1. La más sencilla y más importante de todas las reglas es la establecida por la madre naturaleza.
(El Tío Miguel fue toda naturaleza. Como tal, dio a la vida a Iveth, a Juancito, a Laurita, a Marvin, a Lety, y todos ellos lo celebraron siempre, todos salieron músicos)
2. El estudio más importante que debe servir de guía a todos los demás es el estudio de sí mismo.
(La alegría de Tío Miguel, con toda seguridad, fue el estudio constante del alma humana)
3. El grado de perfección de un instrumentista depende únicamente de su gusto y de la voluntad de satisfacerlo.
(Tío Miguel tocaba como un poseso, muchos instrumentos de viento, pero para su gusto, fue el trombón el sonido del cielo)
4. La concentración ocupa la parte más importante de cualquier ejercicio.
(Tío Miguel lo miraba a uno, por un rato, le hacía un guiño al de turno y luego, nos apretaba los cachetes y nos abrazaba. Eso era concentrar el cariño. Para mí, era el ser más bondadoso del pentagrama)
5. Primero piensa, después toca.
(Nooooo, el Tío Miguel no pensabaaa... era hasta después que se daba cuenta que había un instrumento de por medio y todas las reglas de la música!)
6. El buen trabajo consiste en equilibrar nuestras facultades más débiles con aquellas que la naturaleza ha dotado mejor.
(Claro, el Tío Miguel, jugaba con ese equilibrio: el trombón es un equilibrio, el trombón era su debilidad)
7. Tocar el trombón es una operación básicamente antinatural que consta de un 90 % del empleo de energía mental y un 10 % del uso de la energía física.
(Ahhh, eso enormes cachetes que se inflaban a lo Armstrong, yo no podía creerlos!!)
8. No sacrifiques el tono por la técnica.
(Nop, el único sacrificio del Tío Miguel fue dormir: él quería seguir despierto para seguir como jilguero junto a Edith)
9. El exceso de esfuerzo en la práctica es peor que la falta total de la misma.
(A mi Tío no le gustaban las matemáticas)
10. La ansiedad de los alumnos actuales por convertirse en «magos en 10 lecciones sencillas» es posible que sea su propia trampa.
(Lo que hacía el Tío Miguel cuando era Director de la Banda de los Supremos Poderes era que abría la trampa y dejaba volar a los ruiseñores)
11. Es más importante aplicar los principios correctos al interpretar unas pocas notas que acabar una considerable cantidad de literatura sobre trombón de forma apresurada e insensata.
(Marvin aprendió a tocar Jazz con la literatura natural que había en el enorme pecho de su papá)
12. Si se permite que el progreso físico de uno se concentre en los labios más que en el aire, se equivoca la práctica.
(Iveth aprendió a hacer de sus labios unas gaviotas que volaban sobre las olas de su flauta)
13. Una boquilla nueva es como un par de zapatos nuevos, si no te sientan bien, debes ser lo suficientemente inteligente para poder sentir y expresar la diferencia.
(Juancito aprendió a calzarse con encharolados zapatos, iguales que su sax, porque una vez el Tío Miguel le dijo que era bonito verse en el espejo cuando se bajaba la cabeza en la nota más baja)
14. No apretar la boquilla contra los labios. Toque hacia ella.
(Laurita aprendió a silbar cuando tenía tres años. El Tío Miguel la vio y comprendió que sólo hacía falta ponerle al frente una flauta y ya, listo!)
15. Algunos ejercicios parecen inútiles o ridículos a los ojos de los que no han formado parte de una buena agrupación y no saben que las cosas más simples en apariencia son a menudo las más difíciles y peligrosas en realidad.
(Lety, la pequeña Lety, se fue con las Chicas Roland a tocar, y era siempre toda una fiesta, desde Costa Rica hasta Honduras... el Tío Miguel se moría de la risa de pura felicidad!)
