ORFANDAD
hace noches que arrastro este cadáver
hemos bebido juntos del furor y la bruma
hemos acariciado la muerte a contrapelo
aliviado el dolor en madrigueras
donde la realidad pasa de largo
un ala negra sobre el cielo puro
batiendo contra el pecho
su avidez de relámpago
casa por casa fuimos
a derramar la hiel de nuestra angustia
hemos visto la calle sin ventanas
donde van a besarse los suicidas
antes de transformarse en certidumbre
hemos amanecido con un tiro en la frente
y un puñal escondido en la garganta
hace noches que intento abandonarlo
envolverlo en mi abrigo
y acostarlo en su espanto
como quien deja a un niño
a los pies de una iglesia.
LA
TAPA DE LOS SESOS
pensar en vos como
un anzuelo
pensar en vos como
una copa rota
salir de vos
a la orfandad del
tiempo y su ruleta
al peso del
insomnio
sus mastines
pensar en vos como
una letanía
pensar lo
irreparable
lo imposible
pensar la soga al
cuello
pensar en vos como
una vértebra
o como un espolón
o como un túnel
estar pensando en
vos de pies y manos
y hundirme en los
diluvios del pensarte.
PETROGLIFOS
mi infancia fue
dibujada a lápiz
mordida por los
perros
azotada por lluvias
torrenciales
huyó del mundo un
día saltando medianeras
oculta en el
fragor de la costumbre
atravesó la noche
febril y
cautivante
con una huella
efímera
como de pies
mojados
mi infancia fue
alcanzada mar afuera
hundida a
cañonazos
salvada del
naufragio.
RECURSOS DE LA SOMBRA
Quizá sea en el país de los
desaparecidos
el único aparecido que llamamos fantasma
Juan
Manuel Roca
¿de qué están
hechos los fantasmas?
¿son vaguedad?
¿presagio?
¿llamarada?
¿detrás de qué
espesura se lavan las heridas?
¿dónde van a
llorar
tumbados boca
abajo
arrasados en
lágrimas de humo?
¿son un golpe de viento
en la ventana?
¿atraviesan
paredes?
¿resplandecen?
¿a qué le temen
los fantasmas?
¿a penar para
nadie?
¿a morir para
siempre?
¿qué llevan en sus
manos?
las cartas sin
abrir
el tejido feroz de
la memoria.
TRANSFORMACIONES
en la tierra de
todos
el viento ya no sopla
duerme cruzado de
alas
sobre la piel del aire
el lenguaje
rechaza su condición de humo
hay ríos que se
alzan como mares
hay mares que
convergen como ríos
la serpiente
le exige a dios sus patas
los poetas reclaman su corona de espinas
y el cordero le
clava
los colmillos al lobo.
¿QUÉ
POESÍA?
¿la
atravesada por el humo?
¿la
herida de arma blanca?
¿la
que sale de noche a emborracharse
en
manos del feroz tristán tzará?
¿
la que reparte panes y solloza?
¿la
que agita las alas del albatros
que
baudelaire dejó sobre cubierta?
¿la
que golpea la mesa del burgués?
¿la
que muerde el exilio
con
sus nervios de buey llenos de cólera?
¿la
que anida en el árbol de alejandra?
¿la
que pasta en la huerta de efraín?
¿la
que mira el oriente con los ojos en blanco?
¿la
que amanece espalda con espalda?
¿la
que no dice nada
la
que no calla nunca?
¿qué
poesía?
HASTA MAÑANA
cuánto dura el segundo que se apaga
ahora que golpeo las puertas de tu alma
como un desangelado
como un muerto de frío buscándote las manos
cercado por las fieras que habitan mi prehistoria
tragado por el mar
del día a día.
