viernes, 21 de mayo de 2021

Solo el crepitar de los labios, Fabricio Estrada

 


Solo el crepitar de los labios

 

Hemos estado hablando de la muerte

como si de una vendedora ambulante se tratara.

Un día la saludamos y ella responde algo sobre el clima.

Entre la prisa de la lluvia y los lentos días abrasadores

conocemos su nombre

y hasta de una hija paralítica

le aceptamos un cigarro que nunca fumamos

y lo dejamos olvidado sobre la mesita junto a la cama.

 

Las esquinas siguientes son días vacíos.

 

Y no sabemos adónde se fue.

 

Nos cuentan que fue desalojada

que una nube de gases se plantó en su lugar

como una ceiba de espinas muy largas.

Decomisaron su mercadería, la quemaron en un solar baldío.

 

Regreso a casa sin saludo

aunque tenga un cigarro que ahora enciendo

con la cautela de un fantasma chino de papel.

 

Cerca de mis ojos veo el ondular de su rostro

 

y las palabras se me queman despacio.

 

 F.E.

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