Estando sobre el escenario y viendo la masiva convocatoria de la marcha del 27, no podía dejar de reflexionar sobre el destino inmediato de esa fuerza que en torrentes llegaba hasta las mallas del aeropuerto Toncontín.
Como un enorme imán, Mel atrajo poderoso y en cuatro ocasiones diferentes al pueblo en Resistencia: en su primer intento de entrada el 5 de julio, en su segundo intento en agosto en el Departamento de El Paraíso; en su impresionante entrada a Honduras e inmediato encarcelamiento en la Embajada de Brasil y en esta última ocasión, 27 de enero, día de su salida con salvoconducto.
En cada uno de estos impactantes actos personales de Mel, el pueblo en Resistencia se movilizó como un aparato circulatorio que busca llegar imperiosa al cerebro... roja y clamorosa, la Resistencia fue en busca de su imán y en el trancurso, todo el cuerpo de la nación sintió las convulsiones de la vida. No tengo la menor duda en afirmar que no ha existido en toda la historia de este país semejante simbiosis, algo que sufren con rabia y encono los retrasados golpistas, que desearían tener entre manos a una personalidad de esta tallan sui generis, tan evocadora como anti-sistémica.
Lo que Mel ha logrado es la destrucción del molde básico e histórico que mantenía petrificado al pueblo hondureño, y sus efectos, han erosionado hasta el alma granítica de la los ultra-fascistas, que ahora hacen intentos patéticos para crearle una imagen bromista y relajada al Lobo Pepe, que ya está usando una serie de bromitas y gestos que se acerquen a la francas y proverbiales maneras de Mel.
Queda saber hasta dónde necesita la Resistencia de la figura de Manuel Zelaya y si la Constituyente anhelada necesitará de su presencia mediática para alcanzarse. Lo que si estamos seguros, es que ni uno solo de los mecanismos de represión y desmantelamiento puestos en práctica por el golpismo para aniquilar a la Resistencia ha funcionado: ni el embrujo de la clasificación al Mundial de Sudáfrica, ni el descomunal Estado de Sitio, ni los impertinentes Toques de Queda, ni los asesinatos selectivos, torturas, secuestros, detenciones masivas, golpes, gases y amenazas,ni siquiera el automatismo grabado por décadas en el determinismo mental hondureño a través de las elecciones generales, ¡NADA! ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA HA LOGRADO DETENER A LA RESISTENCIA!
Así que esto se ha convertido en vida y la vida en Resistencia en cultura nacional. Ya veremos cuánto aguantan ellos en realidad.
F.E.
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