Esta postal me la manda Reinaldo Díaz, paisano de Sabanagrande que ahora reside en New York. Me ha llamado la atención el hecho de que para nosotros en el trópico, la nieve navideña deja de caer instantáneamente (al menos en la imaginación) cuando, con el último "cuete", desaparece el 24 de diciembre y toda su parafarnalia publicitaria. Acompaño esta entrada con un poema de mi autoría, incluído en el poemario que ya prontito saldrá de imprenta.
"Cuando éra un niño me embelesaba en Navidad viendo unas cápsulas transparentes con un líquido y unos puntos blancos que hacían suponer nieve. Estas cápsulas eran alusivas a la Navidad Nórdica: Un trineo, un roble o un pino. En algunas bolitas cristalinas veíamos a ese personaje de la mitología cristiana, pero exaltado a Dios por los comerciantes Judíos. Si, era aquel gordito con cara de alcohólico llamado Santa Claus (será Kinsky), en un trineo tirado por renos y venados. En estas esferitas solíamos ver a las familias ideales, envueltas en un ropaje para el frío invierno: guantes, bufandas, gorros y grandes abrigos. Todo aquel incómodo trapero, que siendo usado en el trópico sería bueno para sacar una fiebre del dengue, una malaria o un resfriado. Vestidos de este modo le diríamos adiós a la vitapirena, a la Commel y a la Ganol.
....Si, en esos días de niño, yo quedaba viendo y reviendo aquellas esferitas como queriendo buscar un secreto o una palabra mágica del "abra cadabra", para solucionar aquel enigma sin respuesta, que después de grandes y fuertes esfuerzos por descubrir lo que había ahí, pero que era incapaz de responder o darle una respuesta lógica; abandonaba aquella tarea desconsolado. Así pasé horas buscando ese secreto que mi mente nunca pudo descifrar. Aquello era como un Cuento de los mas hermosos de B. Traven donde un hombre narra la lucha de dos lagartijas y en aquella batalla el narrador termina con un balbuceo y uno queda esperando más y más y la respuesta no aparece.
....Hoy cuando desperté, temprano, empecé a oir "Una Canción" del Grupo los de Adentro, luego a Ana Torroja con Mecano cantando "Cruz de Navaja", después a Marcos Yuna...el día estaba oscuro, por la ventana veía la nieve caer, la vi por un lapso largo y profundo como evocando las incógnitas sin respuesta de la niñez...solo que ya habían transcurrido cuatro horas y la nieve no paraba y cuando salí a caminar los pies se me hundían hasta cinco pulgadas en hielo... "
Reinaldo Díaz, New York
La nieve es una vitamina
Cuando sueño con nieve
ninguna hoja en blanco sobrevive.
Al despertar, copos de papel llenan con su ventisca
las horas del trabajo, entre sorbos de Leteo
e imaginación barata
hago trizas currículos, noticias,
cualquier fragilidad impresa de dudosas propiedades.
De aquí supongo
que el lápiz es la estación del hielo,
un patín que rasga veloz a la llana palabra.
Claro está, que nunca he visto la nieve.
el granizo ha sido como un abrazo que se detiene,
una sonrisa a la cual, de improviso, se le caen los dientes.
pero he aprendido a vivir sin ella,
y qué lastima, porque con nieve
hubiera aprendido a amar las runas y a Kant,
al positivismo y al revisionismo, en fin,
tendría bonanza y frialdad, una abuela en las colonias,
vacaciones en Mallorca, pedantería de sobra
y en mis sueños, no habrían Blancanieves
ni esta mezcla de asombro y suspenso
que acompaña siempre
a todo soñador del trópico.
F.E.
No hay comentarios:
Publicar un comentario