Ayer -y digo esto contra las inocentadas de que fueron piedras o gravín- el Presidente Mel Zelaya sufrió un atentado de bala del cual salió ileso.
Sólo un medio televisivo informó en directo, los demás ni siquiera mencionaron sobre un acto que demuestra la extrema gravedad de la situación actual. El noticiario de mayor difusión en horario nocturno, que es dirigido por el nefasto Renato Álvarez no dijo una palabra al respecto y el diario El Heraldo han reducido al máximo el espacio de la noticia en su portada bajo el titular "Confuso incidente en caravana de Mel Zelaya".
Ya esto de por sí, es un silencio cómplice y de fuerte motivación criminal. Los impactos en el parabrisas muestran el clásico tiro de un francotirador que apunta desde una elevación y repite automáticamente el tiro: a la cabeza y al corazón, justo en dirección al asiento del presidente. Basta repasar la instrucción básica de un tiro de este tipo para entender que se está ante un profesional (basta -si no se tienen los medios para informarse- ver un par de películas de Hollywood de esas que repiten hasta el cansancio sobre francotiradores- para darse cuenta de lo que se trata).
Las declaraciones del Presidente fueron las que corresponden a un hecho de este tipo: con suma prudencia dijo que las investigaciones aclararían el asunto, que él estaba bien y que iba a tomar las medidas de seguridad pertinente. El mecanismo x de la Guardia Presidencial ya se habrá activado, sin duda, las respuestas o las omisiones vendrán a darle una mayor presión al ambiente social en Honduras, escalada lógica que la oposición radical ha venido fraguando -y ahora con mayor prisa- a escasas dos semanas de la consulta popular para una cuarta urna...
Sólo un medio televisivo informó en directo, los demás ni siquiera mencionaron sobre un acto que demuestra la extrema gravedad de la situación actual. El noticiario de mayor difusión en horario nocturno, que es dirigido por el nefasto Renato Álvarez no dijo una palabra al respecto y el diario El Heraldo han reducido al máximo el espacio de la noticia en su portada bajo el titular "Confuso incidente en caravana de Mel Zelaya".
Ya esto de por sí, es un silencio cómplice y de fuerte motivación criminal. Los impactos en el parabrisas muestran el clásico tiro de un francotirador que apunta desde una elevación y repite automáticamente el tiro: a la cabeza y al corazón, justo en dirección al asiento del presidente. Basta repasar la instrucción básica de un tiro de este tipo para entender que se está ante un profesional (basta -si no se tienen los medios para informarse- ver un par de películas de Hollywood de esas que repiten hasta el cansancio sobre francotiradores- para darse cuenta de lo que se trata).
Las declaraciones del Presidente fueron las que corresponden a un hecho de este tipo: con suma prudencia dijo que las investigaciones aclararían el asunto, que él estaba bien y que iba a tomar las medidas de seguridad pertinente. El mecanismo x de la Guardia Presidencial ya se habrá activado, sin duda, las respuestas o las omisiones vendrán a darle una mayor presión al ambiente social en Honduras, escalada lógica que la oposición radical ha venido fraguando -y ahora con mayor prisa- a escasas dos semanas de la consulta popular para una cuarta urna...
Declaraciones del vocero de la Policía:
"No se trató de armas de fuego, sino de piedras que impactaron en el vehículo presidencial, (lanzadas) por otro que pasaba por el lugar", precisó esta mañana a emisoras locales el portavoz del cuerpo de seguridad civil, Héctor Iván Mejía.
"Se descarta también que las piedras hayan sido lanzadas por alguna persona, ya que el cerro más próximo a donde pasó el presidente está a 300 metros", señaló el portavoz policial.
"Se descarta también que las piedras hayan sido lanzadas por alguna persona, ya que el cerro más próximo a donde pasó el presidente está a 300 metros", señaló el portavoz policial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario