martes, 14 de septiembre de 2010

Ensor






Agudo, caústico, impaciente, rechazando la hipocresía de ciertas actitudes sentimentales y, al mismo tiempo, advirtiendo con la lúcida sensibilidad de su propio espíritu la falacia de una predicación humanitaria en la que no veía una sólida base, se desplaza a posiciones de posición individual.

Desde este punto de vista, Ensor es uno de los primeros artistas que, desde las posiciones del socialismo utopico o humanitario del siglo XIX, llega a las posiciones del anarquismo intelectual:

"Siempre se quema aquello que se ha adorado...-escribe-. Tenemos que rebelarnos frente a las comuniones. Paraser artista hay que vivir oculto... Cielos duros, cielos carentes de bondad y de amor, cielos cerrados a vuestros ojos, cielos pobres, cielos desnudos sin consuelo, cielos sin sonrisas, cielos oficiales, todos los cielos, siguen agravando vuestras penas, pobres despreciados, condenados al surco. Oprimidos bajo carcajadas y silbidos malignos, no podíais creer en la bondad de los hombres, en la clarividencia de los ministros, y los verdugos de los despachos os maltrataban.

A veces os moríais escupiendo las estrellas y vuestros esputos de desprecio constelaban el firmamento de los pintores de entonces..."
Y Ensor se sitúa entre esos artistas, entre los que se contaban Jakob Smits y Meunier, y nos dice que, precisamente a causa de esta toma de posición, su "nombre fue cancelado de la lista... de los innovadores amigos" por los críticos oficiales de la burguesía.

En suma, en Ostende sucedía lo mismo que en París.

"Pero no agravemos -apostilla Ensor- las glaucas sensibilidades de estos cefalópodos entintadísimos."
Mario de Micheli

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