A propósito de una foto de Juana

Walterio Iraheta, artísta plástico salvadoreño, me incluyó en una muestra que se hará a mediados de este mes en el Centro Cultural Español de Tegucigalpa. Ciudad Imaginada, se llama la muestra y gira en torno al tema urbano. Las fotos que me seleccionó Walterio revelan trasvestis, noctámbulos y a Juana en su pose clásica de amamantarnos, a puro flash... Camuflash le puse a mi aporte, pero la foto de Juana ha creado esta grieta que le relato a Walterio como acto de descargo:
Walterio: no sé qué decirte sobre el "caso Juana". Ayer me volvió a llamar para decirme que no quería salir en la muestra, definitivamente. Me dijo que le había mostrado la foto a unas amigas, y que estas opinaron que no era conveniente porque lo que iba a crear era morbo (...)

"Imaginate lo que pensarán tus hijos y nietos" -le dijeron, muchísimos años después que fueron ellas y ellos l@s que crearon un morbo artístico en torno a Juanita, ellos y ellas, precisamente, los mismos y mismas que le aplaudían y reían intelectualoidemente cuando Juana se pelaba sus eternas y hermosas tetas, cuando joven, cuando exótica, pero ahora que la ven vieja ya no les sirve a sus propósitos socialités, ya no tiene esa mixtura mórbida, ella, Juana, la que intentaba decirles ¡apretadas! ¡frígidos! ; no, ahora es abuela, ahora es madre ("ya no sos joven y loca, Juana, todo tiene su tiempo y el tuyo, loquita, ya pasó"), ahora es un símbolo apropiado, políticamente correcta y no aquella outsider que sólo merecía una chanza y mucha tolerancia, el picante a la sopa de hastío, etc.

Incluso hubo una de ellas que le advirtió que lo único que yo quería era prestigio y ganancias monetarias aprovechándome de su "nombre".

No sé si estamos a tiempo de cualquier cambio, pero en definitiva no puede salir la foto. Me asquea que la tergiversación que le dieron a Juana impere en todo aspecto en esta jungla de monjas y curas, y hago de esto mi vergüenza y mi rabia.

Siento mucho esto, Walterio, en verdad.

Fabricio