jueves, 30 de abril de 2009

Lucía Estrada - Colombia


Lucía Estrada (Medellín – Colombia, 1980) Ha publicado los libros de poesía Fuegos Nocturnos (Medellín, 1997); (Colección del Ministerio de Cultura, San José de Costa Rica, 2000), Noche LíquidaMaiastra (Ed. El Tambor Arlequín. Medellín, 2004), Las Hijas del Espino (Cobalto Ediciones. Medellín, 2006 ; Hombre Nuevos Editores, Medellín, 2008), El Ojo de Circe (Antología - Colección Un libro por centavos de la Universidad Externado de Colombia y la revista El Malpensante, 2006) y El Círculo de la Memoria (Antología - Lustra Editores Lima, 2008). Con su libro Las Hijas del Espino obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Medellín (2005). Textos suyos han aparecido también en varias antologías y publicaciones del país y del exterior. En 2008 obtuvo la Beca de Creación en Poesía convocada por el Municipio de Medellín y la Secretaría de Cultura Ciudadana. Actualmente hace parte del comité editorial de la revista literaria Alhucema, Granada-España


"Todo poeta sabe que al escribir deja siempre - del lado de lo oscuro- la mejor parte, no porque quiera hacerlo sino por la imposibilidad de que la visión permanezca intacta. No hay lenguaje poético que no sea ruptura; no hay palabra que no traiga consigo la muerte por inanición. Sin embargo, y esto también lo sabe el poeta, es preciso merecer el silencio a través de la escritura, del lenguaje como piedra ritual donde vienen a caer fragmentados los vestigios de un sueño mayor. Es con esta mínima parte con la que el poeta debe luchar siempre.


Ese “ángel terrible” cuyo rostro debemos encontrar entre las ruinas de lo que una vez fuimos y

cuyo gesto se perfila a cada instante sin otorgársenos plenamente. Siempre a la búsqueda, siempre, sabiendo que la verdad y la belleza son incomunicables, inaudibles, invisibles e impronunciables. Es preciso mantenerse fiel, sin embargo, a esta precariedad, porque es en la medida en que el poeta permanezca, como el árbol imperfecto dará su fruto definitivo. ¿Quién puede saltarse, omitir o ignorar una sola de sus ramas? El secreto es la contemplación, el mirar fijamente lo deforme de la piedra hasta que no necesitemos más la palabra piedra y seamos ella misma. Entonces sí habremos alcanzado, entonces sí estaremos de regreso".





Se reunió contigo lo escuchado/ echó también lo muerto / el brazo sobre ti / y los tres avanzásteis/ en la noche… Paul Celan



¿Sabes cuánto ha resistido la piedra? ¿Cuánto el desierto? ¿Y la profundidad del agua? ¿Cuánto? ¿Y sabes tú qué silencio rodó bajo los párpados, qué palabra cristalizó la lengua de los muertos? ¿Por cuánta oscuridad y quietud fueron rodeados? ¿Y quién vació de sentido sus visiones? ¿Sabes, acaso, qué se quedó por decir? ¿A quiénes acudieron, bajo qué luz, a qué oído hirieron con sus voces?


El viento trae consigo la respuesta, y en secreto, la devolverá tibiamente a la nada.***



Cuando la noche se inclina y parece que pronuncia tu nombre, hundes tus manos en la oscuridad y buscas a tientas el cuerpo inabarcable de tu memoria.


Ese pálpito en la punta de los dedos, la densa respiración de todo cuanto existe, te obliga a permanecer en la sombra.Ninguna imagen tiembla en el espejo. Ninguna superficie se apiada de ti.


Todo está vuelto sobre sí mismo y nada consigue reflejarte. Una pausa, y el tiempo detenido cae sobre tu silencio.


Cuántas palabras a punto de oscurecerse bajo tu lengua. Cuánto deseo en los ojos que se abren por última vez.Apártate un poco y comprende que nada podría ser el inicio ni el centro

en este cuarto cerrado. Que todo será dicho de golpe en medio de la sombray muy lentamente.***



Hay fervor en la dureza del metal, en el viento que lo seduce y lo inclina sobre su propio vértigo. Qué silenciosa esa manera de abrirse lo negro frente a lo blanco, lo visible frente a lo invisible, lo que se precipita frente a lo que permanece.


