(Ecuador, 1972) Poeta y periodista.
Ha publicado los libros de poesía: Cambio en los climas del corazón, 1989;
La actitud del fuego, 1994; Algunas rosas verdes, 1996;
Espacio vacío, 2001 y reeditado en 2007; Música Oscura, breve antología;
Soy mi cuerpo, 2006; Dos Encendidos, 2008. Mantiene dos libros inéditos.
En 1996 recibió el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade.
http://www.aleydaquevedo.com
Busco erigirme en princesa
Audaz pájaro de estirpe centenaria
que se contempla a sí mismo
y abraza la oscuridad
Espero acallar los gritos
El furor de la carne
Y los cantos del Buen Amor
Dominar la manía crucial
de decir verdades en rigor
Princesa del vórtice de tu deseo
Preciosa criatura de suaves plumas
salvada por la voz invariable del fuego
Debo llegar a mis hondos animales
Esas bestias angelizadas que intuyen por mí
y me vuelven bondadosa, callada y pálida
Erigirme princesa de fría voluntad
y visión nocturna
Que sabe contemplar la mentira
sin enseñar nada de su verdad
Princesa con voz del autocontrol
dominando al amor.
Cuando el silencio sube a la sangre
callo mis ojos y entro en vos
En mitad del cuerpo
tengo un lago absoluto
Tú lo conoces bien
porque sabes de mis perversiones
Buceaste en humedales y afluentes
que desembocan en mi timidez
Tengo el silencio en la sangre
y ya no digo lo que siento
Aunque solo tú sabes escuchar mis verdades
en sabio y apropiado silencio.
Ha publicado los libros de poesía: Cambio en los climas del corazón, 1989;
La actitud del fuego, 1994; Algunas rosas verdes, 1996;
Espacio vacío, 2001 y reeditado en 2007; Música Oscura, breve antología;
Soy mi cuerpo, 2006; Dos Encendidos, 2008. Mantiene dos libros inéditos.
En 1996 recibió el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade.
http://www.aleydaquevedo.com
Busco erigirme en princesa
Audaz pájaro de estirpe centenaria
que se contempla a sí mismo
y abraza la oscuridad
Espero acallar los gritos
El furor de la carne
Y los cantos del Buen Amor
Dominar la manía crucial
de decir verdades en rigor
Princesa del vórtice de tu deseo
Preciosa criatura de suaves plumas
salvada por la voz invariable del fuego
Debo llegar a mis hondos animales
Esas bestias angelizadas que intuyen por mí
y me vuelven bondadosa, callada y pálida
Erigirme princesa de fría voluntad
y visión nocturna
Que sabe contemplar la mentira
sin enseñar nada de su verdad
Princesa con voz del autocontrol
dominando al amor.
Cuando el silencio sube a la sangre
callo mis ojos y entro en vos
En mitad del cuerpo
tengo un lago absoluto
Tú lo conoces bien
porque sabes de mis perversiones
Buceaste en humedales y afluentes
que desembocan en mi timidez
Tengo el silencio en la sangre
y ya no digo lo que siento
Aunque solo tú sabes escuchar mis verdades
en sabio y apropiado silencio.
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