Cuidad a Ut´hjuaréz..."


Cuando los siglos pasen, y los arqueólogos sospechen que bajo los escombros duermen los restos de una civilización que -pomposamente- se denominó "Civilización Occidental", pocos documentos sobrevivirán, pocos testimonios daran cuenta de lo que las mujeres y hombres sufrían o gozaban en sus días normales.

Hoy que la historia ha vuelto normal la matanza diaria, la cantidad de información que circula en las redes no es garantía de que nuestras palabras quedarán marcadas en el tiempo, al contrario, así como exige el vértigo, así mismo la información pasa con extrema rapidez hacia los pozos del olvido.

Imagino, entonces, la sensación de esos arqueólogos del futuro al encontrar una nota escrita en un día normal del pasado; una nota que denunciaba toda una época en la muerte de uno solo de sus tantos anónimos. A esta distancia, el cuadro de violencia que describe la nota, parecería surgida de un conflicto entre naciones de enormes proporciones, y más aún, cuando llevados por la lógica, descubrieran que las matanzas en ese México ignorado (cuidad a ut´hjuaréz, descifrarían) ascendían a más de 25,000 muertos.

¿Qué cosa era eso del narcotráfico? ¿Era un sistema de gobierno? ¿Era un valor de intercambio moral? ¿Era un veneno poderoso? Aturdidos por sus propias conjeturas y por el desastroso estado de los archivos de la humanidad (todo desapareció de pronto y los textos fragmentados y dispersos son la única heredad de ese mañana), los arqueólogos irán atando cabos casi a ciegas...ingenuamente lo mezclarán todo, y así, concluirán que los sucedido en las épocas más remotas de ese "occidente" concernía a cada uno de sus naciones... y las distancias se volverán contemporáneas, y las conquistas intelectuales serán una sola Pangea indisoluble.

Heródoto entonces, será aquel historiador antiquísimo que, testigo de un tiempo atroz, rescató tiernamente un fragmento de la vida total.

Lo que los arqueólogos del mañana leerían -temblando de emoción- sería lo siguiente:




Ἡροδότου Ἁλικαρνησσέος ἱστορίης ἀπόδεξις ἥδε, ὡς μήτε τὰ γενόμενα ἐξ ἀνθρώπων τῷ χρόνῳ ἐξίτηλα γένηται, μήτε ἔργα μεγάλα τε καὶ θωμαστά, τὰ μὲν Ἕλλησι τὰ δὲ βαρϐάροισι ἀποδεχθέντα, ἀκλεᾶ γένηται, τά τε ἄλλα καὶ δι' ἣν αἰτίην ἐπολέμησαν ἀλλήλοισι.



Heródoto de Halicarnaso presenta aquí las resultas de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones de los hombres y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que puso a estos dos pueblos en la lid.


AMIGO, HERMANO:

Hoy Mataron a mi sobrino, tenía 18 años, estudiaba en el Tecnológico de Juárez, el hijo mayor de mi hermano, el nieto mayor de mi madre, mi sobrino, no voy a mentir, no lo alcanzaron las balas por casualidad, había sido previamente seducido por esta ola que nos ha salpicado a todos, y empapado a demasiados, había escogido mal a sus amistades, según él, no corría peligro, era inteligente, era supermán, era mi sobrino.
Mi hermano me lo había encargado hace dos meses para que lo convenciera de alejarse de “esa gente”, no lo pude retener, era obstinado, imprudente, orgulloso, estaba enamorado, era mi sobrino. Algunos de ustedes lo recuerdan, me acompañó a algunas actividades de protesta y estuvo conmigo el día que el gobierno evadió la audiencia en la que pensaba encarcelarme, el muchachito flaquito que no se me despegaba, mi sobrino está muerto.
Por eso la lucha, por eso la indignación, no puede el gobierno seguir lavando de sus manos tanta sangre, tantas muertes, ¿Cómo pueden cometerse tantos crímenes bajo tanta vigilancia?, ¿Porqué prefieren enfocar sus fuerzas en reprimir a los que justamente se manifiestan?
Las cámaras de vigilancia, tan cacareadas al principio de este gobierno, ahora resulta que no registran, creaciones estúpidas cómo la CIPOL y la PFP, resulta que no saben nada, que no ven nada, son demasiados policías, demasiados soldados y demasiadas cámaras para que nos digan ahora que simplemente las corporaciones han sido rebasadas y alguno se atreve a insinuar que a lo mejor han sido permeadas por la delincuencia.
Cuanta estupidez, cuanto cinismo del gobierno, cuanta insensibilidad, mientras escribo esto, miro la cama donde durmió y la ropa que olvidó, hace dos minutos acabo de colgar con mi hermano quien entre su llanto me intentaba comunicar lo que ya me había dicho mi madre, no puedo imaginar el dolor que lo come por dentro, y no puedo imaginar el dolor de tantos padres y tantas madres sienten por haber perdido uno o dos hijos en esta guerra que nos quieren vender como ajena, ¿Quién sino el gobierno permitió esta masacre? Unos inocentes, otros involucrados, pero todos son nuestros hijos y no estarían muertos si no hubieran sido tentados por las bandas que se saben protegidas
Hoy lloraré a mi sobrino, mañana lo enterraré y tengan por seguro que en menos de un día, estaré luchando de nuevo, más alto, más fuerte, con mas rabia, por Jair Alcocer, por Los Sin Casa, por los desposeídos, por los padres de tanto niño asesinado, por todos los que requieran algo de justicia, y por todos aquellos que no son escuchados por este gobierno inhumano, que no piense el gobierno que he “escarmentado” ni tu, ni yo, ni nadie, vamos a quedarnos a esperar una bala, a partir de ahora me sumo de manera incondicional a tu causa y a todas las causas justas que tengan que ver con acabar con toda injusticia que sufre nuestro pueblo.
En Memoria de Jair Alcocer, otro niño asesinado.

De todos:

Alejandro Alcocer Herrera



El texto de Alejandro Alcocer es real y circuló en la red. Su procedencia: Ciudad Juárez, México, 13 de agosto del 2010.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puta ese es un caballo de troya, es para nosotros. y comienza en la cabeza de america hispana. todo mundo cree que es para USA, pero se reviente hacia nosotros, porque no podemos y ni tenemos la capacidad fisica y mental de controlar. sobre la informacion encontraran paredes llenas de pinturas, libros, vasijas, y diran esta es una sociedad teolotractica.

Revistacidadesol dijo...

E quem sabe, então
O Rio será
Alguma cidade submersa
Os escafandristas virão
Explorar sua casa
Seu quarto, suas coisas
Sua alma, desvãos

Sábios em vão
Tentarão decifrar
O eco de antigas palavras
Fragmentos de cartas, poemas
Mentiras, retratos
Vestígios de estranha civilização

http://letras.terra.com.br/chico-buarque/66065/