sábado, 18 de julio de 2009

Desde aquellos fuegos - Solares 2004, F.E.

UNA VELA DE OSCURIDAD

Por estos días
he convencido a mi sombra
para servirme de lazarillo.

Tanta luz es propicia,
el resplandor de muchos ojos
viéndome pasar a tientas,
el sol reflejado en anillos y cadenas
que detienen,
que sujetan el alma
y aprietan hasta sangrar los sueños.
esta es la época del insecto,
el regreso a la danza
en torno a fogatas,
la lentejuela seductora,
la época de los iluminados.

Voy pasando entre luces
con una vela de oscuridad en las manos,
como alma en pena entre vivos,
ráfaga del humo negro en los incendios,
nube oscura, eléctrica, punzante,
bastón sensible del tiempo,
carbón destinado a no volverse nunca
diamante ni espejo.



EL VUELO DE LAS TEAS

Ahora vengo y les hablo.
Mi cuerpo sobra pues
no se ha dado a entender.

Lo que mi frente decía
es que el mundo tiene
la vastedad de los sueños
y que en él se puede andar jubiloso
sin temor al ocaso.
En un vuelo de teas
el pensamiento debe buscar
el pasto seco del silencio
y hacerlo crepitar
con voces ardientes
que lleguen a confundir al mismísimo sol.

De nada sirven
los golpes en el pecho,
su eco portentoso y vacío
nos ha creado heridas
y redobles siniestros
para hombres que jugaron
con el amor de batalla
y el odio mármol esculpido en los ojos.

De aquí provenía el destello,
el lenguaje de fuego
que intentaba mi cuerpo,
las manos crispadas, las bondadosas
y el confuso orgullo
de mantener en pie mi frente
cuando todo a mi alrededor
por multitudes caía.


Y SI EL PAÍS ES TODO UN NOMBRE

Vengan hombres del Patuca
orfebres del sueño,
vengan a tomar por la cintura
a las hembras tímidas del Coyocutena.
Levántense brazos de Utila,
crucen a nado
el pecho hirviente del Goascorán.

Ahora la tierra es vasta
en Jamastrán del surco,
ahora en Boquerón del ciervo
faro Caxinas
y espejo gigante de la Caratasca.
Vengan lluvias lejanas del Mocorón
a engrosar los cauces y a besar convulsas
las tierras bajas del Aguán.

Tremendo poder infinito
¡hombres de poca fe y de mucha tierra!
en Teupasenti la dulzura
y en Colomoncagua el grito de guerra…
Son nombres y un país,
conjuros de lengua muerta
¡y qué importa
si cantando Sensenti ya es un poema!



LA ESPINA

Defiendo esta rosa
con mi espina dorsal.

Te defiendo, poesía
porque así me pariste,
a capa y espada de las hienas
fuiste
la luminosa cueva de mi sombra
la correcta manía
de aplastar entre uñas la muerte.

No me extraviaste, virgen en celo,
aun y cuando la ventisca del silencio
arrebatábame el velo
que te hacía misterio y agonía,
danza lujuriosa de monedas baratas.
Y es aquí donde me ofrezco,
encarnando el papel
que mejor te escriba y soporte,
traslucido ciego
fusta y piel para que llorés sin pena,
para que rías
cuando desato el vacío
del nudo humano.

En tu templo de paja
fuego endiosado soy,
y me bendigo
en la terrible certeza
de ser tu tiempo y de ser nada a la vez.


SI LA ESPERANZA TOCA A MI PUERTA

¿Cuánto más
de esta escritura débil e imperceptible?
¿Cuánto más
del vuelo que regresa
cansado de las mismas alas
y del fogonazo a muerte que confunde?
Blanca danza de las palomas,
terminá de llegar y explicame
los por qués, los cuándos
los cómo aparece la esperanza intacta,
mágica, bienhechora.

