No sé en que parte de mi memoria deja de escucharse la voz de Mercedes Sosa.
Inmemorial y ubicua, la escucho aún, como debe escucharse en las profundidades del mar el canto de las ballenas.
Nos quedamos esperándola en un posible canto de resistencia aún y cuando ella fue mi primera idea de la resistencia. Nunca la vimos en vivo, sino que siempre en ese estado etereo donde Mercedes nos acompañó desde niños.
Decidió hacerle compañía a Cintio Vitier, y ambos, se fueron a vivir bajo el mar, a los "Orígenes".
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