Prólogo
En marcha, mala tropa!
Partid, hijos perdidos!
El placer era muy vuestro:
la quimera se os ofrece.
Montándola a lomos partid
como hace el vuelo de ensueños
de un enfermo que se evade
sólo con flores de cortinas.
Mi mano tibia, débil aún,
se agita aunque ya sin fiebre,
y si palpita sólo es
por esfuerzos divinos;
Mi mano os bendice, oh mariposas
de mis negros soles
y de mis noches en blanco.
Partid, volad deprisa
pequeñas desesperanzas,
frágiles ilusiones, dolores, gozos...
Os abandono,
mi corazón tiene otros sueños ahora...
Partid, aegri somnia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario