Poema de
un best boy
Olías a repostería a la entrada de un
cine
y juro que jamás he ocupado
de entenderte con subtítulos.
Llegaste ingrávida
hablando el idioma de un zeppelin en
llamas.
Yo solo tuve que amar tus historias
de finales felices.
Lo demás
hubiera sido repetir
la misma cinta que nadie entiende
más que nosotros
entre las sombras.
F.E.
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