viernes, 9 de octubre de 2009

Los amantes del círculo polar


Sí, lo sé. Este es el título de una película, pero no puedo dejar de usarlo por ese eco que me trae la fotografía de estos fineses apoyando a la Resistencia Hondureña desde Helsinki.


Recuerdo también a esta gran poeta finesa, Edith Sodegran, y completo el círculo para revelarlo todo: ¡claro! esa poesía siempre me pareció tan contemporánea a esta realidad dura de Honduras.




Cautiverio


Cautiva, cautiva... quiero hacer pedazos mis cadenas.
Con labios dolorosamente rabiosos paso por la vida.
Mis abismos, por qué pregunto por vosotros,
vosotros no merecéis ese nombre.
El bronce se funde con el bronce y se hace hombre,
y el hombre anda con hierro en su corazón.
Pero ¿acaso el bronce ha recibido es brillo aterrador
sobre su frente
del dios de los rayos?
Arrojo mi corazón por el camino, que se lo repartan los buitres,
la luna llena me alumbra uno nuevo.


Decisión

Soy una persona muy madura,
pero nadie me conoce.
Mis amigos se hacen una falsa idea de mi.
No soy mansa.
He sopesado la mansedumbre en mis garras de aguila
y la conozco bien.
¡Oh aguila!¡Qué dulzura hay en el vuelo de tus alas!
¿Vas a guardar silencio como todo?
¿Quieres quizá escribir? Tú ya no escribirás más.
Cada poema será el desgarramiento de un poema,
no poema,
sino huellas de aguila.

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