Llega la hora en que el Presidente Manuel Zelaya regresa a su puesto. Pero la comparecencia de los golpistas vuelve al tono ese en que se manda de un lado a otro la decisión final de restituirlo.
Da nauseas saber que hoy mismo por la mañana la represión militar golpeó y gaseó sin misericordia a los compañeros de la Resistencia, y que aun así la miserable decisión sigue alargándose manteniendo un lenguaje de normalidad dictatorial.
Queda esperar ahora que el Congreso instruya a los farsantes. Queda mañana y quedan las semanas, queda lo que hemos aprendido y que no olvidaremos: NI OLVIDO NI PERDON lo demás es el simulacro que pretende ignorar lo que ya hemos cambiado por desprecio.
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