lunes, 16 de noviembre de 2009

Padre Tamayo

He visto salir de la Embajada de Brasil al Padre Tamayo, y frente a él, Honduras es realmente un abismo. El Presidente Manuel Zelaya sigue adentro, aguijoneado por la malidiscencia de los medios que inventan traperías y obsenidades para disminuirlo.

Ya no hay marchas en las calles; las caravanas se alternan con los fines de semana donde toda la Resistencia se mueve en un enorme trabajo de hormiga que los golpistas desprecian, para dicha de la inteligencia.

"Venceréis pero no convenceréis" les dijo Unamuno a las sombras españolas; y así fue, y así es entre nosotros que sonreímos como lo hacen los ríos subterráneos creadores de las grandes grutas, esos profundos gritos de tierra que un día desploman bosques y cerros dentro de sus oquedades. Avanzamos, oradamos. Los asesinos siguen riendo, los cómplices, las piezas imprecisas de la maquinaria, ríen. El Padre Tamayo ha salido hoy de la utopía y ha entrado calmo a la gran cárcel en que vivinos todos. Isla deforme, boca de mar, ríe.


F.E.

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