CALÍGULA.- ¿Está todo listo?
CESONIA .- Todo listo (A un guardia.) Que pasen los poetas
(Entran, de dos en dos, una docena de POETAS, que bajan por la derecha a paso cadencioso.)
CALÍGULA.- ¿Y los demás?
CESONIA .- ¡Escipión y Metelo!
(Ambos se unen a los POETAS. Calígula se sienta al fondo, a la izquierda, junto a CESONIA y los demás PATRICIOS. Breve silencio)
CALÍGULA.- Tema: la muerte. Plazo: un minuto.
(Los POETAS escriben precipitadamente en sus tablillas.)
EL VIEJO PATRICIO .- ¿Quién será el jurado?
CALÍGULA .- Yo. ¿No es suficiente?
EL VIEJO PATRICIO .- sí, sí, claro, más que suficiente.
QUEREAS .- ¿Participas tú en el concurso, Cayo?
CALÍGULA .- ¿Para qué? Hace tiempo que tengo hecha mi composición sobre ese tema.
EL VIEJO PATRICIO (Solícito) .- ¿Dónde podemos leerla?
CALÍGULA .- A mi manera, la recito cada día.
(CESONIA le mira angustiada)
CALÍGULA (Con brusquedad) .- ¿No te gusta mi cara?
CESONIA (Suavemente) .- Perdóname.
CALÍGULA .- No, por favor, humildad no, por lo que más quieras. Bastante cuesta ya soportarte, pero ¡tu humildad...!
(CESONIA sube lentamente por el escenario.)
CALÍGULA (A QUEREAS.) .- Prosigo. Es la única composición que he escrito. Pero demuestra que soy el único artista que ha existido en Roma, el único, ¿me oyes, Quereas?, que ha actuado siempre con coherencia.
QUEREAS .- Sólo es una cuestión de poder.
CALÍGULA .- Así es. Los demás crean por falta de poder. A mi no me hace falta una obra: yo vivo. (Con brutalidad.) A ver, vosotros, ¿estaís ya?
METELO .- Creo que ya estamos.
TODOS .- Sí.
CALÍGULA .- Bueno, pues escuchadme bien. Vais a romper filas. Yo silbaré y el primero empezará a leer. Cuando vuelva a silbar, se detendrá y entonces empezará el segundo. Y así sucesivamente. El vencedor será, por supuesto, aquel cuya composición no interrumpa el silbato. Preparaos. (Se vuelve hacia QUEREAS y en tono confidencial) Todo requiere organización, incluso el arte.
(Silbato.)
PRIMER POETA .- Muerte, cuando allende las orillas negras...
(Silbato. El poeta baja por la izquierda. Los demás harán lo propio. La escena transcure de forma mecánica.)
SEGUNDO POETA .- Las tres parcas en su antro...
(Silbato.)
TERCER POETA .- Te llamo, oh muerte...
(Silbato furibundo. EL CUARTO POETA se acerca y adopta una pose declamatoria. Suena el silbato antes de que haya abierto la boca.)
QUINTO POETA .- Cuando era yo niño...
CALÍGULA (Gritando.) ¡No! Pero ¿qué tendrá que ver la infancia de un imbécil con el tema? ¿Puede explicármelo?
QUINTO POETA .- Pero Cayo, si aún no he acabado...
(Silbato estridente.)
SEXTO POETA .- (Avanza aclarándose la voz.) Inexorable, camina la muerte...
(Silbato.)
SEPTIMO POETA .- (Con tono misterioso.) Abstrusa y oscura oración...
(Silbato entrecortado.) (Se acerca ESCIPIÓN sin tablillas.)
CALÍGULA .-Ahora tú, Escipión. ¿No tienes tablillas?
ESCIPIÓN .- No me hace falta.
CALÍGULA .- Veamos. (Mordisquea el silbato.)
ESCIPIÓN (Muy cerca de CALÍGULA, sin mirarle y con una especie de hastío.) .- "¡Anhelo de dicha
que purifica los seres,
cielo en que rutila el sol,
fiestas únicas y salvajes, mi delirio
sin esperanza!..."
CALÍGULA (Con dulzura.) .- Detente, ¿quieres? (A ESCIPIÓN.) Muy joven eres para conocer las auténticas enseñanzas de la muerte.
ESCIPIÓN (Mirando a CALÍGULA a los ojos.) También lo era para perder a mi padre.
CALÍGULA (Volviéndose bruscamente.) A ver, vosotros, poneos otra vez en fila. Un poetrasto es un flagelo excesivo para mi gusto. Hasta ahora pensaba conservaros como aliados y a veces imaginaba que formaríais mi último cuadro de defensores. Pero es inútil y voy a expulsaros con mis enemigos. Los poetas están contra mí, puedo decir que esto es el fin. Vais a desfilar ante mçi lamiendo vuestras tablillas para borrar las huellas de vuestras infamias. ¡Atención! ¡En marcha!
(Toque rítmicos de silbato. Los POETAS salen marcando el paso por la derecha, lamiendo sus inmortales tablillas.)
CALÍGULA (Con voz queda) .- Y salid todos.
3 comentarios:
Precioso todo su blog. Me he entretenido mucho! He visto un par de los videos y ¡qué buena selección! Lo felicito sinceramente. Y el Calígula ese... cualquier parecido con el dictadorzuelo nuestro, es mera coincidencia!
Caliguletti!! Un abrazo, Luisa, bienvenida a este laberinto de espejos. En las entradas más viejas de este blog, tengo una entrada donde escribí una apreciación sobre La cantante calva... ahí menciono su tremenda actuación.
muy bien poeta, esa obra es fantastica, tuve la oportunidad de leerla hace varios años cuando estudiaba en la Escuela de Teatro...y es agradable para mi leer una de sus partes de gran intesidad dramática.....
hasta la victoria siempre
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