Todo cuanto tiene un peso y una forma, y lo que está oculto, envuelto en la niebla como un barco fantasma, se mezcla entre sí para sostener el cielo, * para estar más cerca del milagro.


Y la música, y el pájaro del vacío, y las manos del hombre que le descubren al mundo su verdadero rostro, su densidad. Y la palabra, esa que construye todos los puentes, la que también los derriba. Y el amor, y el silencio, y la pequeña muerte que una noche supo reunirlos en el fuego y la ceniza.


* Homenaje a Chillida

Gen y lengua


Leí lo siguiente en un informe científico, y me han fascinado todas las probabilidades que brinda en cuanto a la mímesis evolutiva, es decir, sobre la enorme importancia que la culturización o los cambios fisiológicos imponen a nuestra humanidad:


"El genoma humano describe la complejidad de nuestra especie", terció Muntaser Ibrahim del departamento de biología molecular en la Universidad de Jartum, Sudán. "Ahora tenemos un atisbo espectacular sobre la historia de la población africana... la historia más antigua de la humanidad. La historia de todos es parte de la historia africana porque todos salieron del Africa".
Christopher Ehret, del departamento de historia en la Universidad de California, en Los Angeles, comparó las variaciones genéticas humanas con las variaciones en el lenguaje.

En Africa hay unos 2.000 grupos de lenguajes catalogados en unas pocas categorías, a menudo _pero no siempre_ siguiendo el flujo genético.

El movimiento de un lenguaje suele involucrar la llegada de gente nueva, observó Ehret, con un aporte de genes. Pero a veces el lenguaje llega con un grupo reducido "pero aventajado" que puede imponer su lenguaje sin un flujo genético significativo.

miércoles, 29 de abril de 2009

Fayum: Rostros de los siglos I y II, Roma



























La antigua tradición de la imago romana -costumbre eminentemente patricia- pasó muy pronto de manos, hacia los proletarii, la gente del pueblo, que paulatina y naturalmente iban en ascenso social.
La imago pasó de los moldes de cera y representaciones teatrales durante los funerales, a los menos costosos retratos sobre madera (retablos), muchos de los cuales sobrevivieron desde los siglos I y II d.C hasta nuestra época, gracias al clima seco de Alejandría y el sur de Italia, de donde provienen, en su mayoría, estas bellas e inquietantes muestras, con algunas excepciones sirias o del área de la Cirenaica romana.
Al contemplar estos rostros directamente a los ojos, el tiempo se esfuma, y dan la impresión que las técnicas de los retratistas hubieran venido a menos de los clásicos impresionistas o expresionistas del siglo XIX y XX; aunque los frescos de Pompeya ya dicen mucho del nivel alcanzado sobre superficies lisas, sin llegar a ser en absoluto la demostración de muralismo que conocemos en la actualidad, políticamente pre-determinados.
Esta es otra técnica, sin duda, otra intención, algo que tenía que ver con el misterio que la concepción del gran simulacro imponía en el pensar de un mundo que se supuso eterno y único, como estas mujeres y hombres que aparentan -0, non omnias moriar- preguntarnos tanto.

martes, 28 de abril de 2009

Rubén Izaguirre - Nunca pude decirte adiós

Portada de los fascículos Hondureños para llevar, selección de poetas de Honduras de todos los tiempos, Editorial Pez Dulce ®

Es difícil dejar de asociar a Rubén con las innumerables iniciativas que Pez Dulce ha impulsado en forma de ediciones de libros y otras plataformas poéticas, mismas que han venido a difundir a una gran cantidad de voces -incluída la mía- que de otra forma hubiéramos permanecido inéditas por más tiempo de lo esperado o de lo razonable.

La generación de Casa Tomada en los noventas - a la que definitivamente pertenezco junto a Roberto Becerra, Víctor Saborío, Rebeca Becerra, Lety Elvir, Edgardo Florián, Diana Vallejo, Roberto Tinoco, Luis Méndez, Oscar Flores, Sue Laínez, Alfredo Poujol, Nora Becerra, Gema Silva, Marco Tulio Padilla, Antonio Calix, José Antonio Santos (ya fallecido), Lorena Depienne, Francesca Randazzo y otros compañeros que aleatoriamente llegaron al taller- tuvo como referente el permanente activar en torno a lecturas abiertas de poesía, y en ésto, Rubén, tiene mucho que ver, al encarnar junto a Víctor a la Editorial Pez Dulce y su desinteresado apoyo a publicaciones.

