Carta a un amigo astrofísico que nunca pensé
que migrara
Por supuesto, antes te recuerdo nuestra última plática: Lo que no
termina de convencerme es la prisa de muchos por hacer de Urano y Júpiter dos inmensas
cuadraturas que liguen con la idea de un dios que juega a los dados; que la
palabra dios haya sido inserta para quedar bien con los chicos astrofísicos del
Vaticano y que juegan naipe con imágenes del santoral y que hablando sobre el kairos
pretenden ponerle a Stephen Hawking cuatro caras de revelación y así acallar
las protestas de Juan de Patmos.
Y bueno, lo que tampoco termina de convencerme es que tuvieras que
irte partiendo madres a través del istmo de Tehuantepec, agarrado como un ácaro
a las cerdas de la bestia, ahí parado como Leonardo di Caprio en el Titanic más
veloz que puede ofrecer la nación mexicana, sin máscaras de El Santo como
aquella con que me vencías de niño, no, sólo tu cara de tacómetro enloquecido
siempre en dirección norte, recibiendo en tu frente la variación de nombres con
que traduce el viento a los grillos, saltamontes, langostas, chapulines,
cricket, Grass hopper, lobsters, todo cambiando de significado a medida que
acelera la distancia y tu cuerpo se va haciendo más pesado por los recuerdos y
eso que ya solo sos el hueso y ese nombre que te suena extraño cuando lo grita
la migra en sus parlantes de circo y que vos hubieras deseado oír el día en que
te anunciaran la beca.
Pero lo que en verdad no termina de convencerme es que ya incrustado
en ese norte desolado, me mandés videos donde vas por la octava cerveza en
medio de un campo nevado al que solo un asesino en serie puede llamar hogar, ahí
entre fantasmas de bisontes y bosques marchitos dignos de películas de brujas.
No me mandés a decir que el cielo es claro y que se puede ver hasta
un Bosson de Higgs cuando sumás la décima cerveza. Bien sabés que un hombre
desolado, bajo la lluvia o nieve, tendrá que tragarse dos cajas de chelas para
romper la ley que te prohíbe estar en dos lugares a la vez.
Decime, nada más, que extrañás a Honduras.
F.E.
(de Los juegos fascinantes, próximo a publicar)
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