lunes, 7 de octubre de 2013

Otro lunes (España) publica poesía hondureña






Vivimos en una época de caos, nos tocó vivir el final de los tiempos sin el final de los tiempos, somos la generación del fin del mundo, que tantas veces ha aguardado el holocausto, sin darse cuenta que vive hace mucho en el holocausto mismo. En Centroamérica se escribe desde este holocausto, eso es una verdad de Perogrullo, sin embargo, no todos los poetas tienen el compromiso bien puesto para dar cabal constancia de nuestra época. En este panorama poético, en esta cartografía trazada por filiaciones, más que ideológicas, contestatarias, presentamos a los que sí lo tienen.
Decir que la poesía centroamericana es bastarda, también es una verdad innegable, es la hija bastarda entre la tradición y la vanguardia. No quiero hablar de tradición en el sentido ralo de la palabra, porque está de más mencionar que el pater famillias de la literatura latinoamericana es Rubén Darío (Nicaragua); que Salarrué (El Salvador) tuvo una notoria influencia en Juan Rulfo; que Miguel Ángel Asturias (Guatemala) es el premio Nobel más comprometido en el continente; que Cardenal (Nicaragua), Dalton (El Salvador) y Sosa (Honduras) fueron vanguardistas que rompieron con la tradición y después también rompieron con la vanguardia misma. Los herederos de este miasma literario de dos siglos, somos hijos bastardos que luchamos por la propia identidad y reconocimiento ante dos polos que nos oprimen; en el norte está México y su influencia social-política; abajo está Sudamérica con sus influjos neovanguardistas y sus poéticas postcoloniales, ambos polos crean una metacolonialidad en América Latina. No obstante, nos hemos erigido como la poesía más honesta y subversiva de la región (quizá la más comprometida, los que no hemos olvidado el sentido social de la palabra); esto nos hermana más con El Caribe que con el resto de las regiones del continente. La poesía de Centroamérica se constituye a sí misma como un grito, ya no revolucionario, sino contestatario ante el imperialismo que no sólo suprime nuestra identidad, sino también, nuestra libertad de autonomía, es por ello que a partir de la poesía se asume una postura ontológica (de ipsiedad) frente a este mundo imperialista postcolonial, donde la propia identidad se convierte en la de todos, somos: guanacochapinescatrachosnicaspanaticos, pero también somos salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, nicaragüenses, costarricenses, beliceños y panameños; nos une la herencia nahua-pipil, pero también la maya-quiché; somos hijos de españoles, pero también revolucionarios comunistas hijos de Farabundo, de Sandino y de todos los mártires guerrilleros. Somos los herederos de este tiempo y no hay, no puede haber otra búsqueda más que la de nuestra realidad (cruda y sin atavismos). Los poetas centroamericanos que escriben con un lirismo abigarrado y una propuesta estética anquilosada y tendenciosa, que siempre buscan agradar a públicos selectos y a jurados exquisitos; más preocupados por ser aceptados, primero en México, luego en Sudamérica y por último en España, están condenados al olvido. Su poesía no tiene cabida en el cuadro de esta foto.
¿Por qué poesía comprometida? ¿Comprometida con qué? Poesía comprometida es la poesía que está dialécticamente en sintonía con un discurso coherente entre el poeta y su realidad/identidad, esto significa muchas cosas, pero primordialmente que el poeta no va a traicionar los ideales que la realidad de su cotidianidad le llevan a tener por propios. El compromiso, visto desde esta óptica, no es político a priori, quizá ni siquiera sea un compromiso marxista/comunista, más bien es un compromiso óntico con su sociedad, con la inmediatez de su ser, no con la esquiva necesidad deotredad, del reconocimiento del otro para legitimar su obra, el acto de creación no está supeditado a la aprobación extranjera o extrínseca, mucho menos con juicios de valor correspondientes a otras latitudes; el compromiso no es panfletario, por el contrario este compromiso: revela y rebela.
Se podría decir que la poesía comprometida atiende a una sociedad fragmentada, mantiene una correspondencia con este prisma multicultural/social. Según Alberto Binder esta sociedad fragmentada se divide en: los “sin techo”, los desocupados, los desposeídos de la tierra, los jóvenes que no han ingresado al mercado laboral, los drogadictos, los miembros de bandas juveniles, los intelectuales, los homosexuales, los rockeros, los punks, los ancianos sin familia, los niños de la calle, las prostitutas, los ropavejeros, los guerrilleros y, además de ello, no abandonamos las categorizaciones clásicas sobre las minorías ya experimentadas en el sufrimiento de la marginación, descubriremos que, en definitiva, estamos describiendo prácticamente la totalidad de la sociedad bajo el prisma de su fragmentación. La poesía comprometida que se muestra en este dossier mantiene una dialéctica de las minorías, así entendemos el compromiso social, bajo este criterio se hizo esta selección.
Esta poesía no pugna por una estética apolínea que sublime el alma a partir de la verba, sino que, apela a las palabras como conducto de comunicación con el prójimo, no hay otra búsqueda, ni búsqueda más sencilla que la de comunicarnos con nuestros semejantes que comparten, hoy día, este pequeño holocausto dentro de este enorme caos. Y aunque se pugna por el contenido, en principio, también encontramos un alto lirismo en la construcción de metáforas. Esta no es una “poesía ante la incertidumbre”, sino una poesía con la certeza de saber bien lo que se está diciendo, por lo que se está pugnando, sabe y reconoce el camino de la resistencia social, esta poética no está a la deriva de las filosofías postcoloniales y neoliberales impuestas por los colonizadores europeos y gringos. No, aquí se escribe sobre la certeza que tiene el indígena que le han robado su tierra; sobre la certeza del homosexual que no tiene corolario en esta sociedad; sobre la certeza del pandillero que ha de morir en alguna esquina oscura alguna noche cálida; sobre una certeza del niño que no ha probado bocado en varios días; sobre la certeza del escritor que defiende sus ideales; sobre la certeza de un mundo jodido por los políticos; sobre la certeza de que hay países suprimiéndonos como raza; sobre la certeza que las prostitutas tienen después de joder cien veces en un día; sobre la certeza que los emigrantes tienen de dejar su tierra para siempre; sobre la certeza del testimonio de las masacres; aquí el lector encontrará la certeza de la vida aguardando lentamente la muerte.
¿Qué es Centro América? Es otro prisma multicultural que nos identifica como unidad a partir de las discordancias locales. La cartografía de esta muestra apela a lo que algún día fue la Repúbica Federal de Centro América, que consta de los ahora países de Guatemala (que comprendía una parte de la región de El Soconusco y Belice), El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, cabe señalar que Panamá no perteneció a esta República, pero por su situación geográfica de hoy día se reconoce como un país hermano de los antes mencionados. Esta región ha sido suprimida históricamente por occidente  y, ahora, incluso por los países vecinos del norte y sur. El poeta centroamericano tiene la urgencia de la palabra, en este sentido es el portavoz de los sinvoz, es el grito que da cabal testimonio de lo que hoy día representa Centroamérica. El lector encontrará en esta selección el turno del ofendido, nos toca mostrar nuestra cosmovisión, defenderla con el machete y la hoz, y mantener la pluma siempre en alto.

Antonio Cienfuegos.
San Cristóbal de las Casas, 15 de septiembre del 2013.

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