La poesía de Rubén se ha mantenido como una llama insondable, aún y cuando las borrascosas malidiscencias han querido apagarla o borrarla del mapa poético hondureño. Como un pequeño arroyo que erosiona a paso lento la piedra que se le opone, la poesía de Rubén sigue tan viva como al principio, cuando llegaba con sus breves sablazos a las reuniones de Casa Tomada. Así lo recuerdo y así sigo viviendo en sus imágenes.

Estos poemas forman parte de su poemario Nunca pude decirte adiós.

Ecatepec de Morelos, México, mayo 2002

¿Verdad, papá,
que esos niños sólo están muertos
en la pantalla del televisor?

No, hijo, esas criaturas
ya no existen en realidad; se han ido,
ya no están, sus cuerpos
pronto serán unos esqueletos.

Ya sé papá, ya sé:
apaguemos el tele
para que la muerte se detenga
o cambiemos de canal
para que se vaya
a otro lado.


Domingo de clases

Los ricos están en la escuela ecuestre
La clase media en el aeródromo
Los pobres en el estadio nacional
En misa, los más necesitados
Los poetas en las cantinas
Y los tristes están viendo caer la tarde
con una pistola en la cabeza.


Un sueño

Si sos vos,
despertame.


1964

¿Te acordás, Lourdes, te acordás
cuando decían que los cubanos
se comían a los niños
y un monstruo te devoraba las muñecas
en un sueño?

Gringos hijos de la gran puta


VIII

Ya para dormir,
Rubén se ha puesto sus sueños
sobre la cama y, muy serio,
me ha dicho:

Papá, cuídelos, que nadie me los toque,
mire que aún no los termino.
Yo, ya vengo, solo voy a tomar
un poco de agua,
porque esta noche
les he prometido
llevarlos a conocer el mar.

Jaime Fontana, Este volver a Honduras

Víctor Eugenio Castañeda era el nombre verdadero de Jaime Fontana (Tutule, La Paz, 1922-1972), uno de los poetas fundamentales de Honduras, país que describió entre la dulzona nostalgia y la más acérrima rabia lírica.

En las palabras del Ministerio de Cultura (junio de 1997): "Color Naval y otros poemas" reúne el contenido original de la edición bonaerense (Argentina, donde vivió) y otros textos publicados en diarios y revistas. Se pretende así divulgar la totalidad de la obra poética de Jaime Fontana y, con ello, hacer justicia a uno de los autores fundacionales de nuestra historia literaria comtemporánea"

¿Hacerle justicia a un poeta??????????? ¡Qué terrible opinión sobre un poeta!

Este volver a Honduras
Parece que no habrá nada más tierno que este volver a Honduras:
llegar con el amor iluminado por años y distancias,
decir esta es la sierra, este es el aire y este es el río del cuento,
recuperar las voces salpicadas de burlas familiares,
resumir la niñez en el dormido sabor de esta naranja
y en este olor –que es casi de muchacha- de savia y de panales
que sólo dan los árboles autores de nuestro propio canto.

Porque volver a Honduras es ir de madrugada a los maizales
para espantar los pájaros bisnietos de aquellos que espantamos,
vivir en un mugido, en un relincho, que vienen de la noche,
los sueños, alegrías y peligros de los antiguos campos.

Parece que tendrá mucho de triste nuestro volver a Honduras:
hallar que el calendario no era broma leyendo algunos rostros,
saber que algo no vuelve en estas naves aunque el viajero vuelva
y besar en la frente lo que un día besamos en la boca.
parece que también será de lágrima este volver a Honduras:
preguntar por hermanos, por amigos que no nos esperaron,
y el horror de buscar en una tarde de cal y de cipreses
unos nombres: Julián o Federico, Carlos, Daniel o Marcos.

