viernes, 23 de enero de 2009

A la poesía le corresponde imaginar el mar



Utilizo esta bella frase que Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua) utiliza a forma de firma en sus correos y blog, para darle paso a estas frías y terribles estadísticas sobre la condición de los océanos en la tierra.


Fue el mar el primer gran símbolo de eternidad en todas las cosmogonías y visiones poéticas, y ahora, es el mar, el primero en sufrir las graves transformaciones a causa de la brutal industria de la pesca, poco imaginativa y absolutamente concreta. Una de las condiciones humanas más esenciales nos dice que el ser humano es la única especie que no soporta la realidad y que por lo tanto siempre la trasciende o sobrepasa, justamente con la imaginación.


Algunas teorías lo apuestan todo a la hora de afirmar que los humanos -por origen evolutivo, por procedencia- no somos criaturas terrestres por la simple razón que somos la única especie que no logra armonizarse con su entorno, teniendo como consecuencia una depredación extensiva que no logra detenerse dada la ausencia de límites definidos. Ajustándonos a este punto, podría ser entonces que al humano lo condiciona el infinito del cual proviene y que por ello, la memoria (nebulosa y misteriosa), sea tan importante en todo cuanto lo posee. El ser humano no sueña entonces, ni intuye, tan solo recuerda, profundamente, y se mantiene en el limbo; de ahí su falta de conciencia con la realidad, embestida que siempre se le viene encima.




Los océanos actualmente, comienzo del siglo XXI, sufren una grave degradación debido a la contaminación, la pesca excesiva y el desmesurado crecimiento urbano costero. Lo que sabemos de ellos es inquietante, se están mostrando muestras del derrumbamiento.


• Casi el 80 por ciento de las reservas pesqueras de los océanos experimentan sobrepesca o están siendo extraídas hasta su límite biológico. Las técnicas de arrastre son dañinas y destruyen los habitas para la reproducción (FAO, 2005, Sommer, M., 2005).


• Según un nuevo informe de científicos y economistas de la Universidad de Columbia británica, los subsidios globales a la pesca ascienden entre 30.000 y 34.000 millones de dólares al año. Estas ingentes ayudas han contribuido a producir una flota pesquera mundial que es un 250 por ciento mayor de la que se necesita para una pesca sostenible (Pauly, D., 2008).


• La Unión Europea y Japón son los países que más subsidios para la pesca asignan (García, R. et. al., 2003).


• Las flotas pesqueras son 40 por ciento más grande de lo que los océanos pueden sostener. Los pescados representan por lo menos un quinto de la proteína animal total consumida en la tierra. Cerca del 95 por ciento de la cosecha de peces marinos del mundo viven en las aguas costeras (FAO.org).


• La pesca proporciona en los países en vías de desarrollo entre 40 y 100 por ciento de la proteína animal total que necesita la población (FAO.org).


• La explotación pesquera es de dos a tres veces superior de lo que admite el ritmo de reproducción de los peces (Pauly D. et al., 1998).


• La pesca comercial redujo más de 90 por ciento la población mundial de peces grandes, lo que pone en peligro una fuente vital de proteínas (Waston R. & Pauly D., (2001).


• La pesca de especies de poco valor ha aumentado a medida que la extracción de especies de alto valor se ha estabilizado o ha disminuido, ocultando así algunos de los efectos de la sobrepesca.


• Mil millones de personas dependen del pescado como fuente de proteína animal, y 150 millones de empleos se originan en la pesca (FAO, 2005).


• La alteración de los hábitats es consecuencia de actividades como el dragado, los vertederos, los vertidos incontrolados en la costa, las construcciones y carreteras costeras, la deforestación o los daños provocados por el turismo de masas. Por ejemplo, a pesar de que los arrecifes de coral cubren menos del 0.5% del lecho marino, el 90% de las especies marinas depende directa o indirectamente de ellos. Los arrecifes también protegen a la población que vive en la costa actuando como elemento protector (Jackson, J.B.C., 1997).


• El 60% de los arrecifes actuales corre el peligro de desaparecer en los próximos 30 años si no se adoptan medidas. En particular, el 85% de las costas europeas se encuentran en peligro debido al desarrollo de las infraestructuras y de las edificaciones así como por motivo de causas naturales (http://www.coral.org/divein).


