Definitivamente mi país es un circo. Uno llega a sentirse como una de esas criaturas que, enjauladas, exhiben, bajo el látigo instigador, sus deformidades para que un público se sorprenda, se asuste o simplemente se ría. Uno llega a sentirse parte de ese gran espectáculo bochornoso por el único hecho de haber nacido ahí. Uno llega a sentir pena por el país, por sus habitantes, por uno mismo.
A esta hora todos los hondureños nos preguntamos al unísono: ¿Qué sucederá con Honduras? La respuesta viene de dos lados opuestos: el de los que apoyan la iniciativa del Gobierno de establecer una consulta popular el próximo domingo con el fin de conocer la decisión de la mayoría de los hondureños en lo referente a instalar una “cuarta urna” en las elecciones generales de noviembre próximo, entre quienes al parecer sobresalen las clases populares, y el lado de los que se oponen a esta iniciativa, entre los que destacan los empresarios y la mayor parte de la prensa nacional.
Es preocupante el rumbo que está tomando Honduras, pero es más preocupante lo dócil que puede llegar a ser el hondureño común, que se traga todo lo que le va metiendo en cantidades industriales la prensa, evidentemente identificada (léase: “pagada”) por los empresarios, y que se deja invadir por el miedo que le meten el “apóstol” analfabeto y el cardenal ilustrado, ambos amparándose en lo que un país tan ignorante y crédulo como Honduras tiene como baluarte: la puta falsa moral.
La iniciativa del presidente es simplemente una consulta al pueblo, una simple pregunta: “¿estaría usted de acuerdo en que en las próximas elecciones generales se celebre un referéndum sobre la necesidad de reformar la Constitución?”, y por lo menos a mí esta consulta me provoca menos miedo que el que me provocan todos estos opositores poderosos y sus lambiscones, que, en un momento en el que se sienten perdidos, llegan a atemorizar al pueblo con la amenaza de veinte años de cárcel si votan (legalmente) a favor en la consulta del domingo.
Los grupos que históricamente han hecho de Honduras un país marioneta temen la llegada de lo que podría ser el inicio de la recuperación de nuestra dignidad como país y tratan de satanizar la iniciativa del presidente, aprovechándose de esa maldita credulidad del hondureño, de su vocación al drama y al alarmismo.
No sé si éste es el inicio de otra oscura historia nacional, pero ya sentimos que Honduras, además de ser un país oprimido por sus problemas y opresivo para sus habitantes, va camino de convertirse también en un país opresor, y no hablo precisamente de las supuestas intenciones absolutistas del actual presidente de la república sino de las acciones que al parecer sus detractores son capaces de emprender en la defensa de sus mezquinos intereses.
Y ante todo este alboroto, este caos de payasos, de domadores con látigo, de animales y de criaturas serviles, uno no puede evitar hacerse la pregunta: ¿Cuándo acabará la función?
Giovanni Rodríguez
Apoyo esa decision de los intelectuales de manifestar su voz ante la situaciòn polìtica reinante.
Nadie debe temer a una simple consulta, ni siquiera aquellos que creen que sus privilegios se les vendràn abajo.
De lo que se trata es de tener una Honduras màs compartida.
Debemos derrotar el egoismo y la exclusiòn.
Oscar Amaya Armijo,poeta hondureño
Mi solidaridad con Honduras, mi rabia, mi fuerza y la de todxs quienes creemos que en nuestro continente nunca más debe gobernar la injusticia, la fuerza bruta del poder siniestro ni el odio que impone la sangre.
Mi abrazo a Meli, Jessica, Amanda, Fabricio y toda la gente de Honduras a la que le debo tanto. Pienso que con ese país la historia y la poesía sigue en deuda.
No están solxs, ahora más que nunca seguirán acompañadxs.
Alma Karla Sandoval, poeta mexicana
Querido Fabricio, aquí estamos.
Los quiero,
Vilma Vargas, poeta costarricense
Hermano, nuestra solidaridad desde otra patria jodida.
DAVID C. RÓBINSON O., Poeta panameño
Estimados amigos:
tienen mi apoyo en momentos como estos. En El Salvador no funcionaron los golpes de estado como se esperaba. Quizá porque los militares querían el poder y la población miró en los golpes de estado una forma de tiranía militar que es más cruel que una tiranía democrática o una guerra en proceso. Yo espero que algo bueno salga de este suceso tan delicado en Honduras.
Besos y abrazos fraternales,
Krisma Mancía, poeta salvadoreña
Son días oscuros para la humanidad... si es que aún sobrevive valgo de humanidad en el planeta... Mi dolor es hondo... me llena de pena saber este trauma del pueblo hondureño... IGUAL LES APOYO EN SUS RECLAMACIONES Y APLAUDO EL CAMINO QUE TOMEN EN LA BUSQUEDA DE SOLUCIONES ANTE LAS AGRASIONES DE QUIENES NO ACEPTAN LA VOLUNTAD DEL PUEBLO y las IGLESIAS!!! he ahí otra de las razones por las que YA NO SOY CRISTIANO...
Alexander Zanches, poeta panameño
Entrega General, 0824
- QUERIDO FABRICIO
espero que estos momentos pasen lo antes posible, y podais disfrutar en vuestra casa, y las casas amigas.
un abrazo y fuerza. hermano
chema Rubio, poeta español
- Espero que tomen las calles que mas decirles, Leonor Silvestri, poeta argentina
Qué bonito.
Y pensar que Honduras no desató nunca la guerra, que Honduras la contuvo o le fue contenida. Que Honduras no tiene comandantes ni frentes morazánicos al frente de una revolución sin tanta paja. Y pensar qué pasará en Honduras? Si pasará lo que pasa en Venezuela y los supermercados vacios cuando los mercados negros garantizan el lucro de los grandes empresarios.
No nos queda más que desearles suerte, hermanos hondureños, suerte y frialdad en este momento de pasiones desbordadas. Por favor, cuídense mucho.
Nora Mendez, poeta salvadoreña
1 comentario:
Adelante, fuerza contra el miedo la mentira y la destrucción. Creemos en Honduras como ese país poesible, como parte de una comunidad latinoamericana fraterna y no como una sucursal más.
Yaxkin Melchy
Héctor Hernández
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