Atrás, la marca para el ángel. No hay sangre de cordero pero sí el aceite quemado. "Por aquí ni pasés... ya te llevaste una docena". Sigue el juego. La tarde es para pedalearla y saltar durmientes.
En verdad que la tarde es espléndida. Hasta se puede ser niño y olvidar el tableteo de la san pancho.
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