• Cerca de 150 ballenas, delfines y marsopas mueren diariamente en todo el mundo a causa de los enredos con los aparejos de pesca, un promedio anual de 54.759 animales.


• Los océanos Atlántico, Pacífico e Índico se están calentando lentamente con un promedio de 0,06 grados centígrado desde 1955 debido al efecto de invernadero. Este cambio climático podría dar lugar a un elevamiento de los niveles del mar, los cuales podrían llegar a fines de siglo entre 9 y 95 centímetros (Parmesan, C. & Yohe, G., 2003, Thomas, C. D., et al., 2004.


• Aproximadamente la mitad de los ecosistemas costeros del mundo (por ej.; arrecifes coralinos incluyendo, los manglares, y los pastizales, etc.) se encuentran actualmente en riesgo de ser totalmente degradados. Algunos corales de mares profundos frente a la costa de Hawai necesitaron hasta 4 mil años para alcanzar su tamaño actual (http://www.coral.org/divein).


• Los océanos se están volviendo cada vez más ácidos al absorber dióxido de carbono y las plantas están siendo afectadas por el incremento de la radiación ultravioleta (Buddemeier R. et al., 2004.


• La marina mercante es responsable del 4,5 de las emisiones totales de dióxido de carbono, tres más de lo que hasta ahora se pensaba.


• El tráfico de barcos es la tercera mayor causa de la contaminación marina. Un estudio elaborado por la ONU concluye que las emisiones de C02 de la flota mercante mundial alcanzan los 1.120 millones de toneladas anuales y las previsiones no parecen halagüeñas: estas emisiones aumentarán un 30 por ciento de aquí al año 2020 si no se actúa (UNEP/UNFCCC, 2002.


• Se estima que más de 70 mil productos químicos sintéticos han sido descargados en los océanos del mundo. Solo un pequeño porcentaje de ellos ha sido monitoreado, y este corresponde a aquellos relacionados con la salud humana y no con el impacto ecológico.


• El 80% de la contaminación marina por hidrocarburos proviene de actividades realizadas en tierra.


• El explosivo aumento de algas dañinas por ejemplo en las costas de USA ha implicado, desde 1991 costos cerca de 300 millones de dólares en perdidas debido a la muerte masiva de peces, problemas de salud pública y disminución del turismo.


• Actualmente hay más de 405 zonas muertas (extensión inferior a 1 kilómetro cuadrado y otras alcanzan 70.000 kilómetros cuadrados) en el mundo por el aumento de la contaminación proveniente de tierra adentro y la perdida dehabitats capaces de filtrar la polución lo que a provocado la expansión de zonas hipoxicas (Diaz R.J. & Rosenberg R., 2008.


• El aumento de especies foráneas en las zonas costeras, produce la interrupción de la cadena alimenticia al eliminar a las especies nativas. Diariamente, 3.000 especies de plantas y animales son transportados en los tanques de lastre de los buques.


• Los océanos del mundo albergan más de 210 mil formas conocidas de vida. Alrededor del 60 por ciento de las especies viven en la franja de 60 Km. más próxima a la costa.


• Cada año se hallan casi 160 nuevas especies de peces en los océanos y se catalogan 1.700 animales y plantas.


• La mitad de los 6,3 mil millones de habitantes del planeta viven en zonas costeras, las grandes profundidades de los mares que cubren el 70 por ciento del globo siguen siendo desconocidas.


• El calentamiento global del planeta tendrá efectos catastróficos sobre los océanos, enlentizando su función reguladora de la temperatura. Según el Panel Internacional sobre Cambio Climático (PICC), la frecuencia e intensidad de las tormentas y otros fenómenos meteorológicos aumentará, dañando los ecosistemas marinos y su capacidad de recuperación (Gilman et al., 2006).


• Desde 1980, el tamaño de la economía global se ha triplicado, al tiempo que la población ha aumentado en un 30 por ciento hasta alcanzar 6.000 millones de personas. El aumento de la población y la conversión para los fines de la urbanización, agricultura y acuicultura están conduciendo a la reducción de manglares, humedales costeros, áreas de praderas marinas y arrecifes de coral a una tasa alarmante.

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