¿Acaso es cierto
que abriendo agujeros en el cielo
sorprenderemos a Dios
poniéndose la máscara,
qué azotando al mar con una red
derribaremos carontes
y descubriremos peces de vida
sin múltiplos que sacíen
ni carbones que repitan sus figuras
como estandarte?

Si jamás se nos explican
las humillaciones, las burlas,
si jamás se nos dice
quiénes son los que manipulan
las expresiones del odio en la tierra

¡al diablo entonces con la esperanza!



LA FIEBRE DEL DÍA

No hay necesidad que amanezca
para aclarar las cosas.
Hoy me he puesto la camisa más blanca
y mis ojos más incendiarios.

No habrá rincón que se resista,
como a herejes que han leído las sombras
iré persiguiendo,
lamiendo la fiebre del día
desde los pies que suben
y marchan hasta mi cabeza.

Aquí están mis brazos
extendidos y trémulos:
tomen el pulso y llévenlo
pues el magma de la sangre
está explotando
en mi volcánico pecho.



LA INCERTIDUMBRE

La gota inversa que absorbe
el océano sobre mi cabeza,
las tres dimensiones de una línea
la pared que no divide
la noche en que se cuaja la vida.
Las huellas de mis manos al caminar,
el insulto que satisface,
el pulcro teorema de un golpe en el rostro.

El agua que brinda la sed,
la mañana en que se anuncia el fin del día,
el comienzo de la fiesta
y el extraño canto de los gorilas.
el poder por el poder,
no cambiar nada…pero el poder.
la firma que sella el espejismo,
el saco roto del muerto
la mortal corbata
donde cuelga el desesperado.

El pie con que pega patadas la serpiente,
el balance general de los estúpidos,
los números rojos de la incertidumbre.



CORREO PARA UN AMIGO

Heber, ayer
un pobre hombre fue muerto a tiros
mientras comía una naranja.
Yo no vi su agonía
sin embargo, cada mañana
he podido ver el redondo lugar
que dejó al caer.

Sobre él, dos niños juegan al trompo
y apuestan y discuten,
enrollan el cáñamo y lo sueltan
con un largo ademán de dioses creando.
Las horas se llenan de zumbidos
de voces difusas
que el pequeño tornado de madera
esparce junto al polvo.

Cada mañana
este hombre renace, Heber,
puedo asegurártelo.
lo he reconocido en su corta alegría
y por la sencilla forma
en que se detiene
cayendo sobre un costado.



SUEÑO DEL PADRE, 1981

Carlos Esteban* soñó
que una espina de coyol
penetraba su sangre
y que subía, inexorable,
con su muerte aguda
apuntándole al corazón.

A partir de entonces
no conoció el sosiego.
Leyó con desespero que Josué
detuvo un día
el sol en plena batalla,
que Stalin, Idiota de Dios,
frenó en Moscú
la revolución de los pueblos
y que Disney, por esas mismas fechas,
paró de dibujar
y se entregó sonriente al hielo.
“¿Y por qué no? –se dijo el hombre- yo
osado como ellos
podría detener el sueño que me hiere
profundo en su amargo destello?”

Mi padre duerme
en una tumba de azul barbarie.
En su interior,
una palmera crece
y se hunde inexorable
hasta el fondo del olvido.




*Asesinado por las Fuerzas Armadas de Honduras.



MORAZÁN DEL SILENCIO
A Roger Rovelo

Centauro de los miopes,
trofeo augusto de los ciegos,
jinete a punto de caer y aguanta
el estoque pájaro del olvido.
Meteoro en suspenso
vuelto presagio,
molde maestro
para soldados de plomo.

Alfil de la plaza,
monarca de los mudos,
polo a tierra en la tempestad del tiempo,
hombre
a pesar del silencio
hombre:
¿Cuántas campanas harías,
responde,
si pudieras un día
disponer de tu bronce?

2 comentarios:

Laurene dijo...

Estou indicando seu blog para todo mundo.

Abraços!

Fabricio Estrada dijo...

Obrigado!!!!!! Siempre y cuando dure, la vida merece sus mejores testigos.