miércoles, 5 de agosto de 2009

Entrevista a Samuel Trigueros (Honduras), El Clarín - Chile

El escritor, pintor y actor de teatro Samuel Trigueros Espino (1967), hace un recuento de la fundación del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado: “Los artistas que nos mantenemos en resistencia somos parte de la reserva moral de Honduras y aportamos sentido interno a la lucha -pacífica de nuestra parte, sangrienta de parte de ellos- que se libra en las calles. Los golpistas tienen bojotes que cantan y recitan, pero no tienen artistas que puedan ayudar a redefinir con honestidad y verdad la patria. El régimen golpista moviliza cuerpos armados, nosotros movilizamos conciencias”.
Samuel Trigueros es autor de los libros de poesía: Animal de ritos (2006) y Antes de la explosión (2009); además participó en las antologías: Panorama crítico del cuento hondureño; Versofónica; Diccionario de literatos hondureños y La herida en el sol (UNAM, 2007), entre otras publicaciones colectivas. Paradójicamente y en reacción al golpe de Estado, los artistas viven una efervescencia cultural, y con la palabra lo ejemplifica: “Hemos constituido fundaciones y compañías de una sola persona, editoriales sin maquinaria de impresión, conservatorios callejeros, bibliotecas ambulantes, ateliers sobre paredes públicas y todos los días montamos y desmontamos el Teatro de la Rosa marchita de nuestras necesidades y sobrevivencia. No dependemos del Estado para hacer arte”

MC.- Representas a los artistas en el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, ¿cómo fuiste elegido?, ¿cuál es la importancia de que la comunidad artística tenga voz y voto en dicha Asamblea?
ST.- Represento a los artistas en el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado por razones totalmente aleatorias que se fueron encadenando hasta colocarme en esa posición. Entre esas razones están los siete meses de desempleo y crisis económica que venía arrastrando hasta el momento del Golpe de Estado, lo cual me ubicaba en la categoría de los vagos inservibles del sistema pero me proporcionaba el tiempo suficiente para atender invitaciones de diversos medios para opinar acerca de una democracia participativa y una nueva calibración de las deterioradas e injustas relaciones entre gobernantes y gobernados, a través del contrato social que es la Constitución de la República. Eso lo hice incluso un día antes del golpe de Estado.

“Desde el día del golpe, el 28 de junio, estuve en la toma de la calle frontal de casa presidencial. Ahí, junto al pueblo, junto a muchísimos otros compañeros y compañeras artistas, escritores, realizamos nuestras primeras manifestaciones de repudio e indignación. Los primeros intentos de represión militar provocaron que algunos dirigentes sindicales, líderes políticos, representantes de organismos de derechos humanos y yo que estaba en la ‘zona cero’ improvisáramos una reunión para organizar al pueblo que ahí se encontraba: nos tomamos un local comercial vacío y ahí decidimos crear lo que en ese momento se llamó ‘Frente de Resistencia Popular’ y que luego se denominó ‘Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado’. Redactamos nuestro primer comunicado y lo divulgamos al mundo en una conferencia de prensa callejera.

“Posteriormente, algunos creadores y creadoras artísticos decidimos organizar ‘Artistas del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado’. Como yo estaba en el comité de conducción del Frente, les pareció lógico que yo fuera el representante y enlace entre los artistas y el Frente. Por supuesto que no necesariamente tenía que ser yo y que hay en Honduras muchos compañeros y compañeras capaces de estar ahí; pero la Historia me colocó en ese lugar y hasta ahora nadie lo ha impugnado. Sigo sin empleo, con una crisis que en ocasiones amenaza inmovilizarme, pero firme tratando de cumplir las tareas de la lucha pacífica que hemos emprendido para revertir el golpe de Estado”

“Creo que, en tanto soy un obrero más de la cultura de Honduras, mi presencia en el Frente, en representación de todas y todos los artistas, tiene la importancia de canalizar los puntos de vista del sector cultural, históricamente invisibilizado por los políticos de turno. Establece, además, la necesidad de contar con este sector poblacional en la toma de decisiones del país. Fortalecemos la lucha, porque tenemos algo que decir y hacer en esta coyuntura y en todos los procesos de la vida nacional”

