lunes, 5 de enero de 2009

Las sibilas

Resulta extraño comenzar el año laboral en medio de una oración (casi súplica) para que el año 2009 no nos afecte tanto, ni un tantito nomás... pero eso no es en sí el pequeño asombro, total, muchas empresas inician sus labores con una fundamentalista oración cristiana para curarse en salud; lo extraño es escuchar de boca del dueño del lugar la perorata de Carlos Slim sobre el control del gasto y acerca del espíritu que debe primar entre todo empleado...¡bah! sólo eso faltaba: que los empresarios encontraran un evangelio apócrifo para justificar el "Yo tengo el poder" y si me mirás mál o usás la internet te espera la llanura del 2009!!
Por todos lados se insiste en que debemos estar tristes y preocupados, por todos lados se crea la conciencia de que debemos tomar la actitud de parias y agradecer por el trabajo que se tiene...por fin los empresarios obtienen una dimensión espiritual del tamaño de sacerdotes agoreros y hacen de sus empresas teocallis por donde rodarán los corazones malvados y desconsiderados de los sacrificados en nombre del mercado internacional.


El mayor fraude emocional se ha fraguado. Papini tenía la absoluta razón acerca de la bancarrota del alma cuando se ha puesto el dinero como corazón... bueno, todos los textos religiosos dicen lo mismo, y Carlos Slim ha hecho de esta sensación de impotencia su sacra palabra.

Amanece entonces el 2009 como un Gottendamerung, casi casi como las palmeras incineradas por el napalm de Apocalypsis Now y su "this is the end"...al diablo con Fukuyama y sus pitonisas.

Eso me recuerda la oferta que la última sibila le hizo a Tarquino: "Estas son los últimos tres rollos de las profecías ¿Cuánto me das por ellos? poca cosa -le respondió Tarquino en mi versión libre- ahhh pues quemaré uno, le respondió ella. Y lo quemó. Y ahora cuánto me dás por los dos que quedan, le pregunto a Tarquino la sibila... y Tarquino supo que la especulación iría en ascenso así que colorín colorado, le compró los dos rollos que quedaban por una cifra exorbitante...

¿Le compraremos este simulacro a los empresarios ultra capitalistas? pues creo que muchos se lo están creyendo, pero yo me niego a seguirles el juego, al menos éste perdido ser aleatorio y periférico no se someterá a la tristeza y se negará a la activación y horror por los rollos proféticos.

Qué conste!! Y para reirme un poco más, acompaño estas palabras con una caricatura de Allan McDonald, el caricaturista más terrible y latiguero de Honduras.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado tu metáfora de Las Sibilas. Te deseo el mejor y más éxitoso de todos los años. Un abrazo con cariño

Anónimo dijo...

Ah Fabricio, Feliz año... No mal poeta, pero siempre tan marxistoide y ciego de no querar entrar a la posmodernidad... los empresarios siempre los malos de la película? estamos en 1954?

Fabricio Estrada dijo...

Pues al parecer seguimos en 1954: la misma ocultación y anonimato para evitar mirar de frente y hablar posmodernamente. Saludos y gracias por la visita, que ya es todo un diálogo ¿no es así?

Odette Alonso dijo...

¡Eres grande Fabricio! Me caes cada vez mejor. Súmame a tu cruzada contra los quejosos lastimeros lagrimeantes y sus patrones. Y contra los cantantes de la crisis que se la viven visitando los centros comerciales. Un abrazo siempre.