EL
ORDEN DE LAS COSAS
los muros los
escombros me transmiten recuerdos
obedezco al
lenguaje del cristal que trepida
respondo al
juramento desleal del relámpago
la simple
observación de una canilla
me provoca un
intenso sentimiento de ahogo
el fuego vaticina
mi futura memoria
los relojes me
llevan de modo inevitable
a treparme a la
copa de los árboles
para lanzar mi
aullido a la intemperie
toda consternación
me pertenece
toda felicidad me
contradice
el silencio
lastima mis oídos
contemplo
horrorizado la belleza del día
y persigo a mi
sombra para no despistarme
soy el ojo que
rige mis bruscas mutaciones
el barco que
establece sus propias tempestades
todas las
realidades me parecen ficticias
todas las utopías
me resultan posibles.
LA VIDA POR DELANTE
Todos
los desaparecidos son nuestros hijos.
Azucena Villaflor
el
hijo que me falta
quería
cambiar el mundo
con
sus manos de arcilla
con
su espada de palo
bajo
un cielo rabioso
fue
creciendo a pedazos
lloró
de amor
quemó
su pecho el aire despojado
la
madrugada le tembló en los labios
cuando
se lo llevaron
fui
más madre que nunca
sosteniendo
su rostro en el abismo
supe
que contra el miedo
se
lucha cuerpo a cuerpo
que
el dolor envejece a sangre fría
me
volví árbol frente a la tormenta
me
volví mar a golpes de naufragio.
GELMAN
Ahora Juan está en un patio
Jorge
Boccanera
ahora
Juan está en un patio
ahora
nos falta
con
una falta hambrienta
desbordada
abre
los pozos del dolor
revolotea
en cada muerte
nos
huerfaniza Juan
nos
apenumbra
ahora
que estamos solos
y
no hay donde llorar
sin
que nos vean
las
aves de corral
los
perros del morir
los
entendidos.
Enero de 2014
PASAJERO
a mi
hermano
Te traés, pasajero
desde atrás de la
lluvia
tenés los dedos
fríos de tocar los aviones
el corazón cansado
de remolcar tu sombra
Habrá que precisar
con qué ternura
se te arriman al
ojo nocturnos ventanales,
te vienen a buscar
los aeropuertos
para llevarte al
fondo de vos mismo
a través de
regiones abrumadas de espejos
Perdés todo en el
viaje, pasajero
la identidad en
tránsito,
tu inevitable
whisky
y la filosofía del
arrabal amargo
que ocasiona
tremendas redundancias
cuando en la visa
escriben
tus datos
personales,
cuando querés
llorar y no estás solo
cuando querés reír
y estás sin nadie.
CONCLUSIONES
este amor que no empuño ni reclamo
este deseo que resguardo en vos
como una medallita de la suerte
este amor de sonámbulos y espías
de aliento contenido
de sangre en movimiento
una sombra pegada a la pared
trepando por la furia del espejo
amor que no es abrigo
ni sábana
ni oxígeno
sino una cuerda
que intenté sujetar
para no ahogarme
y repentinamente
se enredó en mi garganta.
Guillermo Bianchi
Nació
en Buenos Aires en 1970.
Es
integrante del grupo de poesía La Contracurva.
Fue
finalista del Premio Videncia 2003 (Cuba), I Concurso Revista Axolotl, I
Concurso Ruinas Circulares, Certamen Patagonia Sur del Mundo, Premio de Poesía
Paralelo Cero (Ecuador) y Premio de Poesía Olga Orozco, con un jurado integrado
por los poetas Antonio Gamoneda, Juan Gelman, Jorge Boccanera y Gonzalo Rojas.
Fue
ganador del Concurso Nacional de Poesía Azahar de Plata y del Primer Certamen
Internacional Orillera 2009
Participó
en diversos encuentros y festivales de poesía en Argentina, México, Costa Rica,
Nicaragua y Honduras.
Publicó
los libros La luz de los vencidos (Enigma
Ediciones, 2012), Objetos varios
(Editorial Casa de Poesía de Costa Rica, 2017) y Callar los perros (Alción Editora, 2017)
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