MC.- ¿Cómo organizan las jornadas de Gritos del paraíso?, ¿qué tipo de reacción tiene el pueblo frente a las expresiones artísticas en resistencia al golpe?
ST.- ‘Gritos del paraíso’ es el nombre que le hemos dado a la convergencia de artistas de todas las disciplinas en un evento masivo de arte y denuncia de los atropellos y crímenes que el régimen golpista está cometiendo. Se trata de los gritos de todo un pueblo que está siendo golpeado, herido, torturado y matado en todas sus dimensiones. Se trata de romper con la imagen de tranquilidad y normalidad que los golpistas quieren vender al mundo para consolidarse en el poder. Se trata de demostrar que Honduras sangra, lucha y grita por recuperar su libertad, su institucionalidad y su derecho a forjar una democracia participativa e incluyente.

“Hasta el momento hemos realizado dos ‘Gritos del paraíso’ y vamos por el tercero. Tenemos un pueblo copartícipe que nos acompaña todo el tiempo como protagonista del evento. En la pedagogía que esta lucha está generando, el arte se ha convertido en un excelente recurso didáctico para movilizar conciencias. Hoy más que nunca los artistas honestos de Honduras hemos demostrado que la palabra ‘pueblo’ también es nuestra y que la resistencia es una convicción necesaria e ineludible en este momento histórico”

MC.- No te preguntaré sobre la cobertura de prensa, porque leí en El Heraldo que una intervención de ustedes, fue “mal interpretada”; ustedes cubrieron con sábanas el rostro de varias estatuas de héroes hondureños y El Heraldo dijo que el gobiernote Micheletti cubrió las estatuas para evitar daños, ¿de qué es indicador el affaire de El Heraldo?, ¿qué querían expresar con su performance?
ST.- El robo de El Heraldo es sólo una muestra del descaro con que actúan estos delincuentes. Todos sabemos que El Heraldo, La Prensa, La Tribuna y la mayoría de los medios masivos de comunicación de Honduras están en manos de los gestores del golpe de Estado. A la campaña feroz que emprendieron contra las políticas reformadoras de Manuel Zelaya, han sumado las campañas de terror mediático, propalando que el comunismo ‘comeniños’ va a entrar a Honduras si los hondureños no se oponen a Mel, que Hugo Chávez es el titiritero de todos los que estamos en resistencia y que la represión es necesaria para salvar la patria; han secuestrado las palabras “paz”, “democracia”, ‘pueblo’; las han vaciado de su verdadero contenido y las han convertido en souvenir que cuelga de las mentes y las bocas robotizadas de ‘la mancha blanca de los perfumados’

“Son tácticas viejas. Si no me equivoco, en Chile el comando fascista que intentaba dividir el movimiento sindical para derrocar a Salvador Allende le robó a la izquierda el grito de: ‘El pueblo unido…jamás será vencido’, y lo cambió por: ‘El Teniente unido…jamás será vencido’, porque la derecha en todas las épocas y latitudes no tiene gritos propios y tiene que robarlos al pueblo para contar con algo coherente que tenga prestigio popular. Lo mismo está pasando en Honduras: la derecha y la ultraderecha desarrolla campañas mediáticas usurpando hasta las mismas acciones de los artistas para tener algo creativo que decir”

“Entre las lecturas posibles de la intervención en espacio público realizada por Artistas del Frente está el de cubrir los rostros de los próceres de América -que fundaron repúblicas y lucharon por la libertad- como un acto piadoso de apartar de su vista la ignominia del momento histórico. También podemos reflexionar que se trata de representar la tortura, la mordaza, la represión que estamos viviendo. No en vano los bustos fueron cubiertos con bolsas de tela blanca que, en primer lugar, remiten a las camisitas blancas que usa la derecha en sus manifestaciones pagadas, pero también recuerda los cucuruchos del Ku Klux Klan y las capuchas de tortura. No es cierto que fue una acción de ‘los perfumados’ para proteger los bustos de los actos vandálicos de la resistencia, como pretende El Heraldo. El pueblo es más culto de lo que creen los bárbaros golpistas, y no mancha las estatuas, pinturas murales y demás piezas artísticas que ornan la ciudad. La catedral metropolitana es una excepción cualitativa: ha sido cubierta de ‘pintas’ una y otra vez, en el entendido de que se trata de un sepulcro blanqueado o, mejor dicho, apastelado, para que los beatos indigentes se indigesten contemplando el armatoste en cuestión”

