Fotos: Chaliobala®
Regreso del pueblo. Me he traído una calle empedrada para utilizarla de alfombra desde mi casa al punto de taxi. Pude, también, meter en una bolsa plástica -como un inquieto pez dorado- la interminable lluvia que nos recibe ayer y continúa hoy, saltando y boqueando sobre los tejados.
Esteban se entretiene contando las piedras y yo, sumo cada gota de esa lluvia. La casa no tiene cuadros; los cuadros fueron mis mapas para no olvidar la casa. Ahora estoy perdido, pero las limas mantienen sus precarias órbitas y destellan húmedas en la noche.
Esteban me pide que regresemos a casa a medianoche, y es posible que la casa sea esa medianoche donde Esteban sueña que volvemos a casa. Lo tranquilizo, lo arropo y despierta de nuevo, dentro del sueño.
Todos hemos hablado: los grillos, los sapos, las luciérnagas en su eterno cortocircuito, los borrachos, las casas despintándose, las estrellas ahogadas, las piedras que como hierba desordenada aparecen en los rincones del abandono; todos hemos hablado, todos hemos callado al mismo tiempo.
Silencio: la lluvia ha roto su mejor traje entre los pinos.
F.E.
Esteban se entretiene contando las piedras y yo, sumo cada gota de esa lluvia. La casa no tiene cuadros; los cuadros fueron mis mapas para no olvidar la casa. Ahora estoy perdido, pero las limas mantienen sus precarias órbitas y destellan húmedas en la noche.
Esteban me pide que regresemos a casa a medianoche, y es posible que la casa sea esa medianoche donde Esteban sueña que volvemos a casa. Lo tranquilizo, lo arropo y despierta de nuevo, dentro del sueño.
Todos hemos hablado: los grillos, los sapos, las luciérnagas en su eterno cortocircuito, los borrachos, las casas despintándose, las estrellas ahogadas, las piedras que como hierba desordenada aparecen en los rincones del abandono; todos hemos hablado, todos hemos callado al mismo tiempo.
Silencio: la lluvia ha roto su mejor traje entre los pinos.
F.E.
4 comentarios:
Mandame una calle empedrada a mi tambien...
Abrazo tierno para los 3
n_n
Rosi
aquì en San Pedro abundan y cuando llueven se ven hermosas junto a los charcos.
que buen blog,. y que buena foto lade la calle empedrada,. y mas aun ese texto,. que hace imaginar,. muy buen material,. de donde es la foto y que debo hacer para llegar a ese lugar?
Para llegar a Sabanagrande hay que volver a ser niño primero... sin embargo, si no se logra al primer intento, se deben de contar 42 kilómetros en la carretera que conduce al Sur desde Tegucigolpe, pero contar los kilómetros cada uno con su recuerdo.
La foto es Sabanagrande, gracias por el contacto.
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