Fotos tomadas del sitio www.beeflower.com
Para la propaganda del Reader Digest, el socialismo real soviético sólo fue capaz de dar atisbos al infierno como los gulags, las purgas stalinistas, los progroms... claro, Solyenitzin no ayudó mucho tampoco en la revelación del auténtico rostro humano que subyacía una vez que la propaganda se esfumaba.
El Metro de Moscú es un logro arquitectónico que ubicó a la belleza como instrumento del proletariado, exactamente igual al gran impulso que Mayakovski le imprimió a la poesía con su futurismo redentor: "ya no escribiremos poesía porque el cartel será el lenguaje poético del proletario..." Un signo para todos, entonces, un signo donde todos confluyeran como el collage mismo de las millones de almas que conformaron la URSS.
¿Nostalgia? Pues creo que uno siente lo mismo ante el Coliseo romano a pesar de que el Coliseo mismo fuera la expresión monumental de la ideología imperial. Es algo más. Apreciar el Metro de Moscú es comprender las prioridades y elevaciones que el Kremlin se propuso para enaltecer su visión central: el ciudadano común (el nadie de las sociedades occidentales capitalistas).
En las hermosas estaciones del metro de Moscú no existe la utopía (el arte aplicado no es ninguna utopía): existe una realidad sobrecogedora; lo que merece cada mujer y hombre que ha logrado ubicar las aspiraciones sociales en su auténtica dimensión: en lo humano y por lo tanto, en su capacidad de asombrarse, de sentirse en comunión con sus sueños.
F.E.
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