miércoles, 13 de junio de 2012

La rabia que incendia

 En estos momentos rasgan las moto-sierras. Los bomberos acometen con total mecanicismo la tarea encomendada. La vecina de la primera casa en mi bloque (zona 3 de la Cerro-Grande) ha conseguido una orden municipal para "podar" los árboles que "amenazaban caer sobre la casa".


Frente a la casa pasa el cableado y las ramas sí son un peligro, pero... los árboles crecen con su sombra hacia el parqueo donde nadie ni nada es perjudicado. Pero esto no importa, los bomberos lo cortan todo, implacables, insensibles. Junto a mi esposa subimos el bloque, corriendo, cámara en mano, pero ya es tarde. Me encuentro ante la vecina que pagó L900.00 en la alcaldía. Me dice: "yo sembré esos árboles y yo tengo derecho a cortarlos".


Le pido a los bomberos que reflexionen la orden y que entiendan lo que están llevando a cabo sin ninguna consideración. "No vaya a tomar fotos - me dice el bombero de apellido Lazo- puede salir perjudicado". Hago un intento de humanizarlo pero la señora Rosario, con las órdenes en mano, lo alienta diciéndoles que todo es legal, que ella tiene derecho. Las ramas de los tres árboles caen en pedazos. Hace un par de años, un Capitán bomberil de apellido Valerio mandó a cortar dos pinos que crecían justo al lado de éstos que ahora caen. ¿Razones? Los árboles le quitaban la vista a la fachada de su casa recién construida. Por pura vanidad e insensibilidad ambiental el Capitán Valerio nos cortó dos hermosos pinos.

Ahora, el bombero Lazo ha tomado la actitud de un soldado o policía. Toma su celular y hace la clásica llamada a "alguien importante". "Aquí hay un tipo revuelto... ¿qué procedemos a hacer?
En Honduras, todo aquel o aquella que quiere zanjar un asunto adquiere este tipo de militarísimos disfraces psicológicos. Yo sigo tomando las fotos para al menos denunciar gráficamente algo ya insalvable. "Deja de hacer eso o te va a ir mal", me dice Lazo. "Y además, ¿quién sos vos?"... otra típica afrenta del pensamiento militarista. "¡Soy un ciudadano y estos árboles eran mis vecinos, la única frescura de este bloque!" le respondo ya exasperado.

La señora Rosario me sigue y me muestra los papeles de la alcaldía. ¡El formalismo... el formalismo... el formalismo! en lugar de "el horror... el horror... el horror!" No hay ley en la Honduras del golpismo que no esté desligitimada por su propia insensibilidad, por lo que resulte lógicamente espantoso que las brutalidades cometidas y acometidas por las "autoridades", cualquiera sea su índole, siempre sobrepasen su objetivo de contención: si hay orden de desalojar una toma disparan, si hay que desalojar a un grupo campesino torturan y matan, si hay que perseguir a un sospechoso ametrallan, si hay que podar áreas verdes... talan.

Las moto-sierras ahora callan. La vieja imagen del bombero ciudadano ahora es ceniza. Ahora dentro de la actitud de muchos bomberos arde la llama de un militar prepotente.

Fabricio Estrada

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto donde quedo esa campaña Honduras verde? o seria verde militar. Definitivamente los seres humanos no podemos vivir en armonía con la naturaleza, llamamos modernidad al concreto. Que tristeza.

Javi dijo...

La lógica retorcida de la vecina; los sembró, luego, los puede cortar. Si yo fuera su hijo dormiría con un ojo abierto, después de todo ella me engendró...