Y como dice un viejo y romántico reaguettón: Esto es lo que hay, es lo que somos... tra tra tra tra tra tra... el gol llegó y muy poquito...más duro, más duro... Chile nos pegó una enchilada extraña, como esas salsitas mezcladas con mucha agua.
Llevo marcaditos los peores partidos (y qué conste que este mundial es de lo peor) y entre ellos brillan Argelia vs. Eslovenia, Eslovaquia vs. Nueva Zelandia y Honduras vs. Chile, este último, un partido tan malo que ni siquiera pusieron en funcionamiento las espectaculares cámaras de otros partidos, esas camaritas que se van al cielo y luego luego están a ras de pasto siguiendo a los jugadores.
En realidad no es cosa que no pudiera preveerse, pero esta selección hondureña no tuvo el menor asomo al marco chileno: Pavón era una especie de souvenir u homenaje a la soledad, Ramoncito Núñez un niñito aprendiendo a ubicarse -por primera vez- en campo grande, y Wilson Palacios se vino a dar cuenta que era el más experimentado de todos cuando ya no servía de nada; el Mosqui Álvarez se agitó como mosca atrapada por la banda pegajosa de un atrapamoscas, Amado Guevara se puso demasiado plomo en los tacos para no irse flotando por la luna en que creía andar, Welcome quería dunkear cada vez que miraba la red y Nasralla iba dos segundos adelante en el retorno de transmisión, por lo cual, medio mundo se pasó a Canal 9. Gran lección todo esto, gran lección.
¡Hasta estrenamos un árbitro de las Islas Seychelles! ¿ Hay liga en esas islas? Bueno, dicen que a King Kong no le marcó un penal en un partido contra los dinosaurios...
El aplauso de pie y por varios minutos, debe ser para Noel Valladares, quien se voló una atajada impresionante, poniéndose a la altura del meta nigeriano que le tapó todo a Messi.
No hay ni un tan solo argumento para enfrentar lo que viene (¡ay!): España querrá salir de su derrota contra Suiza destrozando hasta la obsenidad a Honduras.
Y lo peor: tragarse la imagen de las barras hondureñas que expoliaron al país por un boleto.
No hay ni un tan solo argumento para enfrentar lo que viene (¡ay!): España querrá salir de su derrota contra Suiza destrozando hasta la obsenidad a Honduras.
Y lo peor: tragarse la imagen de las barras hondureñas que expoliaron al país por un boleto.
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