A estas horas (casi las 7:00 pm) la agitación en las calles es la que ahora ya reconocemos como clásica previo a un acto represivo de los golpistas: el tráfico es un caos, la gente casi corre para subirse a los buses, otros deciden caminar para adelantar a los crispados conductores, sirenas por todas las calles; las emisoras repiten a coro los enigmas indescifrables de la versión oficial.
¿Y cuál es la interpretación oficial acerca de un día típico de octubre, despejado y con una luz que invita a vivir? Ah pues... ¡que el Congreso Nacional decida! ¡Sí! Y si no, pues que algo diga la Corte Suprema de Justicia, ya que las montañas son tan hermosas que es necesario encontrarle una explicación que no tienda a la emotividad ni que espante a los serios abogados del Golpe.
El diálogo está hecho añicos; es como un espejo al que se ha roto para jugar a armarlo, como un rompecabezas fabuloso e interminable... ahora dicen que para el lunes se decidirá sobre ese punto terrorífico de restituir al Presidente Manuel Zelaya. Los golpistas sostienen el malabar firmemente y nosotros vemos y vemos las bolas incandescentes tratando de agarrar una, sujetarla y dejarnos de una vez por todas de esta mierda.
Han caído en su juego y extienden la definición hasta el último segundo del día 28 de noviembre, así, de la misma forma que clasificamos al mundial.
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