Parece que será feliz y trémulo nuestro volver a Honduras:
vagar por los caminos que asolearon el verso de la infancia,
llevar hasta una loma coronada de flores amarillas,
de la mano, a los hijos que fundamos sobre lejanas playas
-más allá de las nieves absolutas, de selvas y de mares-
y decirles al fin: esta es la cuna y este es el peñón exacto,
esta es la tierra nuestra, la amorosa, la que espera a sus niños,
aquí esparcen su calcio generoso los huesos de mis padres
y el calcio va a la hierba y hace al pino más jubiloso y alto:
así trabajan todavía quienes nos prestaron su sangre.

Todo será feliz y doloroso, será trémulo y tierno
porque volver a Honduras… me parece que es retomar el canto.

lunes, 27 de abril de 2009

Time out

Foto: Chaliobala ®

¿Y a las gallinas flu flu quién las recordará?

¿Acaso la gripe aviar pasó de moda?


¿Y a las gallinas de Vietnam, y a las esponjadas gallinas chinas y a la pasarela aviar desde donde planificaron su revancha apocalíptica?



¿Quién recordará a las gallinas birmanas que se pasearon felices por las calles evacuadas?



¡Time out, gallinas!


ahora es el turno de los cerdos, quienes han pagado muy bien su asesoría de imagen a las ratas antiquísimas de la peste negra... y a los productores de las vacas locas.


Foto:Celeste Ponce

sábado, 25 de abril de 2009

Armenia: a 94 años del genocidio


Monte Ararat

Llama Memorial












Sucedió en 1915, durante el parto de nacimiento de la nueva Turquía, en los alrededores mismos donde el pasaje bíblico asegura que el Arca de Noé encallara (Monte Ararat, donde actualmente es prohibido el acceso). El Imperio Otomano se esfumaba y quería -a toda costa- mantener sus pilares étnicos. La distancia geográfica no es condicionamiento para recordar, ni mucho menos, las distancias temporales. El ser humano mantiene su maquinaria de muerte a punto, siempre reluciente, siempre. Ruanda, Chechenia, Gaza, El Mozote, Petén y otras referencias terribles son la prueba de esta barbarie.


Para ser más precisos, aquí, un poco de historia:


"Armenia fue uno de los primeros lugares en los que se desarrolló la civilización humana. Considerada por algunos especialistas como una de las primeras regiones donde se logró fundir el hierro y el cobre, también en Armenia algunos granos de cereales, como el centeno, pudieron haberse desarrollado por primera vez. Durante la mayor parte de su historia, Armenia fue regida u ocupada por potencias extranjeras, entre las que caben destacar los asirios, persas, romanos, mongoles, turcos y rusos.


Armenia ha sido tratada de forma extremadamente violenta por las potencias extranjeras varias veces a lo largo de su historia. La invasión de los turcos Selyúcidas en el siglo XI tuvo como consecuencia la primera emigración a gran escala de los armenios. Otros periodos de emigración se sucedieron, especialmente a finales del siglo XIX, cuando los armenios sufrieron persecución por los gobiernos turco y ruso al discutir por sus demandas políticas. Las fuerzas turcas masacraron a los armenios. El gobierno ruso, aunque no tan represivo como el turco, cerró las escuelas armenias y ordenó la confiscación de las propiedades de la Iglesia armenia. Las peores atrocidades contra los armenios que vivían en el Imperio otomano tuvieron lugar durante la I Guerra Mundial (1914-1918), cuando las deportaciones masivas y las masacres supusieron la eliminación de nueve de cada diez armenios residentes en Anatolia (la actual Turquía asiática).

El gobierno otomano acusó a los armenios de alinearse con los rusos y adujo como justificación para llevar a cabo las masacres y deportaciones masivas la situación de rebelión interna existente. Cientos de miles de armenios fueron desalojados de sus hogares en Anatolia y enviados al exilio en las áreas desérticas de la Siria actual. Un gran número de armenios pereció de hambre y enfermedades o fueron asesinados por soldados o civiles durante las marchas forzadas. Aunque el gobierno ruso y las potencias europeas elevaron sus protestas por las atrocidades otomanas, optaron por no intervenir.