MC.- ¿Cuál ha sido el punto más álgido que han vivido los artistas en resistencia?, ¿cómo sobrellevan el terrorismo de Estado?
ST.- Creo que hay momentos críticos que muchos artistas hemos vivido desde el primer día de lucha. Las historias son múltiples. Hemos sido detenidos, golpeados, perseguidos, torturados, amenazados, acosados, expulsados de las oficinas estatales; nos han lanzado gases lacrimógenos, balas de todo tipo y, en general, sufrimos las mismas injusticias y violaciones a derechos humanos de toda la población. Si algún trato especial nos han dado es señalarnos como un grupo al que hay que prestarle la atención debida, contra el que hay que actuar pronto, porque somos eficaces en las acciones que emprendemos y podemos contribuir a lograr una lucha sostenida. Esto lo ha publicado el nefasto escribidor de la derecha Juan Ramón Martínez, poniendo sobre nosotros su dedo llagado y acusador. Como seres humanos, el terrorismo de Estado nos ha hecho pasar por todos los estadios de emociones posibles: desde la impotencia, el estupor, la indignación, la ira, hasta la serenidad que se requiere para dar respuestas claras, inteligentes, y eficaces a un régimen torpe, inculto y bárbaro que se sostiene únicamente mediante la fuerza de las armas y el doble juego norteamericano.

MC.- ¿Qué acciones e intervenciones tienen planeadas? lo pregunto con la cautela de no anticipar un acto sorpresivo, tal vez puedas contarnos algo a grandes rasgos…
ST.- Estamos preparando una nueva manifestación político cultural “Gritos del paraíso”, además de otras respuestas a los eventos oficiales light que los potentados de este país patrocinan para hacer de ellos pasarela de moda para sus hijas, para evadir impuestos, para darse bañitos moderados de cultura y ocupar todos los espacios que deberían ser accesibles al pueblo.

“Los artistas visuales, los teatristas, los músicos, investigadores, narradores, poetas estamos en la lucha unitaria. Para nosotros también es la oportunidad de ensayar otras formas de convergencia, de superar dogmatismos y distancias entre las diversas disciplinas artísticas, de estructurar nuevos lenguajes, de asumir posiciones concretas frente a la realidad nacional y de fortalecer el verdadero tejido de la identidad nacional, que está más allá de un spot televisivo o de una marca publicitaria de país”

MC.- ¿Llevan un registro audiovisual de sus actividades artísticas?, ¿dónde puede consultar la prensa extranjera el archivo fotográfico?
ST.- Llevamos registros fotográficos, algunos videos y archivos sonoros de lo que estamos haciendo como Artistas del Frente. No siempre logramos registrar todo por falta de recursos. La mayor parte de los que estamos trabajando la relación arte-política de esta coyuntura estamos en condiciones precarias. Lo que hacemos es gracias a pequeñas donaciones y al generoso aporte de nuestros escasos recursos a la causa. Lo hacemos con toda dignidad y convicción y, de ser necesario, pintaremos con nuestra sangre y haremos música con las piedras del camino y teatro con los huesos para denunciar la barbarie. Para consultar y ver algo de lo que estamos produciendo contamos con un blog en construcción al que se puede entrar con la siguiente dirección:

