Quioto regresa con esa fuerza inusitada y devastadora que siempre ha tenido. Esta vez, llevándonos a lo orgánico de nuestra decadente sociedad, al puro estado donde la metamorfosis es la utopía.
Asentado a pulso como uno de los artistas plásticos más importantes del Honduras, Arzú Quioto demuestra un temple inclaudicable que no admite distracciones.
F.E.
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