Me recuerdo a la orilla de la carretera en Sabanagrande, viendo el paso de decenas de camiones militares de Estados Unidos. ¿Había guerra? -le preguntaba a los adultos- "no, pero nos vienen a defender" -me respondían... ¿y de quién? "¡pues de los comunistas, muchacho!" (...)
Pero resultaba que quienes se defendían de ellos eran los "comunistas" al otro lado de las fronteras, las cientos de personas en aldeas y cooperativas cafetaleras atacadas en la Segovia nicaragüense, los arrinconamientos sufridos por los civiles que huían de las matanzas de la Guardia Nacional salvadoreña... los líderes estudiantiles desaparecidos y torturados aquí en Tegucigalpa bajo la estricta vigilancia del manual CIA.
Habían estruendos en los cielos y después nos enterábamos que eran los aviones gringos rompiendo la barrera del sonido, todo con el fin de amedrentar al Ejército Sandinista... habían chocolates y chicles caídos del cielo... las maniobras militares Ahuas Tara I y II (1982-84) se convirtieron en la ambientación para el parto de la Base Militar de Palmerola. Alvarez Martínez se paseaba como un pavo real con todas sus medallas relucientes... sí, era el tiempo de las madellas y las botas, del proliferamiento de las películas pornos por doquier, del correr para no ser reclutados, del mariachi en las fiestas del Alto Mando. No cabe duda que ahora la niñez de La Mosquitia comenzará a cultivar sus propios recuerdos a la vez que preguntarán hasta la necedad "Papá ¿pero qué es el petróleo?"...
EU inicia construcción de otra base militar en Honduras; en Palmerola tiene 900 GI
Tegucigalpa. Notimex. febrero 6, 2009
Tegucigalpa. Notimex. febrero 6, 2009
Estados Unidos hizo el primer desembolso por 110 mil dólares para construir una base antinarcóticos en las inmediaciones de La Laguna de Caratasca, caribeño departamento hondureño de Gracias a Dios.Fuentes de la Fuerza Naval de Honduras informaron en un comunicado que la primera piedra de lo que será la base ya fue colocada por el embajador de Estados Unidos en este país, Hugo Llorrens, y el comandante de esa unidad militar, Juan Pablo Rodríguez.Sin ofrecer mayores detalles sobre la inversión total, las fuentes indicaron que la obra estaría concluida en marzo de 2010 y será inaugurada por el gobierno que asuma funciones el 27 de enero de ese año.
El departamento de Gracias a Dios, fronterizo con Nicaragua, forma parte de un corredor por el cual pasa una gran cantidad de drogas procedentes de Colombia con destino en Estados Unidos.El paso drogas por el Caribe incluye también al departamento insular de Islas de la Bahía, integrado por Roatán, Utila y Guanaja, a donde los estupefacientes llegan tanto en lanchas rápidas como por vía aérea.
El almirante James Stavridis, jefe del Comando Sur, dijo la semana pasada en Tegucigalpa que Estados Unidos proporcionará a la base cuatro lanchas rápidas con tecnología de punta, así como avionetas para combatir el tráfico de drogas en esa región.
Estados Unidos posee desde 1982 la base aérea de Palmerola, situada en el central departamento de Comayagua, donde permanecen unos 900 militares estadounidenses que son rotados periódicamente.
Chaliobala
Chaliobala iba entre pozas y batallones.
Nunca lo vimos en tristezas, o reía o puteaba.
Nos explicaba el paso comando para que luego lo imagináramos en el vértigo de La Rueda del Chicago. Nos contaba de las zambullidas desde helicópteros en vuelo y nosotros, lo imitábamos
saltando al río desde los árboles…
Sus mejores años se vistieron de uniforme: traía la voz mandona y los aires de un héroe en vigilia.
Al terminar la plaza se volvió callado y sin espejos; ya no era nuestro ejemplo: triste, migajeaba mesas de billar y fundillos de octavos.
Todos nos fuimos y lo olvidamos.
De vez en cuando, al regresar, el nos mira de lejos con paso rápido; sabe que de alguna forma desertó en lo mejor de aquel juego. Y eso lo apena, lo hace correr de improviso, veloz
como una bala.
Chaliobala iba entre pozas y batallones.
Nunca lo vimos en tristezas, o reía o puteaba.
Nos explicaba el paso comando para que luego lo imagináramos en el vértigo de La Rueda del Chicago. Nos contaba de las zambullidas desde helicópteros en vuelo y nosotros, lo imitábamos
saltando al río desde los árboles…
Sus mejores años se vistieron de uniforme: traía la voz mandona y los aires de un héroe en vigilia.
Al terminar la plaza se volvió callado y sin espejos; ya no era nuestro ejemplo: triste, migajeaba mesas de billar y fundillos de octavos.
Todos nos fuimos y lo olvidamos.
De vez en cuando, al regresar, el nos mira de lejos con paso rápido; sabe que de alguna forma desertó en lo mejor de aquel juego. Y eso lo apena, lo hace correr de improviso, veloz
como una bala.
(F.E.)
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