http://artistascontraelgolpe.blogspot.com

MC.- Leímos que despidieron a Natalie Roque, Directora de la Hemeroteca Nacional de Honduras, por difundir recortes de prensa con antecedentes públicos de los golpistas, ¿qué otras reprimendas ha realizado la burocracia cultural de facto?
ST.- Antes de su despido, como parte del proceso, Natalie Roque, directora de la hemeroteca, fue acusada de divulgar “secretos de la cultura hondureña”, figura estúpida que inventaron luego de enterarse que ella había escaneado y difundido archivos de prensa relativos a momentos históricos hondureños que pueden vincularse o compararse al actual y que, por lo demás, pueden ser consultados por cualquier ciudadano o ciudadana que lo solicite directamente en la hemeroteca. Ya Aristófanes sentenció que: “La ignorancia se educa, la embriaguez se cura, pero la estupidez dura toda la vida”, lo cual, por supuesto, al menos en su última parte aplica para los usurpadores del régimen golpista. Otros compañeros creadores e investigadores como la directora del Libro y el documento han sido despedidos injustificadamente; hay acoso administrativo a la orden del día y de la noche, llamadas telefónicas intervenidas o amenazantes para varios artistas, cancelación de contratos, eliminación de oportunidades laborales y persecución total para quienes no nos plegamos al proyecto de consolidación del régimen ilegal. Es evidente que los efectos del golpe de Estado se extienden al sector cultural y, por lo tanto, nos amparamos en el artículo 3 de la Constitución de la República para mantenernos en resistencia.

MC.- En Chile, los golpistas acuñaron e implementaron el término “Apagón cultural”, ¿qué hacer para mantener viva la luz de la cultura y la memoria hondureña?, ¿los respaldará el magisterio, el sindicalismo y el pueblo en general para no caer en otro Apagón cultural?
ST.- En Honduras hace tiempos quemaron los fusibles estatales de la cultura y nos alumbramos con nuestras propias plantas de generación cultural orgánicas. Hemos sobrevivido en un clima de política inculta cuyo resultado es la ausencia de una política cultural; pero hemos aprendido a desarrollar nuestros propios sistemas de creación, difusión y distribución de los productos artísticos: hemos constituido fundaciones y compañías de una sola persona, editoriales sin maquinaria de impresión, conservatorios callejeros, bibliotecas ambulantes, ateliers sobre paredes públicas y todos los días montamos y desmontamos el Teatro de la Rosa marchita de nuestras necesidades y sobrevivencia. No dependemos del Estado para hacer arte. Si alguien creía que los artistas creamos porque estamos subvencionados, hoy que no existe gobierno y lo que hay es una administración de la crisis, puede ir a las calles y comprobar que el arte y los artistas estamos más vivos que nunca, aunque los escuadrones de la muerte intenten lo contrario.

Lo que necesitamos para que la luz de la cultura y la memoria hondureña continúe viva es, en primer lugar, reafirmar nuestras convicciones, de las cuales nacen los motivos y razones para todo arte verdadero. No hay arte sin asidero en la realidad; y la realidad que estamos viviendo debe ser retratada desde adentro por un arte combativo que muestre las vísceras del buey abierto en canalete y de cuenta de esta carnicería nacional que ha provocado el golpe de Estado. En segundo lugar, necesitamos abandonar los intentos de recomponer la Novena de Beethoven, de reescribir Crimen y castigo o de maquillar de nuevo a La maja (vestida o desnuda); debemos aceptar que es la hora del graffiti, del panfleto, del libelo y del esperpento como formas válidas de crítica y expresión para el momento actual. Debemos producir nuestro arte sin afanes preciosistas, con toda la profundidad pero también con toda la velocidad y el sarcasmo e ironía de que somos capaces. Finalmente necesitamos el apoyo solidario de los demás artistas para intensificar la dimensión de nuestro grito a través de la divulgación y para apoyarnos en el momento preciso. Estamos hechos del mismo barro y huesos del pueblo y padecemos las mismas necesidades, pero contamos con la misma dignidad y capacidad de resistir.

“El golpe de Estado nos ha dañado hasta la médula, pero también nos ha dejado cosas positivas, como el hecho de que han comenzado a generarse nuevas dinámicas de organización y lucha colectiva. La lucha unitaria es un producto que está madurando a golpes, literalmente, en Honduras: los artistas consideramos que la lucha y necesidades del magisterio, del campesinado, de los obreros, de las amas de casa, de los estudiantes, de los indígenas y de todos los sectores populares también es nuestra necesidad y nuestra lucha y no esperamos menos hacia nosotros, porque también nuestro nombre es Pueblo”

