a. Mario Adin Cruz Tú que siempre has sido valiente ante la jauría Tú que cruzarás el desierto para defender el sueño Tú que resististe el escarnio en la ruta del crucificado Y al pie del madero derramaste la sangre amarga de la impotencia Y regocijaste a besos el cuerpo del bien amado, Madre de los miserables de esta vieja tierra Enlutada por las tropas legionarias de los imperios Tú que vistes caer el fruto del hijo del hombre Y que a pesar del odio Defendiste con altura la ley del amor Venos aquí Madre Santa Con la fe del martirizado y crucificado Venos aquí Reina Poderosa Moviendo la montaña Defendiendo la paz de tus labios Soportando encierros Respirando gas pimienta Resistiendo, madre, resistiendo Corriendo más rápido que la bala Universalizando el sol nuevo Con cantos de fe y esperanza libertaria Venos aquí con hematomas en las dos mejillas Y sin piedras en las manos Con la misma herida en el costado Con la sentencia de los tiranos Venos aquí madre misericordiosa Cuita inmaculada Dándonos en comunión el pan Y el cáliz iluminado en alianza revolucionaria. Nuestras miles de manos se unen y aclaman que interfieras Ante el demonio que asesina indefensos de DIOS Madre, capitana de los ejércitos Yo, un simple aprendiz de poesía Que solo se arrodilla ante vos, Te pide, que desertes de las fuerzas armadas Y en desobediencia bendita, vayas en los hombros del pueblo.
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