Casa en Sagrado Corazón, Santurce. Esta bella casa ha sido durante tres años una gran contendiente del mar. Desde la ventana de nuestro apartamento, ella se interpone y, como un pavo real, despliega su melancolía. Abandonada hace más de cinco años, la casa está hipotecada por un banco que ahora está rematándola, al igual que cientos de casas en todo Puerto Rico. La zona en que está ubicada es protegida como patrimonio histórico de San Juan, pero como ella, en la cuesta que baja desde la calle Las Violetas hacia la estación del tren, existen más de 10 casas de este porte y en las mismas condiciones, en las que apenas dos o tres han sido restauradas y habitadas.
El huracán María y la ley PROMESA vinieron a dar el tiro de gracia a muchas de ellas, en muchos aspectos, desde el abandono total a ser compradas por estadounidenses a precios irrisorios que, ni aún así, pueden alcanzar lxs puertorriqueñxs, dado el monto de la restauración. La frondosidad y colorido del patio en esta casa era superior antes del huracán: dos acacias inmensas fueron arrancadas de raíz y parte de las copas de los sobrevivientes no alcanzaron a retoñar de nuevo, sin embargo, su imagen, con ayuda de la lluvia en mi fotografía, sigue siendo digna de verla con la mirada de Renoir.
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