Disfruto salir a las calles en días de elecciones en Honduras, las calles están vacías como tarde en viernes santo y uno se escapa de las maratónicas transmisiones en las que los periodistas insisten que hay una fiesta cívica pero las cámaras sólo enfocan cantones electorales vacíos y encargados de mesas aburridos.
Y realmente ¿quiénes son los que eligen en Honduras? Un aproximado del 24% de la población, según la última publicación de National Geographic, que ubica al elector hondureño entre los de menor rango de participación a nivel mundial. Espero que los del Tribunal Nacional de Elecciones jamás se den cuenta que en Australia se multa con alrededor de 15 dólares australianos a los que no asisten a las urnas, porque aquí entrarían millones a las arcas de la corrupción!!
La democracia que celebran y conquistan los vencederos, es pírrica y llena de oquedades: el desencanto levanta banderas descoloridas y los analistas se preguntan el por qué de la falta de civismo (…) en verdad, me gusta salir a pasear los días de elecciones, la ciudad sólo muestra la lenta natación de los escualos que van de arriba abajo tratando de atraer hacia los centros de votación al cardumen, los ladrones hacen su aguinaldo y hasta los predicadores de la Plaza Central se ausentan.
Por lo visto, la mejor democracia debe ser este vacío sin profundidades, este ice cream que, junto a mi familia, vamos saboreando cuidando que no se nos caiga semejante felicidad.
Y realmente ¿quiénes son los que eligen en Honduras? Un aproximado del 24% de la población, según la última publicación de National Geographic, que ubica al elector hondureño entre los de menor rango de participación a nivel mundial. Espero que los del Tribunal Nacional de Elecciones jamás se den cuenta que en Australia se multa con alrededor de 15 dólares australianos a los que no asisten a las urnas, porque aquí entrarían millones a las arcas de la corrupción!!
La democracia que celebran y conquistan los vencederos, es pírrica y llena de oquedades: el desencanto levanta banderas descoloridas y los analistas se preguntan el por qué de la falta de civismo (…) en verdad, me gusta salir a pasear los días de elecciones, la ciudad sólo muestra la lenta natación de los escualos que van de arriba abajo tratando de atraer hacia los centros de votación al cardumen, los ladrones hacen su aguinaldo y hasta los predicadores de la Plaza Central se ausentan.
Por lo visto, la mejor democracia debe ser este vacío sin profundidades, este ice cream que, junto a mi familia, vamos saboreando cuidando que no se nos caiga semejante felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario