Vengo de volarme dos horas de una película muda, dos horas de una película que exigía tener los ojos cerrados y escuchar escuchar escuchar escuchar, y sobretodo, imaginar a esas palabras y ruidos sordos en una dimensíon dentro de la cual tuvieran significados visuales, edificaciones con estilo, nomenclaturas racionales y de las cuales se pudiera vivir perfectamente.
Vengo de volarme un braile intenso de puntos suspensivos... la cabeza hace su rotación obligada y luego su traslación hacia el punto más lejano de este absurdo... vengo de una reunión de trabajo en la cual se me exigía la conciencia de una silla a la cual se le cambia forro y aceitan sus rueditas. Vengo del mundo de nodos y transparencias, del mundo undo, del ctrl z, de las aproximaciones al concepto y los mensajes residuales...mierda.
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