Cuando montábamos el escenario y sólo éramos apenas una docena, muy temprano, antes que la gran marcha asomara sus narices, los milicos asomaron su hocico.
Paseándose con su proverbial pedantería, revisaron nuestros vehículos y preguntaron:
- "¿Y esto qué es?"
- "Mantas" -les respondió el compañero.
- "Pero aquí dice que las Fuerzas Armadas basuras no deben de existir... y eso nos ofende, así que se las decomisamos".
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