jueves, 17 de agosto de 2017

Entre la poesía y la música, La Borinquen urbana

El género artístico pop-urbano en Puerto Rico se siente en todos lados, no solo dentro de la isla. No hace falta decir que su expansión resuena en todo el orbe en una gran variedad de expresiones. Procediendo yo de una región donde se le sigue el pulso musical a lo boricua casi como respirar, tenía una idea general del por qué de semejante eclosión, pero ya puesto aquí, he ido siguiendo con sumo y puntual interés las dinámicas que subyacen en ese inevitable desborde hacia el exterior. El asunto pasa -así lo creo- por una simbiosis entre la música y la oralidad natural; pura en su resistencia cultural y mixta en los aprovechamientos de las plataformas que su historia político-cultural sigue marcando. El ámbito es heredero de una sólida tradición poética y lxs poetas van y vienen -en ese ritmo inevitable y dichoso-incidiendo en las letras de los grandes salseros, y éstos, en las derivaciones que la ola nuyorican enfrentaron o siguen enfrentando en la diáspora, ya sea en forma del género urbano (lo que conocemos en principio desde Vico C y luego desde el reaguettón o, por otro lado, la mezcla de Calle 13) o en el pop rock de Robi Draco Rosa, quien ya es todo un patrimonio de culto en la isla al igual, por supuesto, que Ricky Martín, José Feliciano, La Sonora Ponceña, Gilberto Santarosa, La India, Héctor Lavoe, El Gran Combo, etc. y etc.

Nadie puede pasar por indiferente al impacto X o Y de las letras que van en toda esa musicalidad, en todas esas historias que,  tras bambalinas, cuentan la historia de una nación en permanente definición y autoafirmación. Los artistas, tan vilipendiados en otras latitudes, tan hechos a un lado del espíritu público, aquí en Puerto Rico son parte esencial de la enorme ancla que evita que la isla derive inexorable hacia el norte. Por eso, cuando veo que Robi Draco tiene su propio café en el mercado, que Vico C ya tiene su película y que José Raúl Gallego (pionero del género urbano) es un gran poeta y mantiene viva la gestión de lecturas (ciclo de lecturas El Remedio) donde convergen fuertes representantes de la voz de resistencia boricua como lo es Hermes Ayala y otrxs al lado de la poesía de nóveles escritorxs junto a consolidadxs poetxs, entiendo que la superficialidad con que había percibido "lo supuestamente natural que sea así", es una carencia enorme en mis haberes culturales, mismos que estoy dispuesto a saldar, poniendo más atención a los latidos de esta bella y flotante perla del caribe.




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