16. Unas pocas gotas de medicina curarán, mientras que una cucharada llena matará.
(La mejor medicina siempre fue Tía Edith. La mejor medicina siempre fue estar a su lado)
17. No terminar ninguna sesión de estudio sin asegurarse que se puede hacer todavía una escala con facilidad.
(Nop nop, la mejor escala para el Tío Miguel, era en la estación de la felicicidad, cosa que se le daba con asombrosa facilidad)
l8. No se puede estudiar en demasía, porque aunque no se esté cansado, se «recalientan» los labios y no circula la sangre.
(Cuando tocaba en Los gatos Bravos, mi Tío era pura rumba, punta y salsa. Terminaba siempre con los labios recalentados y sus ojitos más chiquititos)
19. Cuanto más grande sea el cansancio diario de los labios más largo ha de ser el trabajo de prepararlos.
(Hizo giras interminables, fiestas interminables con Los Profesionales. Estaba preparado para hacerle fiesta al mismo fantasma de la Tongolele)
20. Si nos damos cuenta del significado de las reacciones de los labios, la sensibilidad de éstos no trastornará nunca los nervios, proporcionando con el paso del tiempo confianza, seguridad y paz espiritual.
(Cada vez que lo miraba, aún niño y todo, yo comprendía que la plena confianza que le tenía era nomás un estadio inmenso de su espiritualidad. Él supo que yo tenía sensibilidad para la música, pero me arrobab el hecho de llegar a aquella casa y escuchar que todos eran una orquesta infinita. Mejor, me dedicaba a escuchar, a él, a mis primos)
21. El pensamiento o la imaginación ejercen una gran influencia sobre la calidad y proyección del sonido. Ejercita estas facultades naturales aplicándolas continuamente a tu instrumento.
(En sus últimos días estuve en sus pensamientos. Alejado por un ritmo incierto, no pude verlo. No pude verlo)
22.-Generalmente no se «deja» el trombón. El nos abandona a nosotros.
(Jamás nos abandonará, Tío. La música sigue sonando aún en sueños)
23. Cuando contemples a un trombonista extraordinario no debes envidiarlo. Has de sentirte agradecido por conocer a alguien que no solamente ha logrado su objetivo, sino que ha perfeccionado algo por lo que nosotros hemos luchado mucho tiempo.
(Tío Miguel: le agradezco más de lo que imagina: me dio un horizonte parecido a una sinfónica. Todos sabemos que logró su objetivo. En el pentagrama también existen los silencios.)
24. Ten siempre presente que el trombón y la música te darán lo que tu les des a ellas.
(¡Qué bella familia la que nos dio a todos, Tío!)
25. Más allá de la cordillera viven también otros. Sé modesto.
(Sí, Tío, sea modesto, mire que en el lugar al que va ya le tienen armada una gran fiesta de bienvenida ¿Qué va a tocar? ¿Qué instrumento elegirá? Llévese por favor mi corazón, tal vez es una ocarina que nunca aprendí a tocar.)
4 comentarios:
Siempre enternece tu ternura!!
Un abrazo para vos y al recuerdo deltio Miguel, que viva la música y el regalo de soñar que nos ofrece!
te abrazo fuerte.
karla lara
Saludos colega, lo invito a conocer el blog de la carrera de letras(UNAH,tegucigalpa): carrera-de-letras.blogspot.com y de ser posible agregarla a su lista de blogs. Gracias.
Tuve el placerDe conocerPersonalmenteA Miguel SierraUna personaDe noble corazónTuve el gran honorDe verlo y oírlo tocarTransmitir su pasión por la música a todos los que estábamos en la pistaTuve el placerDe conocerY compartir con Sonora hables familiaQué en su momentoPaseLos mejores días de mi vidaSaludo para tu familiaEspecialmente a ivetQue Dios guarde en su reinoAmi buen amigo Miguel Sierra
Un gran amigo
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