La antigua tradición de la imago romana -costumbre eminentemente patricia- pasó muy pronto de manos, hacia los proletarii, la gente del pueblo, que paulatina y naturalmente iban en ascenso social.
La imago pasó de los moldes de cera y representaciones teatrales durante los funerales, a los menos costosos retratos sobre madera (retablos), muchos de los cuales sobrevivieron desde los siglos I y II d.C hasta nuestra época, gracias al clima seco de Alejandría y el sur de Italia, de donde provienen, en su mayoría, estas bellas e inquietantes muestras, con algunas excepciones sirias o del área de la Cirenaica romana.
Al contemplar estos rostros directamente a los ojos, el tiempo se esfuma, y dan la impresión que las técnicas de los retratistas hubieran venido a menos de los clásicos impresionistas o expresionistas del siglo XIX y XX; aunque los frescos de Pompeya ya dicen mucho del nivel alcanzado sobre superficies lisas, sin llegar a ser en absoluto la demostración de muralismo que conocemos en la actualidad, políticamente pre-determinados.
Esta es otra técnica, sin duda, otra intención, algo que tenía que ver con el misterio que la concepción del gran simulacro imponía en el pensar de un mundo que se supuso eterno y único, como estas mujeres y hombres que aparentan -0, non omnias moriar- preguntarnos tanto.
1 comentario:
interesantes retratos romanos sus rostros mediterraneos mas bien parecidos a personas del medio oriente
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