En el momento de finalizar la I Guerra Mundial, más de 800.000 armenios habían muerto. Las masacres continuaron a comienzos de la década de 1920, por lo que muchos armenios huyeron a otros países, incluidos Rusia y Estados Unidos. De acuerdo con la mayoría de los historiadores, el trato concedido por las autoridades otomanas a los súbditos armenios del imperio constituyó el primer genocidio del siglo XX. No obstante, el actual gobierno turco rechaza que esos acontecimientos tuvieran el carácter de genocidio, pues argumenta que las muertes fueron el resultado de enfrentamientos bélicos, enfermedades y hambrunas..."

viernes, 24 de abril de 2009

Poemas de Onda Corta, presentación

Portada del poemario (¡Gracias Gabriel Bulla!)
Pavel Cruz y Pavel Núñez
Mayra Oyuela
El poeta Samuel Trigueros hizo las palabras de presentación

¿Qué cadencia elegir? ¿Cuáles poemas para fijar como piedras miliares de la noche?

Comenzó el vaciado, la represa por fin se libera y me deja ir hacia otros cauces. Café Guancasco y Mayra le pusieron banda sonora al adiós, porque ¿qué otra cosa es la publicación de un libro sino un adiós? Cierro el asunto, cuentas saldadas como viejos enemigos que se vieron de frente y se dijeron palabras definitivas ("A lo lejos, el relámpago habló, como una palabra definitiva de Dios" diría Saramago).
Ahora la historia es otra, ya está en manos de la contraparte, ese no es asunto mío.

89 punto 1

Oh Nikita you will never know anything about my home(Elton John)¿Pero por qué a la vista del pueblo
me sentía un traidor?

¿A quién le estaría arrebatando?

¿Qué se llevaba el camión de mudanzas
aparte de las sombras
y una abuela que rezaba en la cabina?

¿Hacia dónde miraba entonces
cuando Sabanagrande –palabralargacomohorizonte-
iba clavándose, como una estrella más
en las piernas y manos
de aquella hermosa Cruz del Sur?

89 punto 2
Si no lloraste no viviste,
y había tanto por qué llorar.

Todo muro caía en pedazos,
los grafittis, los videos de las fugas,
el cambio de guardia en Check Point Charlie.

Solidaridad
era una bandera que ondeaba en el Vaticano,
y La Pasionaria no aguantaba más:
la muerte pasaba sobre su ¡no pasarán!
Ceaucescu era medido a balazos
y la momia de Lenin hacía fila, desesperada,
en los portones de la embajada gringa.

Si no lloraste no viviste
el golpe definitivo
la retirada de Soyapango
y el último beso de la brigadista irlandesa;
la flor, la pañoleta de noche y sangre,
los últimos comicios para elegir la vida
en una América abierta en canal;
Durán noqueado y arrastrado en los camerinos,
el Vesubio borracho cantándole goles y tarantellas
al Maradona que todos llevamos dentro
en canchas de tierra
en Los Chorrillos, en Zacamil,
en la tierra arrasada del kaibil.

Si no lloraste no viviste
el estruendo de los cazas, las últimas de Lee Van Cleef,
las cuarenta libras de arena
con que corrían los reclutas enamorados,
la filmina rota y Los Cañones de Navarone
rompiendo en salvas por cada novio reclutado.

Si no lloraste no viviste:
fue una época de risa o llanto,
de carnavales
de fuegos en racimo.

El último tanque salía de Kabul
y las primeras amapolas caían
del otoño soviético.
Una fragancia nueva envilecía al viento,
los pañuelos hacían nido en la manos y los niños
crecíamos
simplemente crecíamos
como lo hace la hierba, sin nostalgias,
en medio de toda ruina.

83 punto 3
Vengan hombres del Patuca
orfebres del sueño…

¿Cómo está el niño
en esta hora de sol plenario,
el pequeño tamborilero
cuyos brillantes ojos bogaban
en las canoas de la hamaca?

¿Aún cargás al fusil de madera
con termitas de nostalgia?
¿Aún cargás contra el cerro
en medio del verde lluvioso,
con amigos
en fila india guerrilla de palo?

¿Cómo está el niño despojado?
¿Cómo sobrevive sin la zarza,
sin la espera,
sin su adulto muerto que recuerda en el poema?

Contraportada, palabras del maestro Arturo Corcuera