martes, 1 de diciembre de 2009

La lucha de por medio



"En un mundo de absolutas certezas es mejor crear dudas que verdades" (Norberto Bobbio)
El sentido de la formalidad que llevamos dentro los hondureños ( ese nefasto sentido común que le permite argumentar a los vendepatria que la prudencia y la preservación de los valores son la práctica esencial del ciudadano), ha resultado ser uno de los principales instrumentos de dominación que se le impuso a nuestra Resistencia.
Al proclamar contra viento y marea que los actos de los golpistas eran ilegales y que por lo tanto, la Resisistencia es moralmente superior, entramos en el juego dilatorio de los diseñadores del Golpe. Lo legal necesita de una conciencia común, de un valor compartido que busca siempre explicar con razonamientos los actos sociales.
Desde esta perspectiva, ha sido la Resistencia la que ha clamado por el razonamiento y el sentido común, mientras los golpistas han hecho todo lo contrario una vez que supieron que la mentalidad del hondureño en Resistencia seguiría siendo la espera de la "recapacitación del golpista". La mentalidad, entonces, ha sido (y como siempre lo han promovido) el primer campo ganado por la oligarquía.
El segundo campo ganado sería el de la abstracción. Aquí, el método imperial-capitalista probó que la mediación (la virtualidad) había alcanzado estratos muy profundos en la concepción de la realidad que tenemos los hondureños.
En los primeros días de la lucha contra el golpe, las cámaras de los medios internacionales centraron su atención sobre el pueblo combativo en las calles. la presencia de los periodistas exponenció la realidad y a la vez, nos ubicó como testigos de nuestra propia lucha una vez que nos mirábamos reflejados en los noticiarios internacionales. Si bien es cierto que no luchamos para aparecer como actores de los noticiarios, a los noticiarios si les interesaba vernos como actores de un evento extraordinario.
La dicotomía comenzó por esas fechas. Llegamos a necesitar de la cobertura para darnos cuenta de la dimensión de nuestra lucha. Eso lo han sabido siempre los grandes consorcios mediáticos. Es por eso, que muchos fotógrafos que han cubierto el conflicto israelí-palestino han dado testimonio de muchos niños a quienes la presencia de las cámaras alienta a lanzar piedras contra las tropas represoras de Israel. La realidad comienza a actuarse.
Una vez llegado a ese punto, el liderazgo del movimiento popular debe tomar las medidas para cambiar el ritmo de lucha. La efectiva creación del dilema aconsejado por el movimiento de Resistencia serbio es algo que pocas veces fue puesta en práctica en esta etapa de lucha y se debe retomar. La abstención planificada -como muestra efectiva- es para el golpista un dilema del que no saldrán tan fácilmente, por ejemplo.
La desmovilización de la Resistencia en las calles comenzó cuando, en una estratagema mediática, los diseñadores del golpe sacaron del aire a Canal 36 y Radio Globo. Una vez que la Resistencia se acostumbró a "comprobar" la realidad de la lucha a través de la cobertura de estos medios, comenzó la cuenta regresiva para la anulación de esa misma etapa de lucha.
Al no existir la validación mediática, la alienación comenzó a reactivarse gradualmente hasta llegar a la sentenciosa conciencia de "al no vernos en la tele ni escucharnos en la radio dejamos de existir". Esta conciencia ha sido cultivada cuidadosamente por el capitalismo, y como muetra de ello están los eventos diseñados para "crear los paraísos artificiales" -como si de algo inédito se tratara- el amor, la solidaridad y otros valores sociales (en nuestro caso, y debido a la inmediatez, léase Teletón).
Cuando Canal 36 y Radio Globo dejaron de transmitir, la desorientación comenzó a reinar. Al no preveer o no darle importancia a la capacidad mediática, la Resistencia comenzó a dejar en segundo plano la organización intensiva de la realidad y privilegió la espectacularidad de las marchas, mismas que pronto se convirtieron en rutina sin dialéctica. La rutina vuelve reaccionaria a la más firme voluntad de cambio y por eso, toda revolución humana es una permanente reinvención.
Al instaurarse en nuestro país -por primera vez y de manera absoluta- la dictadura mediática, debemos estudiar más a fondo los mecanismos de este instrumento de dominación, y apostar mucho más por la acción efectiva que organiza, libera y transforma.
Esta es una necesidad urgente de nuestra Resistencia antes que lo dicho por Martin Luther King se nos convierta definitivamente en una realidad consumada: “los medios con los cuales vivimos han aventajado a los fines para los que vivimos”.




F.E.

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