martes, 20 de abril de 2010

Deja vú en Resistencia


En la Resistencia Popular Hondureña estamos a las puertas de una decisiva acción que nos devuelve a uno de los puntos coyunturales que dieron inicio a nuestra lucha actual, veamos:

El inminente retorno de Manuel Zelaya Rosales, devuelto estratégicamente a Honduras por diversos planteamientos externos (ALBA - Estados Unidos), exigirá de nuestro comportamiento revolucionario una claridad a toda prueba, la misma que debimos haber tenido los muchos meses anteriores a la firma del ALBA por el compañero Mel.

En esos días de duda dialéctica –terribles por sus consecuencias- las organizaciones del Movimiento Social debimos acuerpar de manera inmediata todas las iniciativas propuestas por el Presidente, pero en cambio, la sospecha, el prejuicio y otras debilidades de naturaleza incierta, impidieron advertir que –sorpresivamente- los mayores actos revolucionarios provenían de la única personalidad con poder real para impulsar toda la plataforma de cambio estructural dentro Honduras.

De todos es conocido la vieja sentencia que nos alerta de la siguiente forma: “El poder sin sabiduría es tiranía, pero la sabiduría sin poder es nada…”, y partiendo de estas palabras, me atrevo a esbozar algunos pasos que ya se están dando en esta tercera etapa de lucha desde el 28 de junio del 2009 (la primera: lucha frontal en las calles, la segunda: reagrupamiento después del Estado de Sitio, y la tercera: la formación):

- Vuelven a aparecer los discursos altisonantes que advierten de la trampa que significa apostar por Mel, y esto sin haberse demostrado que la dirigencia del FNRP haya hecho el relevo esencial que supla el arrastre popular del Presidente defenestrado.

- Se pretende ignorar el equilibrio del poder real internacional que no puede ignorar al Gobierno actual de Honduras sin antes quedar a expensas de un vacío de fronteras y diálogos. Fronteras en el caso de Nicaragua y la amenaza que significa para esta que en el cálculo de ignorar a Lobo el imperio haya aprovechado para abrirle una Base Naval en Caratasca, justo en la zona de intereses de la Mosquitia nicaragüense. Diálogo para presionar por la vía diplomática el regreso de Mel.

- Todo el esfuerzo que el FNRP desplegará para realizar la encuesta de este 28 de junio, debe pasar de largo el hecho simbólico, de lo contrario, se habrán agotado muchos frentes de lucha en el desperdicio de energías puestas para sacar adelante el proyecto. Lo mínimo que debería ocurrir es que esta encuesta caiga en saco roto. Sus resultados deben canalizarse de manera fría, crear una base de datos para un mercado cautivo en resistencia que ayude a liberarnos del consumismo golpista o la creación de una membrecía absolutamente clara, por ejemplo. El asunto es definir sin dilación, darle poder a las firmas.

Pienso que hemos aprendido muchísimo de la enorme alegría de vernos juntos en las calles y por supuesto, del enorme dolor que ha representado saber que no hay lucha sin pérdidas, y mucho menos revolución sin sacrificios. En muchas ocasiones, el golpismo ha llegado hasta dirigir el orden de nuestras marchas en las calles, apelando al sentido de la formalidad inoculada durante años por el sistema capitalista, ha activado el oprobioso sentido común de las masas para ablandar lo que en principio ha debido ser una tormenta natural con enorme fuerza regeneradora, una tormenta que limpie a fondo.

Estamos de nuevo en las vísperas de algo grande. Las fuerzas jóvenes que integramos el FNRP mantenemos el respeto histórico hacia la dirigencia, sin embargo, nuestras propias fuerzas pueden estar ya desbordándose en busca de un cauce natural de relevo que lleve la lucha hacia nuevas dimensiones inevitables. Los hitos de Alauca, septiembre 21 y el levantamiento de barrios y colonias no podrán repetirse de nuevo con el corsette del pacifismo calculado puntillosamente por el golpismo. Eso hay que tenerlo en cuenta si aún comprendemos qué significa la palabra poder.


Fabricio Estrada
Sabanagrande, F.M.


1 comentario:

Revistacidadesol dijo...

Oi, Fabrício.

Estou por fora desse debate em Honduras, mas posso tentar ajudar com a história do golpe no Brasil.

Em 1961, o presidente eleito, Jânio Quadros, pró-capitalista e moralista de direita pró-USA internamente, renunciou e o vice deveria assumir.

O vice era Jango, político que como ministro do trabalho de Vargas dera aumento de cem por cento aos trabalhadores. Ele estava, então, na China comunista. O voto em presidente e vice era desvinculado e se podia elegar alguém de outra esfera ideológica totalmente diferente.

Os golpistas militares e do partido de Jânio tentaram impedir a posse de Goulart, só permitida graças à mobilização popular e dos protestos de um governador, Leonel Brizola.

Jango dizia que "essa coroa não coloco na minha cabeça" e insistiu em dividir o poder com elementos conservadores. Instaurou-se, então, o parlamentarismo, que foi um golpe branco, diminuindo o poder do presidente com apoio de civis.

Isso até dezembro de 1963, quando um plebiscito instaurou os poderes do presidente.

Duas atitudes dele desencadearam reação intensa: apoio à reforma agrária e a uma lei que taxasse os lucros das multinacionais. Ambas permanecem tabus mesmo no Brasil de hoje.

Quando o movimento militar ergueu-se contra ele, em abril de 64, parte do exército quis lutar, mas ele preferiu não derramar sangue e exilou-se.

A avaliação que os intelectuais fizeram do golpe é que ele foi a instauração política de um modelo de desenvolvimento associado ao capital internacional posto em prática pelo governo Juscelino Kubitschek (1955-1960).

Em Honduras penso que é isso: o setor da burguesia que aceita as reformas e se une ao povo é pequeno e isolado em relação àquele que se alia ás multinacionais e á burguesia internacional. Um reflexo disso é o tratamento de Zelaya nos meios de comunicaçao de massa. Na revista brasileira Veja dessa semana há a cobrança do apoio de Lula à "ópera-bufa" de Zelaya na embaixada.

Outra avaliação é que, embora as medidas estivessem corretas, existiu pouca mobilização popular pelo desenvolvimento nacional.

Embora Jango fosse acusado de comunista, o próprio partido comunista estava apoiando a democracia e as medidas reformistas. Não se pensava em revolução socialista, ao contrário do que propagandeou a direita. Imagino que algo semelhante se passou em Honduras, onde Zelaya jamais falou em revolução "morazaniana" ou "bolivariana", mas com frequência é acusado de mero seguidor do chavismo.

Penso que talvez seja esse o caminho de Zelaya: prosseguir com a agenda nacionalista de esquerda e desenvolvimentista, mas mobilizando as massas e as bases primeiro para dar suporte, cautelosamente, a cada uma dessas medidas. Fora a preocupação com a segurança pessoal.

Espero ter contribuído para o debate de vocês.

Abs do Lúcio Jr.