martes, 26 de julio de 2016

Mayagüez, en julio



Me gustó mucho Mayagüez. Si bien es cierto que el tipo de casa criolla se encuentra por todo Puerto Rico, en Mayagüez es casi un grito de moda, aunque hayan sido construidas hace 50 o 60 años. Muy calma, la ciudad, a pesar de que lleva en sus espaldas un par de terremotos. Sus partes altas son un intrincado laberinto verde donde se acomoda a sus anchas la neblina y aísla, a la vez, las señoriales mansiones de algunas de las dinastías más rancias de la zona. La carretera y el paisaje hacia ella: magnífico, poderoso.
 En el 2010, la ciudad acogió los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe y acondicionó aún más los bellos espacios que dispone. Fui en busca de mi bandera y ahí la vi, con dilatada inquietud ante el asomo de mi sentido de terruño. Vi su azul, y su evocación, me fue lejana. Al menos, me dije, tiene el azul auténtico que la dictadura de juan orlando hernández ha trocado en el azul de su bandera partidaria.
Esta es la ciudad en que nació la escritora y amiga Zayra Taranto y, por igual, Iris Alejandra, también escritora y compañera de este cronista.










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