MC.- La crítica de arte Helen Umaña, recientemente escribió: “El artista y el intelectual no pueden esconderse en una pretendida neutralidad. Tratándose del bienestar colectivo no hay apoliticidad que valga. El silencio equivale a aquiescencia y complicidad”, ¿así asumen esta responsabilidad?, ¿todavía quedarían artistas e intelectuales hondureños en la total indiferencia?
ST.- Nosotros, los y las artistas e intelectuales de Honduras que estamos contra el golpe de Estado, sabemos que estamos en un momento de definiciones y acción, sabemos que no existe línea neutra en esta lucha; quienes en este momento prefieren colocarse –cómoda y burguesamente- como espectadores históricos, tarde o temprano tendrán que decidir. Los que dicen ser apolíticos -por cobardía, conveniencia o taimadez- con ello están adoptando una postura política que, normalmente, se llama “derecha”.

Claro que entre los artistas también hay ovejas vestidas con camisetas blancas y perfumadas con gas pimienta. Algunos y algunas de ellas incluso lamieron los pisos de casa presidencial, de relaciones exteriores y demás ministerios cuando Manuel Zelaya aún estaba en Honduras, procurando un financiamiento para su disco, para su libro, para sus pinturas; y hoy caminan por la otra acera, van en las marchas de “los blanquitos” que claman paz con banners plastificados de correcta ortografía en diversos idiomas, con anteojos Dolce & Gabbana, cantando el Himno a la alegría de vivir en un país convertido en campo de concentración. Las pancartas del pueblo están mal escritas, tienen horrores de ortografía y son de cartón barato y manta rala, pero gritan verdades e indignación y resistencia inquebrantable.

“Los artistas que nos mantenemos en resistencia somos parte de la reserva moral de Honduras y aportamos sentido interno a la lucha -pacífica de nuestra parte, sangrienta de parte de ‘ellos’- que se libra en las calles. Los golpistas tienen bojotes que cantan y recitan, pero no tienen artistas que puedan ayudar a redefinir con honestidad y verdad la patria. El régimen golpista moviliza cuerpos armados, nosotros movilizamos conciencias”

MC.- Finalmente, eres pintor ¿plasmarás en un lienzo o mural tu indignación?, ¿o la catarsis la resuelves en las calles y con la escritura?
ST.- Además de pintar, hago teatro y escribo. Hace tiempo superé el conflicto de tener que decidir entre dedicarme a la pintura, al teatro o a la literatura. Decidí hacer todo eso de la mejor manera a mi alcance, con honestidad, con técnica, sin afanes ególatras de fama o fortuna, lo cual, además, resultaría inútil. Sin embargo, en este momento todo mi trabajo artístico se ha ralentizado; dentro de mí siguen fermentándose imágenes plásticas y estructuras poéticas y escenas posibles, pero no es para mí el tiempo de sentarme a escribir o pintar o ensayar una puesta en escena. Es una decisión personal. De todas maneras otros compañeros y compañeras –poetas, pintores, teatristas, músicos, etc.- están produciendo un arte de ruptura y denuncia muy bueno. Mis métodos de trabajo son distintos. Lo único que he escrito en estos días son dos poemas de amor y uno muy raro acerca de los espejos, pero la policía me confiscó la libreta donde estaban mezclados con otras anotaciones. Trato de recordarlos para reelaborarlos. Lo más seguro es que no lo logre y escriba otra cosa. Aparecerá en estos días un libro de poesía llamado “Antes de la explosión”, el cual terminé de escribir el año pasado, cuando ya podían vislumbrarse signos de esto que se nos venía encima. Es un libro que anuncia la explosión de otro tipo de poesía en mi carrera como escritor, la explosión de otros lenguajes, la explosión popular alimentada por la injusticia.

“Seguro después vendrá mi tiempo de sacar el cúmulo de experiencias para convertirlos en pintura, teatro o literatura, porque poesía ya son. En cuanto a la catarsis, creo que la resistencia misma es una forma de purificación del pueblo y de la patria: estamos quemando vicios organizativos, gremiales, de concepción democrática, de significados del arte, de estrategias de lucha popular, de identidad nacional. Racionalizado o no, cada jornada en las calles es una catarsis para muchos. Sobre ella el régimen golpista arroja represión y muerte; pero nos levantamos, volvemos a la lucha y purificamos de nuevo el tiempo. En eso estamos”


Mario Cassasús, El Clarín

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